VALÈNCIA. Fundación Bancaja cierra su programación expositiva de 2024 con la apertura al público de Sueños cromáticos, de la artista Nanda Botella, aunque sin inauguración oficial “por respeto a las víctimas y damnificados de la Dana”, explican desde la entidad. El proyecto, con todo, completa el ‘menú’ artístico del centro cultural haciendo un recorrido por la evolución de la creadora valenciana durante los últimos diez años a través de sus grandes series temáticas, marcadas siempre por el uso de las formas y el color.
Comisariada por el crítico de arte y profesor de Estética y Teoría de las Artes de la Universidad Autónoma de Madrid, Fernando Castro Flórez, la exposición está integrada por 40 obras entre pinturas, esculturas e instalaciones, en las que Nanda Botella se expresa a través de la potencia de sus colores caldera, rojos y azules, y la exploración de materias como el pigmento, el textil, la cerámica, la madera o el metacrilato.
Nanda Botella (Valencia, 1960) concentra su trabajo en la imaginación y la labor de transmitir sensaciones a través de la materia. El color funciona como detonante energético en una obra que despierta en el espectador la curiosidad por detenerse en lo concreto desde la abstracción, y que invita más a sentir que a interpretar.
La exposición, que se podrá ver hasta el mes de febrero, está presidida por la instalación de una estructura esférica de hierro que recuerda a una colmena, y que contiene cientos de piezas de papel y cuerda, elementos que establecen un diálogo entre diferentes materiales e interactúan con el espacio para evocar la emoción de la creación artística usando las formas y los colores para construir profundidad y evocar transparencia.
La estética de Nanda Botella es heredera de la tradición de la abstracción matérica, recuperando la dimensión monumental de Mark Rothko y la intensidad gestual de Jackson Pollock. La artista da rienda suelta a lo espontáneo sin perder el control del cuadro, mezclando gesto, mancha y grafismos con una extraordinaria pasión cromática. Su pintura tiene puntos de contacto con la abstracción desarrollada por José Guerrero, Luis Feito o José Manel Broto, siendo también manifiesta la influencia de Joaquín Michavila y José María Yturralde.
Con motivo de la exposición se ha editado un catálogo con la reproducción de las obras expuestas y un texto crítico del comisario. Dentro de su programa de mediación, la Fundación Bancaja ofrece visitas comentadas de la mano de un experto especialista en arte y mediación cultural.
El Año Sorolla clausura sus actividades en València con una gran exposición en Fundación Bancaja en la que la emoción une el trazo del pintor y el relato de Manuel Vicent