La valenciana Carmen Calvo lleva al Museu Picasso su obra más "singular"

BARCELONA (EP). El Museu Picasso dedica una exposición hasta el 3 de septiembre a la obra "rica y singular" de la artista visual valenciana Carmen Calvo, Premio Nacional de Artes Plásticas 2013, con una pequeña retrospectiva más obras creadas en la pandemia y una colección de postales modificadas que ha completado con algunas del museo barcelonés.

El director del museo y comisario de la exposición, Emmanuel Guigon, ha resaltado la obra singular de la artista tanto en el plano español como internacional, y ha recordado que "hacía tiempo" que no exponía en Barcelona.

La otra comisaria de la muestra, Victòria Combalia, ha incidido en que es "la primera vez" que una institución museística de Barcelona le dedica una antología, pese a que muchas tienen obra suya.

Combalia ha destacado que la obra tiene una "crítica muy sutil" de la posguerra y el franquismo, ha remarcado la voz personal de Calvo y ha destacado los dibujos que se exponen, una faceta suya no tan conocida.

Calvo (Valencia, 1950) ha mostrado su agradecimiento por la exposición, ha dicho que sus obras son una cuestión de "memoria" y ha añadido que la exposición refleja un abanico de materias que le interesan.

La exposición, que se inicia con algunas de sus primeras obras, refleja cómo la infancia es para ella un motivo recurrente, como evidencia la pieza final, 'Una jaula para vivir', una instalación que alude a un episodio de abuso infantil sucedido en los años 90.

La muestra refleja también las formas de yeso o escayola extraídas de moldes de cartón o de cajas, con el resultado de bloques geométricos que remiten a composiciones constructivistas.

Una de las salas de la exposición está dedicada a los fragmentos de escenas, instantes y rostros que la artista recopiló durante los meses de confinamiento con su teléfono móvil, y que quedaron recogidos en la película 'collage' '¡No es un sueño! ¡Está pasando de verdad!'.

Postales modificadas

Una sala reúne una serie de postales modificadas que Calvo inició en 2018 y que ahora ha completado con postales del Museu Picasso, con las que las historias se suceden para definir una fantasmagoría muy personal.

La exposición se completa con una serie de fotografías en blanco y negro, donde la artista brinda un relato crítico de la posguerra y la falta de libertad de expresión, una sala dedicada a los maniquíes con los que ha explorado metafóricamente sentimientos, deseos y represiones, y culmina con la pieza 'Una jaula para vivir'.

Esta pieza surge del episodio real de una niña de siete años que había estado encerrada en una especie de jaula durante semanas, y la artista recrea esta historia llenando un habitáculo blanco con muñecas, peluches y otros objetos infantiles que solo se pueden contemplar a través de unos orificios en las paredes de la caja.

Calvo, que representó a España junto a Joan Brossa en la Bienal de Venecia de 1997, ha dicho que en su obra denuncia pero que no le gusta "subrayar", y ha remarcado que no sigue ningún guión más que el suyo, hablando en su obra de aquello que la altera.