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POLÍTICOS AL HABLA / OPINIÓN

La tiranía de la minoría

4/02/2019 - 

El debate abierto sobre la necesaria reversión de algunos (no todos, ni mucho menos) carriles bici en la ciudad de Valencia me recordó esta semana un interesante documento que leí hace unos años: “La democracia en América”, una reflexión de obligado estudio para las relaciones entre la política y la sociedad civil de Alexis de Tocqueville.

En este documento, se emplea una expresión a la que he acudido mucho en la última legislatura: “la tiranía de la minoría”, y con la que he definido algunas acciones del Consell del Botànic y del Pacte de la Nau, concretamente aquellas que tratan de imponer mediante el ejercicio de la responsabilidad pública una ideología concreta que, en términos electorales, es numéricamente minoritaria.

Siendo cierto que el bipartidismo ha sufrido un tremendo desgaste derivado de las acentuadas consecuencias sociales de una feroz crisis económica, la expresión “partido mayoritario” es para mi sorpresa empleada en muchas ocasiones con cierto matiz negativo. Y digo “para mi sorpresa” porque la lógica electoral viene a demostrar que los partidos mayoritarios representan los intereses de la mayoría de los ciudadanos o electores y que los partidos minoritarios representan los intereses de una parte reducida de los mismos.

El problema deviene cuando la reciente política de bloques ubica en el gobierno a los representantes de partidos cuyos resultados electorales no pueden asimilarse con una mayoría de electores o ciudadanos, sino todo lo contrario. Así, la coalición Bloc-Compromís goza hoy de responsabilidades en la alcaldía de Valencia, en la Vicepresidencia del Consell o en la Conselleria de Educación que le permite aplicar estrategias de ingeniería social para intentar modular la opinión de un ciudadano equivocado (a su juicio) al que deben reconducir en sus ideas.

Piensa Compromís que los padres se equivocan cuando eligen educación concertada para sus hijos y que es la Administración y concretamente Compromís quien mejor sabe lo que le interesa y conviene al hijo de cada cual. Piensan igualmente que las familias que eligen el castellano como lengua vehicular para la enseñanza de sus hijos se equivocan y que son los políticos los encargados de corregir este error ya que ellos y solo ellos saben cuál es el mejor sistema de aprendizaje de lenguas para los niños y niñas.

Igualmente piensan ellos que hay un ciudadano equivocado que elige coger el coche para desplazarse y que lo mejor es tensionarlo e irritarlo para que desista y emplee una bici, patinete o similar. La “dictadura de la bici” pasa por agotar al conductor, que extenuado decide dejar el coche en casa. Lejos quedan las sensatas políticas de movilidad aplicadas en algunas ciudades europeas, esas que apuestan por redoblar esfuerzos en el trasporte público colectivo (más frecuencias, más líneas) de forma que es el ciudadano el que elige no coger el coche porque le es mucho más cómodo y barato coger el bus.

Lejos de esto último, los sabios de la minoría han decidido rectificarnos a todos, pues estamos equivocados y ellos tienen la razón de forma incuestionable. En su lógica, los demás deberíamos comprender que las celebraciones de carácter religioso deben quedar fuera del ámbito de la acción pública y que las Reinas Magas republicanas son el mejor antídoto para rectificar nuestras “tendenciosas” tradiciones y costumbres de arraigado y marcado origen cristiano. En fin…

No obstante, y a pesar de su inquebrantable cabezonería, los “equivocados” somos una aplastante mayoría de ciudadanos que queremos seguir eligiendo en libertad cuestiones tan fundamentales como quién, dónde y cómo educan a nuestros hijos. Los “equivocados” mayoritarios queremos seguir disfrutando de las costumbres que nos transmitieron nuestros padres y madres, y lo de las Reinas Magas nos parece una majadería. Los “equivocados” vemos necesaria una política de movilidad seria y no caprichosa que cuente con informes favorables de Policía Local y de Bomberos antes de construir cualquier vial reservado. Pensamos que el consenso con vecinos y comerciantes es importante en estas cuestiones y que no deben construirse carriles bici allí donde implicaría dejar un solo carril de circulación para vehículos de particulares o emergencias.

“Los equivocados”, esa incorregible mayoría que no tiene intención de dejarse reconducir por una minoría tirana, pensamos seguir eligiendo y que nadie pase su apisonadora ideológica por encima de nuestros sueños y nuestras libertades. Por eso, y solo por eso, ellos nunca defenderán los intereses de todos, solo defenderán los intereses de los suyos.

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