Cada uno de nosotros puede difundir los logros de la integración europea
Hace poco más de una semana asistí, en un mismo día, a dos conferencias celebradas en Valencia, ambas impartidas por dos personas con larga trayectoria en la integración comunitaria. Por la mañana y en la Universidad de Valencia, Teresa Freixes, catedrática de Derecho Constitucional en la Universidad Autónoma de Barcelona y Catedrática Jean Monnet en la misma disciplina. Su trayectoria se ha desarrollado a través de numerosos proyectos de investigación y también como consultora europea en materias de derechos humanos e igualdad. Es actualmente, además, la presidenta de Concordia Cívica, una asociación que defiende la unidad de España desde Cataluña. Por la tarde, en la Universidad Católica de Valencia, Margaritis Schinas, actual portavoz de la Comisión Europea y previamente director de gabinete de varios comisarios europeos.
Al valorar el día, teniendo en cuenta las intervenciones del público en la ronda de preguntas tras las conferencias, la cuestión más planteada fue cómo hacer llegar a los ciudadanos la importancia que tiene en sus vidas la acción diaria de la Unión Europea. Es cierto que España es un país donde se valora muy positivamente la integración europea, pero también lo es que la opinión pública a veces cambia con rapidez y nadie está libre de las mareas anti europeístas que dieron lugar al Brexit y que siguen amenazando a nuestros principales socios.
Teresa Freixes habló en su conferencia (celebrada el 9 de marzo) sobre cómo se ha trabajado y avanzado desde la Unión Europea por la igualdad entre hombres y mujeres. En concreto, se centró en una figura, la jurista belga Éliane Vogel-Polsky (1926-2015). Verdadera “madre” de la integración europea, durante toda su vida defendió una Europa en la que todos los ciudadanos, hombres y mujeres, tuviéramos iguales oportunidades. En Tratado de Roma (1957), que constituye la Comunidad Económica Europea, se incluyó un artículo (el 119) que establece que ante igual trabajo debe existir igual remuneración. Aunque este artículo no fuera suficiente para asegurar que una mujer cobrara lo mismo que un hombre, en él se apoyó para defender ante el Tribunal de Justicia de la UE el caso “Defrenne”. Se trataba de una azafata de la compañía belga Sabena a la que no se le permitió seguir trabajando en los vuelos (se la desplazaba como personal de tierra) por haber cumplido 40 años. Ello suponía disminuir sustancialmente su salario y contrastaba con la situación de los hombres que eran también asistentes de vuelo, para los que no existía límite de edad. El Tribunal de Justicia le dio la razón en 1976 y, lo que es más importante, reconoció que la igualdad entre hombres y mujeres era directamente invocable ante los tribunales nacionales y se incorporaba como fundamento del Derecho Comunitario. Teresa Freixes tuvo la oportunidad de colaborar con ella, participando en diversos grupos de trabajo con el fin de plasmarlo en los Tratados. Pasarían años hasta que se incluyera en la Carta de Derechos Fundamentales (firmada en 2000) y en los Tratados europeos, lo que se hizo definitivamente en el artículo 2 del Tratado de Lisboa (2007).
Por su parte, Margaritis Schinas habló de los cinco ejes de acción prioritarios para la Comisión Europea: completar la reforma de la Unión Monetaria; reforzar las políticas de migración y asilo; adaptar el Presupuesto Europeo a las nuevas necesidades, entre ellas financiar dichas políticas; ocupar el espacio que deja Estados Unidos en el contexto internacional y reforzar el carácter democrático de las instituciones europeas. Como portavoz de la Comisión, estaba presentando lo que se puede hacer de aquí a las elecciones europeas de mayo de 2019. De todo ello, me quedo con el cuarto punto, pues resulta crucial, desde el punto de vista de la política comercial, pero también de la política exterior, que la Unión Europea esté optando por el multilateralismo, es decir, que continúe defendiendo la eliminación de barreras en el comercio mundial, en un momento en que Estados Unidos defiende el proteccionismo y el bilateralismo. Varias personas del público le preguntaron si la UE tiene dificultades para hacer llegar a los ciudadanos el papel que juega en su vida, esto es, si se trata de un problema de comunicación. Me gustó la respuesta: dijo que hizo más por difundir la idea de Europa una campeona olímpica italiana (Elisa di Francisca) que paseó la bandera europea al celebrar su victoria en Río de Janeiro que todas sus ruedas de prensa.
No quiero caer en cursilerías ni en frases solemnes, pero lo cierto es que somos nosotros los que debemos realizar esa tarea, no esperemos a que otros discursos, populistas y oportunistas, nos hagan olvidar los más de 70 años de paz en Europa, de avance económico y social que los europeos hemos construido juntos. ¡Cuéntalo!