opinión

La volatilidad en el mercado de divisas se traslada a las bolsas


El director de Riesgos de Ebury advierte sobre los nuevos capítulos de volatilidad que se están volviendo a vivir en los mercados de renta variable ante los vaivenes en el forex

13/09/2016 - 

MADRID. La semana pasada, durante la cual se celebraron numerosas reuniones de bancos centrales, trajo consigo gran volatilidad intradía en el mercado de divisas. La prudencia del Banco de Canadá y el discurso relativamente agresivo esgrimido por el Riksbank sueco causaron que sus respectivas monedas tomaran rumbos opuestos. El dólar canadiense mostró el peor comportamiento de todas las monedas del G10, mientras que la corona sueca registró los mejores resultados, lo que sirve para corroborar de nuevo que las políticas que aplican los bancos centrales se han convertido casi en el único factor del que dependen los mercados de divisas.

Más ambigua fue la reacción que el mercado adoptó frente a la reunión del BCE, que resultó ligeramente más conservadora de lo esperado. No se anunció ninguna ampliación del programa de flexibilización cuantitativa y, aún así, el euro cerró la jornada del jueves a la baja. Esta circunstancia nos transmite que el comportamiento del euro en las últimas semanas guarda más relación con la fijación de posiciones que con cualquier cambio claro de tendencia. 

Por su parte, la caída que afectó a los mercados de valores el pasado viernes se atribuyó a los agresivos comentarios provenientes de Eric Rosengren, presidente de la Reserva Federal de Boston. Sin embargo, esta explicación nos parece insuficiente, ya que Rosengren no añadió nada que no se supiera.

Durante esta semana también se celebrarán diversas reuniones de bancos centrales en Suiza, Rusia y Taiwán. La inflación del Reino Unido y las cifras del mercado minorista de Estados Unidos serán los principales datos macroeconómicos que condicionarán el comportamiento de los mercados de divisas. Más allá del mercado de divisas, la cuestión clave será seguir de cerca el funcionamiento de los mercados de capital tras la importante venta masiva que afectó a los valores bursátiles estadounidenses a última hora de la noche del viernes.

En contra de lo esperado, el BCE decidió retrasar su decisión sobre prolongar el programa de flexibilización cuantitativa más allá de su fecha de finalización, fijada para marzo de 2017. Resultó sorprendente que el euro, después de ciertas dudas, cerrara el día por debajo del dólar. Además, su venta masiva tuvo continuidad el viernes en medio de una atmósfera marcada por la aversión generalizada al riesgo demostrada por los mercados estadounidenses. Probablemente, la ausencia de acontecimientos que afecten a los mercados desde la Eurozona implica que la cotización del euro dependerá de lo que suceda en Estados Unidos.

Enrique Díaz-Álvarez es director de Riesgos de Ebury

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