VALÈNCIA. La implantación del carril bici dista mucho de ser perfecta en València. Una tesina de máster para la Universitat Politécnica realizada por el analista de sistemas de información geográfica Benjamín Arroquia evidencia las lagunas y diferencias que existen según barrios, al tiempo que pone de manifiesto las dificultades a las que se enfrentan los usuarios de este vehículo para realizar trayectos que abarquen toda la urbe a causa de un tejido viario lleno de interrupciones.
En el informe, hecho a partir de datos oficiales, se establecen calificaciones para tres cuestiones: el porcentaje de carril bici que existe en cada uno de los 19 distritos, la distancia media del carril bici a los portales de referencia, y la distancia máxima al carril bici. Como forma de evaluación y para poder puntuar cada distrito se han tenido en cuenta parámetros de 0 a 10 adaptándolos a la realidad. Así, por ejemplo, para el porcentaje de presencia de carril bici en los viales de un distrito no se ha establecido como un 10 el 100%, sino que se ha acudido a la mejor distribución existente, que es del 60%, y se ha situado ésta como la máxima nota (10). Igualmente, en el caso de la distancia media del carril bici a los portales, se ha marcado como umbral para el aprobado los 200 metros.
Los resultados obtenidos han dado por un lado una calificación por distritos y por otro lado una calificación global sobre el municipio de València, con un balance penoso: un total de 12 distritos de 19 están suspendidos. Afectan a 491.227 habitantes (62% de la población). La ciudad misma suspende, con una nota media para toda ella de 4,2.
Por partes, la nota para el porcentaje de carril bici en la ciudad se sitúa en 3,2 y la distancia máxima del carril bici a los portales apenas logra un 2,9. Sólo la distancia media hasta un carril bici consigue aprobar, con un 6,6, si bien es gracias a la incidencia en el conjunto de la Movilidad de las ciclocalles y el jardín del río.
Asimismo, el informe revela que existen distritos con distancias a carriles bici muy grandes, algo que según advierte Arroquia en el informe “puede suponer segregador en algunas zonas, ya que los usuarios de bicicleta se ven obligados a circular por vías destinadas a los automóviles, por lo que es un riesgo para los ciclistas urbanos”.
Estos distritos, la mayoría de extracción humilde y con un transporte público deficitario, tienen como principal alternativa de desplazamiento el vehículo privado. Es por eso que se puede decir que es a las poblaciones de estos barrios a las que más se perjudica con las restricciones al tránsito, ya que al no disponer ni de carril bici ni de servicio público frecuente, deben acudir indefectiblemente a un transporte cuyo uso está penalizado.
El mejor ejemplo se puede ver en los distritos periféricos de València, los Poblados del Sur y del Norte, que “tienen poca accesibilidad en bicicleta” según constata el informe y “están claramente desfavorecidos”. “Los vecinos de estas zonas se ven obligados a tomar otros medios de transporte por lo que esto puede provocar aumento del tráfico tanto en estas zonas como en las céntricas de València”, escribe Arroquia. “Es precisamente en estas áreas dónde se consideraría interesante potenciar el uso de la bicicleta como medio de transporte habitual para minimizar el tráfico diario y la polución”, añade.
Por el contrario, los tres distritos más favorecidos son los del centro. El Ensanche, Ciutat Vella y Pla del Real cuentan con una excelente red de carril bici, lo que permite a los habitantes de estos tres emplazamientos desplazarse en este vehículo con asiduidad. Con todo, sus conexiones con el resto de la ciudad son intermitentes, especialmente con los barrios más pobres de los que prácticamente están desconectados, lo que imposibilita prever trazados urbanos que abarquen toda València.
Igualmente, Arroquia, en conversación telefónica, advierte de un detalle y es que el caso de Ciutat Vella “es especial”. “Su gran mayoría está compuesta por ciclocalles que por su tipología comparte el uso con los vehículos motorizados y yo, que he sido usuario de bici y trabajaba en El Carme, puedo dar fe de que es bastante molesto para circular”, explica.
Este caos y tejido, recuerda Arroquia, es el producto de muchos años de gestión, o mejor dicho, de no gestión. No es pues cuestión de sólo de una legislatura y habría que mirar también, y mucho, al pasado para preguntarse por qué se está cómo se está ahora. Pero Arroquia es pesimista en cuanto a la evolución futura. Desde su punto de vista “no hay una tendencia” a resolver la desigualdad, algo que se debe a “una gestión poco adaptada a la realidad de la Movilidad en València” que hace que los habitantes de los barrios desfavorecidos sigan cada día más desfavorecidos.
Una desigualdad que se mantiene, al mismo tiempo que se obstaculiza cada día más el acceder al centro, y que apenas minimizarán los 13 nuevos carriles bici anunciados este pasado viernes 19, que sobre todo beneficiarán a los barrios mejor comunicados. Tal y como está el escenario, València va camino de ser una ciudad de dos velocidades, con unas zonas muy bien habilitadas para bicicletas y otras, pobres o alejadas, sin apenas servicio.
La valoraciones del estudio, distrito a distrito, de menor a mayor, son las siguientes:
—Poblados del Sur: El peor distrito para los amantes de la bicicleta, y eso que incluye L’Albufera. Sólo el 7,8% de las vías están destinadas a la circulación de bicicletas. A pesar de su gran extensión, que incluye hasta El Perellonet, apenas cuenta con 11 kilómetros de carril bici. Hay portales que están a 11,2 km del carril bici más cercano. Como gran medida para estas pedanías se realizaron unos cambios en la CV-500 que fueron duramente protestados por los vecinos y que tanto Generalitat como Ayuntamiento tuvieron que rectificar parcialmente. La única buena noticia es que un futuro, no se sabe cuándo, parte de la autovía de El Saler se reconvertirá en un bulevar con carril bici. Pero por ahora son pájaros volando. Nota final: 0,4.
—Poblados del Norte: Las bicicletas no son para la huerta. Sólo el 1% de las vías están destinadas a la circulación de bicicletas. En los poblados del Norte, en el momento de redactar el estudio, sólo contaban con 338 metros de carril bici. Hay vecinos que tienen el carril bici más cercano a 6,4 km. Y las expectativas no son buenas. Recientemente en Borbotó los vecinos le pidieron al alcalde Joan Ribó que pusiera en marcha el carril bici. El alcalde dijo que lo veía complicado porque habría que expropiar metros de huerta. No hay nada previsto para estas pedanías y el transporte público tiene frecuencias cada vez mayores. Nota final: 0,7.
—Poblats de l’Oest: El podio de perjudicados lo completa, como se corresponde con una ciudad tan centralizada como València, los poblados del Oeste. Las distancias con respecto a los carril bici se reducen: sólo hay que andar 790 metros. Con 2,1 km de carril bici, el 7% de las vías están destinadas a la circulación de bicicletas. Nota final: 2,7.
—L’Olivereta. Seguimos en el extrarradio, seguimos en los puestos bajos. Algunos portales de la avenida del Cid tienen el carril bici a casi un kilómetro de diferencia. El 11,8% de las vías están destinadas a la circulación de bicicletas. Nota final: 3,3.
—Quatre Carreres. Mejoramos en cuanto el porcentaje y extensión de vías que están destinadas a la circulación de bicicletas, que asciende a 23,2 km, el 15,9% del total. La distancia media de los portales al carril bici se mantiene en más de 180 metros, muy parecido a L’Olivereta. El carril bici presupuestado de la avenida del Instituto Obrero mejorará esta coyuntura. El portal más desfavorecido, en la carretera de Chandi número 4, está a 1,4 kilómetros de un carril bici. Nota final: 3,5.
—Jesús. Mejora, es un decir, la distancia máxima. Los habitantes del número 1 de la avenida Manuel Colomer Marco son los que más lejos tienen el carril bici, que está a 720 metros. El 12,8% de las vías están destinadas a la circulación, 5,2 kilómetros. Disminuye la distancia media a carril bici a 149 metros. Nota final: 3,7.
—Patraix. 6,6 kilómetros están destinados a carril bici, lo que supone el 12,7% de las vías. Como su vecino distrito de Jesús, la distancia media a carril bici se halla en torno a los 140 metros. Aumenta, eso sí, el agravio de los vecinos más perjudicados. El portal que se halla más lejos de un carril bici es el número 1 de la calle Creu Roja, en Ciudad Gran Turia. Las buenas noticias es que el carril de la calle Cuenca mejorará la situación. Nota final: 3,8.
—Poblats Marítims. En términos muy similares a los distritos precedentes, la situación de esta parte de la franja costera es levemente mejor, si bien seguimos en la zona de suspenso. El 14,1% de las vías están destinadas a la circulación de bicicletas y la distancia media a un carril bici baja hasta 134 metros, si bien la media mejora gracias a las ciclocalles. Nota final: 3,8.
—Rascanya. Aumenta el porcentaje de calles habilitadas para la bicicleta, si bien casi un tercio de los 8,3 kilómetros son ciclocalles. Disminuye también la distancia media a un carril bici hasta 127 metros, pero sigue habiendo grandes perjudicados: las personas que viven al final de avenida Constitución tienen el carril bici más cercano a 749 metros. Una situación que se solventará con el nuevo carril bici de esta avenida. A ello habría que añadir el previsto para Primado Reig. El aprobado está más cerca. Nota final: 4,3.
—Algirós. Hay un mejor trazado, ya que el 22,4% de las vías están habilitadas específicamente para el uso de la bicicleta. El problema es que la distancia media desde el portal a este tipo de vías se mantiene en la franja de los 140 metros, en gran parte por los caminos de huerta que, como es habitual en la ciudad, están pésimamente acondicionados. Nota final: 4,3.
—Benimaclet. Pese a la cantidad de potenciales usuarios, por ser un espacio de referencia para el alquiler de pisos para estudiantes, el distrito está lejos del aprobado, pero mejorará su situación con el futuro carril bici de Primado Reig. El 18,4% de las vías están destinadas a la circulación y la distancia media hasta un carril bici se sitúa en 127 metros. Nota final: 4,5.
—Benicalap: 10,3 kms de vías destinadas a la circulación de bicicletas no bastan para que este populoso distrito, con 44.596 habitantes, consiga el aprobado por bien poco. Buena parte de ellos se hallan en la parte noble del distrito, donde las rentas son más altas. De hecho los portales más alejados de los carriles bici se hallan en las fincas de Ciutat Fallera. En concreto, en el número 3 de Peris Celda, que se encuentra a 458 metros. Disminuye considerablemente, eso sí, la distancia media hasta un carril bici, situándose en 112 metros desde que sale de casa hasta que se llega a territorio bicicleta. Su situación mejorará con un nuevo carril bici en la avenida Juan XXIII, al lado de los complejos nuevos de edificios, con áticos dúplex y adosados, y la influencia del relativamente cercano de la avenida Burjassot, por lo que se puede considerar como distrito aprobado. Nota final: 4,9.
—Camins al Grau: Conforme nos vamos acercando al centro, mejoran las prestaciones. En esta distrito el 26% de las vías están destinadas a la circulación de dos ruedas. Una situación de privilegio que se incrementará considerablemente cuando se ponga en marcha el nuevo carril en el eje Sancho Tello—Jerónimo Monsoriu, el de la avenida del Puerto, el de Tomás de Montañana y el de Manuel Candela. El portal más desfavorecido es el número 37 de la calle Salvador Pau, a 470 metros del carril bici. Nota final: 5,1.
—La Saïdia. Beneficiado por la cercanía del Jardín del Turia, este distrito se sitúa en la cabecera de la ciudad con una distancia media al carril bici de 96 metros. Más de dos kilómetros de sus 8,2 dedicados a carril bici le vienen por el Jardín del Turia. Nota final: 5,3.
—Campanar. Otro de los distritos beneficiados por la positiva influencia del viejo cauce del río. 19,9 kilómetros de los caminos del distrito están dedicados al carril bici y la distancia media desde un portal hasta estas vías se sitúa por debajo de los 100 metros de distancia. Por si fuera poco, se halla en licitación en el carril del puente de Campanar, que beneficiará su comunicación con el centro, y además está previsto que se realice la licitación en breve de un carril bici en Maestro Rodrigo. Nota final: 5,5.
—Extramurs: La zona noble toma sitio. Entre ciclo calles, carril bici y Jardín del Turia, el 26,7% de las vías están destinadas a la circulación de bicicletas. La distancia media hasta un carril bici se sitúa en 79 metros. Está previsto un nuevo carril bici en la calle Palleter. Donde hay dulce, más azúcar. Nota final: 5,9.
—L’Eixample: El podio lo abre el territorio hipster por excelencia. Con un 29,1% de las vías destinadas a la circulación de bicicletas, el Ensanche puede además presumir de tener una distancia media hasta el carril bici de 75 metros, beneficiado en gran medida por las ciclocalles. El portal más desfavorecido se halla en la barriada más obrera de este distrito, en Malilla, y tiene el carril bici más próximo a 323 metros de distancia. Pese a eso, beneficiado por el buen tejido de carril bici de Ruzafa, el Ensanche es el primer distrito que aprueba con nota. Y su situación mejorará en los próximos meses cuando se incorpore el nuevo carril bici de Reino de Valencia y el de la calle Alicante. Cuanto más cerca del centro, más proyectos de carril bici. Nota final: 6.
—El Pla del Real: Con poco más de 30.000 habitantes, el céntrico distrito, donde se encuentran algunos de los edificios más lujosos de la ciudad y donde mayor es la renta per cápita, es el mejor preparado para el uso de la bicicleta. El 37,7% de las vías están destinadas a la circulación de bicicletas, el porcentaje más alto de la ciudad. La distancia media de un portal a una de estas calles es ligeramente mayor que en L’Eixample y sube hasta 81 metros. Como no podía ser menos, está previsto un carril bici en la avenida de Suecia y la parte del eje Sancho Tello-Jerónimo Monsoriu. Las bicis son para Pla del Real. Nota final: 6,5.
—Ciutat Vella: La zona mejor comunicada para ir en bicicleta es en principio Ciutat Vella, gracias a infraestructuras como el Anillo Ciclista. Con todo, este dato tiene sus matices, ya que el estudio de Arroquia demuestra cómo esto es, en gran parte, debido a la presencia masiva de ciclocalles y la benigna influencia del Jardín del Turia. Así, si en teoría hay dedicados 17,4 kilómetros de vía a las bicicletas, si se quitan ciclocalles y Jardín del Turia la cifra disminuye hasta 2,8 kilómetros y el porcentaje de vías al 4,9%, uno de los peores de la ciudad. Otro tanto sucede con la distancia media desde un portal hasta el carril bici: si tenemos en cuenta las ciclocalles y el Jardín del Turia, la distancia media son 37 metros, un paseo, pero si omitimos ciclocalles y río, estaríamos hablando de 244 metros. Pese a todo, el mejor distrito. Nota final: 6,6.