VALÈNCIA. Los peores augurios para la cúpula del PSPV y, por extensión, para el secretario general y presidente de la Generalitat, Ximo Puig, se confirmaron este viernes por la tarde: la verificación de avales llevada a cabo en Ferraz disolvía como un azucarillo las esperanzas de los afines a Susana Díaz en la Comunitat. Ambas candidaturas veían anuladas en torno a 4.000 firmas, por lo que no se producía a primera vista ninguna irregularidad llamativa más allá de lo habitual en un proceso de estas características en el que se entregaron en torno a 63.000 y 57.000 avales respectivamente.
Así, y salvo que el grueso de las firmas invalidadas de Sánchez procedieran de la Comunitat, algo que parece poco probable, la derrota de Puig y su entorno en este primer pulso ha sido contundente. Una desventaja de Díaz de casi 3.000 avales entre los militantes valencianos pese al respaldo público de Puig, solo puede evidenciar la debilidad del líder. Así pues, que el presidente de la Generalitat considere a la andaluza como la mejor opción para pilotar el PSOE no es una razón suficiente para que los afiliados le sigan: un hecho preocupante para el jefe del Consell, que además debe enfrentarse en breve a un congreso nacional para renovar su propio cargo en el partido.
Es cierto que este proceso se ha desarrollado en circunstancias especiales. Los datos de participación en la recogida de avales en la Comunitat se han situado en torno al 85% de la militancia, una cifra muy por encima de lo habitual ya no solo para una captación de firmas, sino también para una votación de primarias. Echando la vista atrás, en las elecciones internas de 2014 apenas se superó el 50% en esta fase y, si se mira el cómputo estatal, los avales presentados superan en total al número de votantes de aquel proceso pese a que existen 10.000 afiliados menos.
Esta extraordinaria movilización ha venido por ambas partes: desde el 'susanismo' estaban decididos a dar un golpe de mano definitivo al proceso en este envite. De hecho, fuentes próximas a este candidatura -sabedoras de la alta cifra de avales cosechada por la andaluza- se atribuían horas antes en privado una ventaja de unas 20.000 firmas sobre Sánchez. No obstante, en la otra orilla, el madrileño también había hecho su trabajo: principalmente apelando al enfado de la militancia después de que el PSOE facilitara la investidura de Mariano Rajoy. Una inflamación que los 'susanistas' esperaban que descendiera pero que, a tenor de los resultados presentados, se mantiene viva.
Trasladado a la Comunitat Valenciana, la cifra de 5.300 avales alcanzada por los partidarios de Díaz es alta. De hecho, es superior en más de 1.200 firmas a la que obtuvo Pedro Sánchez hace tres años en este territorio. Sin embargo, los resultados del madrileño son espectaculares y el agujero generado en la provincia de Valencia, digno de estudio. Pese a que la cúpula del PSPV afín a Díaz había conseguido arrogarse el apoyo de alcaldes jóvenes como Roger Cerdà (Xàtiva), Diana Morant (Gandia), Carlos Fernández Bielsa (Mislata), José Antonio Sagredo (Paterna) o el mismísimo presidente de la Diputación de Valencia, Jorge Rodríguez, la derrota ha sido inapelable, empezando en el propio Cap i Casal.
En Alicante, los 'susanistas', a quienes se adhirió el alcalde de la capital, Gabriel Echávarri, y el de Elche, Carlos González, han salvado los muebles basándose en las grandes agrupaciones -Alicante, Elda o Alcoi-, si bien el rendimiento de los 'sanchistas' en varias comarcas como la Vega Baja ha sido lo suficientemente alto para discutir la victoria de Díaz. Por otro lado, en Castellón, la provincia de Ximo Puig, los afines al madrileño han doblado a la andaluza, lo que pone en evidencia, o al menos así lo consideran los afines a Díaz, que varios referentes de la capital y la provincia han preferido no respaldar la opción del presidente.
Tras esta primera refriega, la situación se complica -y mucho- para la dirección del PSPV. Después del esfuerzo titánico del 'susanismo', el varapalo en la recogida de avales obliga a un sobreesfuerzo del aparato nacional para enjugar la diferencia. Por su parte, el también aparato 'sanchista' tiene la ventaja de que el militante de Pedro parece actuar desde una motivación más autoinspirada que la de su rival.
Ahora bien, desde el 'susanismo' opinan que la enorme cantidad de avales de los rivales no será tan fácil de verla plasmada en las urnas. En cualquier caso, una derrota de los partidarios valencianos de Díaz en las primarias, tal y como apunta este primer test, dejaría en una situación muy delicada a Puig y a sus colaboradores, dado que abriría el melón de cara al congreso nacional que deberá celebrarse a continuación y en el que el presidente de la Generalitat debería aspirar a la reelección.
En condiciones normales, los jefes del Gobierno no reciben contestación en forma de candidatura alternativa en este tipo de proceso. No obstante, dependiendo de cómo se resuelva el cónclave federal, Puig puede encontrarse rival o, en todo caso, con un frente articulado que busque una alta representación en la nueva Ejecutiva que salga del congreso. Una situación que dará lugar a nueva batalla o a una negociación en la que el presidente puede verse obligado ceder espacio.