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el pintor va un paso más allá con 'Evolution'

La obra de Paco Dalmau muestra qué sucede cuando la pintura "se crea sola"

9/12/2021 - 

CASTELLÓ. Pasa de media un espectador veinte segundos frente a cada obra de arte. Serán algunos segundos más si, en lo que dura ese primer vistazo, logra captar su atención. Sin embargo, detrás de cada cuadro hay muchísimas horas de trabajo. Horas que, como en el caso de Paco Dalmau, se invierten explícitamente en tratar de generar unas emociones en el espectador. No es un "yo pinto para mi mismo". Que también. Pero, cada uno de los cuadros de la serie 'Evolution' tiene como objetivo llevar al público a un estado de ánimo diferente. Un reto para nada sencillo que, en cambio, se puede conseguir simplemente variando la gama cromática y la textura visual escogida para cada lienzo. Es lo que se conoce como 'psicología del color'. Cada una de las tonalidades que observamos puede ser capaz de estimularnos o deprimirnos, de generarnos confianza o todo lo contrario.

"Asociamos los colores básicos a un concepto; el rojo al calor y el azul al frío, pero hay una gama prácticamente infinita de colores y valores. En eso intento trabajar yo. Quiero que el espectador tenga su propia conexión con la obra. Yo no les doy un mensaje, el mensaje está abierto. Por eso es tan importante la interpretación. En mis trabajos el espectador es parte esencial, sin él no tendría sentido. Siempre me ha parecido muy importante seguir el circuito de emisor-mensaje-receptor", comenta el artista, que afirma, "si el público en lugar de unos segundo le dedicará un minuto a la pintura abstracta, la verían diferente. Podrían entender todo lo que pasa en ella, la textura y la complejidad de los colores". 

Y es que, aunque Dalmau es un apasionado de esa pintura más indefinida e inconcreta, es consciente de que son más los que buscan en el arte una respuesta fácil y sencilla de entender. "Es normal que cuando una persona visita el Reina Sofía quiera verlo todo. Pero eso no tiene sentido, porque para depositar nuestra atención en cada obra de arte y entender su significado y lo que esta busca transmitir, hace falta mucho tiempo. Sería como el mismo tiempo que se requiere para leer un libro o ver una película." 

En su caso, para la serie 'Evolution', Dalmau ha querido que sea además el espectador quien se esfuerce en descubrir qué le genera el arte, ya que además, asegura que su acción se vuelve, también en la ejecución, "casi invisible". "Es el trabajo en el que me he sentido más seguro de mí mismo, considero que he dado un paso más allá, y sin embargo mi participación en la obra es de un 25 por ciento. Después de intervenir, me centro en ver por dónde van los colores, qué recorrido deciden tomar, por las combinaciones y el tipo de material utilizado. La pintura también es responsable de lo que sucede en el cuadro. Muchas veces la imagen que tengo en la cabeza no es la que termina saliendo y otras veces sí lo es, pero ha sido reforzada", explica. 

Y es que en este trabajo abstracto, pero también expresivo, en el que el creador participa, las pinturas parecen simplemente nacidas por sí mismas. Por esa razón su acción se vuelve casi inexistente. "La erosión del material, los esmaltes y el difuminado del color, consigue incorporar en cada cuadro una distancia entre capas y valores, lo que aporta una sensación de profundidad, misticismo y espiritualidad." Aun así, es la introspección, la motivación, la autoconciencia y la forma de percibir su relación con el mundo, los temas en los que Dalmau se enfoca para la realización de estas pinturas. "Con estos ingredientes, hago el ejercicio de interiorizar mis sensaciones y emociones para poder llevar a cabo esta experimentación en los lienzos", detalla.

El creador de Vila-real, que lleva viviendo desde 2012 en Rotérdam, expone ahora mismo parte de estas obras en la Art Basel de Miami, gracias a la selección de artistas que la Alfa gallery Miami, la galería que lo representa en USA, ha hecho. Pero, el trabajo de 'Evolution' continuará vivo y en infinita creación por mucho tiempo. En efecto, el pintor suele dedicar al menos dos años a cada una de sus series y ya tiene programadas para el año que viene dos exposiciones incluso en la Comunitat. Será en septiembre cuando represente a la galería La Mercería en la próxima edición de Abierto València, pero también ese mismo mes estará expuesta su obra en El Convent, espai d'art, de Vila-real. Antes, el 13 de diciembre, desplegará sus obras en la B.A.D Foundation de Róterdam. 

La obra de Dalmau, distinguida en Europa

La pandemia obligó a Dalmau a dejar de lado uno de sus proyectos más queridos: el White Wall Project editions. Un festival, en marcha desde 2013, que invitaba a artistas y vecinos de Róterdam a participar en un lienzo de unos 800 metros de largo, donde cada uno de ellos podía expresar con pintura sus inquietudes sobre temas tan amplios y complejos cómo qué les sugiere el estado de su comunidad. Hay en la ciudad neerlandesa muchos problemas entre los barrios obreros y los más acomodados, también entre las diferentes culturas que allí conviven. Ante esto, la idea de Dalmau era que la pintura hiciera de altavoz y de canalizador de todas sus emociones. Miles de personas se reunieron en su última edición para involucrarse. Pero además, la cita ha servido año tras año para generar una gigantesca obra de arte en la que conviven tendencias creativas de todas las demás ciudades. No obstante, fue precisamente esta filosofía basada en la participación social a través del arte la que hizo paralizar en seco el festival, que no volverá hasta de aquí un tiempo, cuando la situación sanitaria se estabilice. 

Así lo asegura su impulsor, quien con todo ha sabido aprovechar estos tiempos difíciles para no dejar de crear. "Lo malo del White Wall Project es que dejaba de ser artista para convertirme en un hombre de negocios. Al ser el director tenía que ocuparme de todo. Ahora me encuentro muy cómodo haciendo esta serie de cuadros, que no dejan de ser el resultado de un recorrido de tantos años. Empecé a pintar en 2008", cuenta el artista. 

Desde entonces, Paco Dalmau no solo ha logrado abrirse hueco en los Países Bajos, sino que su obra ha saltado hasta ciudades como Nueva York o Kioto. Pero además, el artista de Vila-real acaba de ser distinguido con la beca Modriaan Fonds, el fondo público para las artes visuales y el patrimonio cultural de los Países Bajos. Un prestigioso listado al que solo acceden 41 creadores y que dota, automáticamente, de valor distinguido a su obra. "Grandes ciudades como Madrid, Barcelona o València no tienen nada que envidiarle a Róterdam, pero sí que hay una cosa cierta y es que la cultura del trabajo aquí es más eficaz y ocurre en todos los trabajos. La financiación es más potente y esto, cuando trabajas en arte, te permite llegar más lejos", concluye el creador, quien es consiente de que su obra no sería la que es sin el apoyo que ha recibido por el camino. Su proyecto White Wall Project ha sido altamente reconocido y también por sus proyectos ha recibido financiación de la CBK Rotterdam y el St. Droom en Daad. Roterdam.

 

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