VALÈNCIA. (EFE). El parque natural de L'Albufera se dividirá este año en dos áreas con motivo de la quema de la paja del arroz, en una de las cuales se podrá proceder a la quema -en función de las condiciones meteorológicas y de prevención de incendios-, y en la otra no se podrá quemar en ningún caso.
Así lo ha anunciado en un encuentro con periodistas la consellera de Agricultura y Medio Ambiente, Elena Cebrián, quien ha precisado que en 2019 habrá una rotación de las dos zonas, para que se pueda quemar en la que no lo ha hecho este año, y para que no se pueda hacer en la otra.
Cebrián ha destacado que son conscientes de que no pueden "prohibir al cien por cien" la quema de la paja del arroz, pues podría conllevar problemas de sanidad vegetal y de falta de oxígeno en el agua.
Ha recordado que el año pasado se estableció un calendario de quemas, pero cuando se hizo balance de la campaña se comprobó que había sido "bastante complicado" cumplirlo para los agricultores, y por eso este año, tras un proceso participativo, se ha adoptado esta medida, cuyos detalles se presentarán en breve.
Según ha indicado, han comprobado que es necesario dar un mayor acompañamiento a los agricultores en este proceso, y por eso están elaborando una "guía de buenas prácticas" sobre las condiciones en que potencialmente se puede quemar la paja.
Ha admitido que cada otoño se encuentran con la problemática de qué hacer con la quema de la paja de los arrozales, por las molestias que crea a los ciudadanos de la ciudad de València y las localidades de alrededor de L'Albufera, y por su impacto directo en la calidad del aire.
La consellera ha recordado que se trabaja para ofrecer alternativas en el uso de la paja del arroz que permitan evitar las quemas, pues no existe una solución "única ni fácil" ni "milagrosa" que permita acabar con el problema, sino que hace falta "una combinación de proyectos".
Cebrián ha citado el proyecto conjunto con el Ayuntamiento de València y Mercavalencia para hacer compostaje con los residuos orgánicos de este centro agroalimentario y la paja del arroz, o iniciativas como utilizar esa paja como cama para el ganado, e incluso para hacer fallas.
Ha destacado que el principal problema es el "elevado" coste del empacado y el transporte de la paja desde los campos de arroz, y por ello la Conselleria ha establecido una línea económica para retirar la paja de la zona donde no se permitirá quemar este año y ponerla a disposición de los "usos alternativos".