EL CUDOLET / OPINIÓN

La verdura china hecha en València

18/02/2023 - 

Hace tiempo que eso del patriotismo lo tengo en cuarentena, la agricultura no entiende de nacionalidades, patrias ni religiones. Comer y dar de comer a tus hijos es el verdadero patriotismo. El resto de abanderados para los fieles a los campeonatos del mundo o a las Olimpiadas.Trabajar la tierra es uno de los oficios más nobles y sacrificados que se conocen desde la antigüedad. Y el reconocimiento hacia los que todos los días nos dan de comer está en batería baja. València ha sido una ciudad de huerta y de mercados. Poco queda de esas imágenes aéreas del green valenciano rodeando las torres y las murallas. Solo las litografías, la pintura, las postales y las fotos en color sepia. Recurrimos a ellas. 

En las últimas décadas los nuevos ciudadanos han aportado su granito de arena, para entre comillas salvaguardar y proteger la agricultura local. La nuestra. La de proximidad. También hay que aplaudir el "esfuerzo" del Ayuntamiento de la ciudad por fortalecer y dinamizar los mercados apoyando la venta de hortalizas y cítricos a pie de calle. Me reconforta. No estoy entre la clientela del lineal, del plástico y por supuesto de la distribución a granel. No soy una hormiga dentro del hormiguero. Tampoco un lobo solitario. 

A Mircea lo conocía de circular por la CV-500 con el tractor, a las horas, después del cansancio coincidíamos en una cervecería que ambos solíamos frecuentar. Su esposa Alina se unía también.Un saludo nos bastaba. No hacía falta más. Tenía referencias por conocidos que era un agricultor serio y responsable. El matrimonio de mediana edad nació en Rumanía, viniendo a España en 2009 y fijando su residencia en la localidad pesquera y del tomate, El Perelló. 

Sus primeros pinitos con la azada sobre la arena los marcaría por cuenta ajena, momento en que la explosión demográfica de la comunidad china estaba en auge repartida por todo el mundo occidental. Dicho desembarco del mandarín fue una oportunidad, una ventaja, y un marshall a la agricultura local, una agricultura que seguía dando de comer a los defensores de la dieta Mediterránea. Había que alimentar de sus costumbres a toda la comunidad china y eso era posible sobre el triángulo que da forma a la "mancomunidad"  compuesta por El Perellonet, El Perelló y El Mareny entre otros,  centralizado en Sueca. 

Después de torear muchas campañas, plantando y recolectando, en 2015, Mircea daría el salto a la independencia, es decir, trabajar la arena por cuenta propia. Allí estaría junto a él, Alina compañera sentimental y madre de Sofía, la hija del matrimonio que es hasta fallera de una comisión de El Perelló. Una valenciana más arraigada a nuestra cultura festera. Desde entonces el matrimonio, temporada tras temporada, ha enfocando su modelo de negocio, si se puede llamar negocio a la siembra de verdura china y fuera de temporada a otros cultivos.

Ambos y con la ayuda temporal de Luciano, no han dejado de producir en las casi 10 anegadas que gestionan, la amarilla-choi sum, la verde- pak-choi entre otros vegetales que siembran para una cooperativa que las exporta a media Europa. Todo ese gran trabajo que realizan depende mucho del cambio climático, un factor decisivo para hacer buena verdura, que la hacen, para alimentar a una comunidad muy exigente. Todo esto sin contar con las duras exigencias que desde la Unión Europea marcan a los agricultores. Yo seguiré tomando birras con Mircea y Luciano, en la cervecería de siempre, sin Trini, nuestra cocinera particular, maestra de los fogones que por desgracia nos dejó hace unos días. (R.I.P)