CASTELLÓ. Casi cinco años después de que el ITC-AICE empezara a trabajar en el ámbito de soluciones hipocarbónicas para la industria cerámica, el Instituto de tecnología Cerámica con sede en la Universitat Jaume I de Castelló ha abierto las puertas este lunes de su primera planta piloto en la que se expone un glosario de posibles soluciones para hacer frente a los desafíos del sector, marcados por la necesidad de abandonar las fuentes de energía de origen fósil y la apertura de nuevos campos hacia otros recursos libres de emisiones de gases de efecto invernadero.
Tras presentar hasta un total de 23 proyectos a las instituciones para su financiación, finalmente han salido adelante una decena, siete ya en marcha y otros tres en proceso de aprobación. Estos proyectos forman parte hoy de la planta piloto cuyo objetivo, tal como señaló en su presentación el presidente de la Asociación de Investigación de las Industrias Cerámicas (AICE), Joaquín Font de Mora, es crear un entorno que permita reproducir las diferentes etapas de los procesos industriales y hacerlo a través de energías alternativas a las tradicionales, como es el gas natural. Esta planta piloto, de 1.157 metros cuadrados, ha requerido una inversión total de 622.109 euros.
El director del ITC, Gustavo Mallol, fue el encargado de desglosar algunos de estos proyectos, como es el caso de Hipocarbonic, que es una hoja de ruta en el camino hacia esa descarbonización en la industria cerámica. En este proyecto se representan los distintos escenarios para la transición hacia el uso de energías verdes en los procesos de fabricación con aspectos que tienen que ver con la mejora de la eficiencia energética, las energías alternativas o perspectivas de desarrollo de cara al horizonte del 2030.
Con una clara apuesta por la electrificación, contempla sistemas de captura de CO2, aplicación de energías renovables y el recurso de economía circular con el aprovechamiento de residuos, entre otros argumentos.
Por otro lado, el proyecto denominado Cer OH Strategies está centrado en esa economía circular con la vista puesta a las cero emisiones requieridas para para el 2050. Aquí se contemplan procesos alternativos que tienen que en buenaparte tienen que ver con la oxicombustión y el desarrollo de quemadores de hidrógeno verde
En cuanto a la iniciativa experimental denominada Energètic contempla de manera una gama de nuevas estrategias y opciones que persiguen aumentar la eficiencia energética del proceso de fabricación cerámico, por ejemplo el diseño de un horno eléctrico prácticamente desde sus inicios.
La planta muestra también avances en cuanto a la creación de un horno piloto de inducción dirigido a la fabricación de fritas; además, un ejemplo vivo de lo que es el proyecto Hidroker, un laboratorio que visibiliza el salto del gas natural al hidrógeno verde en lo que concierne a la cocción del material cerámico.
Además, la planta piloto del ITC contempla a futuro nuevos proyectos a corto y medio plazo que hablan de evaluar las posibilidades de la captura del anhídrico carbónico y el uso de sistemas que permitan concentrarlo ya que este CO2 se encuentra muy disperso en los diferentes procesos productivos.
La economía circular ocupa también otro de los aspectos importantes en esta fase experimental, como son los trabajos desarrollados para el reciclaje del cátodo de las baterías usadas y sintetizarlo para generar pigmentos cerámicos. Entre estos planes de futura para la planta está además de dotarla con nuevos demostradores.
Y a largo plazo, tal como concluyó Gustavo Mallol en su exposición, está transferir todos estos avances a la empresas para facilitarles el camino hacia la transición energética y hacerlo sin perder eficiencia y competitividad.
El Ivace inyecta casi un millón a ITC-AICE para crear su primera planta hipocarbónica del azulejo
El conseller de Economía Sostenible, Rafa Climent, por su parte, incidió durante la presentación de esta planta piloto del ITC en su importancia ya que "supone poner ya encima de la mesa sistemas que podamos implementar en la industria para la descarbonización en los procesos y, con ello, hacer factible que las empresas de la cerámica comiencen a ser competitivas en una coyuntura de cambio hacia energías limpias y libre de emisiones".
Para Climent, es un ejemplo de la decidida apuesta por parte del Consell, concretamente por parte de la Conselleria de Economía a través del Ivace y en colaboración con los institutos tecnológicos. Y vamos a seguir en esa línea con el objetivo de transformar el modelo productivo y hacerlo en un momento con precios muy altos en aquellas energías tradicionales como el gas o la electricidad".