VALÈNCIA. (EP) La exposición Renàixer. Darreres restauracions de les troballes arqueològiques a València que ofrece el centro arqueológico de la Almoina, en València, se ha prorrogado hasta el 30 de septiembre debido a la gran afluencia de público. En total, ha recibido a más de 43.000 visitantes desde que se inauguró el pasado 1 de marzo, lo que supone una media de más de 7.100 personas al mes.
La muestra, prevista inicialmente para un semestre, recoge 63 piezas recuperadas en varias excavaciones, que abarcan desde la época romana hasta el siglo XX. Se trata de objetos que quedaron sepultados y "olvidados" en el subsuelo y ahora "vuelven a renacer" gracias a los profesionales de la arqueología y la restauración que "les han devuelto parte del esplendor que tuvieron en el pasado", ha destacado el Ayuntamiento de València en un comunicado.
La exposición pretende dar a conocer el patrimonio arqueológico municipal y está ubicada en la sala de exposiciones temporales de la Almoina, hasta el próximo 30 de septiembre, último día que estará abierta al público.
La concejala de Patrimonio y Recursos Culturales del Ayuntamiento de València, Glòria Tello, ha destacado que durante los meses en los que ha estado activa "han suscitado gran interés los hallazgos recuperados en distintas excavaciones de València a lo largo de muchos años de actividad arqueológica y que ahora se presentan al público después de un escrupuloso proceso de restauración".
Organizada por la Sección de Investigación Arqueológica Municipal (SIAM) y comisariada por la arqueóloga e investigadora Paz Armengol Machí, la muestra presenta 63 objetos fabricados en diversos materiales (cerámica, piedra, madera, vidrio, hueso trabajado y metal), que abarcan desde la época romana hasta el siglo XX.
El público puede encontrar cerámicas procedentes de las necrópolis de la calle de la Mare de Déu de la Misericòrdia y de la avenida Constitución, lámparas recuperadas en la calle Salvador y también en la Almoina o una pequeña figurita femenina de barro aparecida en la calle Palomar.
De época andalusí hay cerámicas, tanto de cocina como de vajilla de mesa, estas últimas decoradas en verde y manganeso, alguna de ellas con inscripciones en árabe. Es el caso del barreño de la plaza del Marqués de Busianos, donde se puede leer "Confía, tendrás bastante". Asimismo, se pueden ver jarretas decoradas con la técnica de cuerda seca parcial y esgrafiado, como las de la excavación de las calles Eixarchs y Valeriola, al antiguo arrabal de la Boatella, en el entorno del Mercado Central.
De los siglos XIV y XV son dos ejemplares cerámicos decorados en verde y morado, uno de Teruel y el otro valenciano, a los que se unen dos piezas relacionadas con la producción de las llamadas formas de "sucre". En cuanto a los siglos XVII y XVIII, se puede contemplar un repertorio de cerámicas, que van desde importaciones italianas de Faenza y de la Liguria, hasta elaboraciones de Teruel en verde y marrón, y valencianas, de reflejo metálico y policromas.
En vidrio y hueso trabajado se han recogido utensilios de carácter más personal, como por ejemplo botellitas de vidrio, agujas de hueso, un peine de marfil o un yunque para afilar hoces. De metal hay restos de armas, como una punta de jabalina y una lanza de hierro de época bajomedieval, así como una pistola y un revólver de las primeras décadas del siglo XX.
Se han incorporado también tres hallazgos procedentes del Monasterio de San Vicente de la Roqueta, concretamente dos vigas de madera policromadas del siglo XIV, y una escultura de un Jesusito de mármol blanco, perteneciente al altar de una de sus capillas. A todo esto se debe añadir un pequeño fragmento de tejido realizado con hilo de oro del siglo XI proveniente del sudario de un entierro del panteón de los reyes musulmanes de Balansiya, recuperado en las excavaciones de la Almoina.
Todos los objetos de la muestra se han reunido en un catálogo, donde también se puede seguir la explicación de los procesos empleados en su restauración.