VALENCIA. Por tercer año consecutivo aumentaron los depósitos de las cajas rurales en la Comunitat Valenciana, según lo constató ayer este diario del último informe del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) correspondiente al cierre del pasado ejercicio. A lo largo de 2015 los depósitos de las cooperativas de crédito crecieron un 2,66% hasta los 12.900 millones de euros donde la mayor parte (12.530 millones) correspondió al sector privado.
Además, la cuota de mercado de las rurales valencianas en cuanto a depósitos se refiere, que cerró con un ratio del 13,77%, se quedó muy cerca de duplicar el 7,55% del conjunto cooperativista español. No hay que olvidar en este sentido que la Comunitat Valenciana cuenta con una treintena de cooperativas de crédito, prácticamente la mitad de las que hay en todo el territorio nacional.
"Las cajas rurales siguen recibiendo depositantes descontentos de otras entidades, muy especialmente de las que han ido desapareciendo en pequeños municipios, lo que está detrás del incremento de los depósitos", apuntan fuentes cooperativistas, que añaden también factores como la proximidad y la salida de depósitos de los bancos hacia los fondos de inversión. Y no les falta razón porque los bancos y cajas de ahorros que operan en la Comunitat Valenciana acusaron una caída del 1% de sus depósitos durante el pasado año, según los mismos datos del organismo dirigido por Manuel Illueca.
Precisamente el nuevo director territorial de Cajamar en la Valencia y Castellón, Emilio Valencia Concha, reconocía hace unos días a Valencia Plaza, el haber percibido un incremento del número de clientes -y lógicamente del negocio- en poblaciones donde han desaparecido sucursales de extintas cajas de ahorro. "Estamos dando servicio a clientes que habían quedado desatendidos, que lógicamente nos gustaría seguir aumentando", advertía. Asimismo, la búsqueda de una forma diferente de hacer banca "social y cercana con las personas y el entorno", tal y como señalaba hace un par de meses Mª Carmen Soler a este diario, directora del departamento Financiero de Caixa Popular, también tiene mucho que ver en este aumento.
Cierto es que los depósitos del sector cooperativista en la Comunitat Valenciana creció el pasado año (2,66%) por debajo del 4,46% del ejercicio anterior aunque algo más del 1,84% de 2013, no lo es menos que bancos y cajas encadenaron su segunda caída anual consecutiva: del 1% en 2015 y del 4,44% en 2014. Aunque los depósitos de estas últimas -con Bankia a la cabeza por cuanto no hay que olvidar que tiene en Valencia su sede social- están a un mundo (80.799 millones de euros) de los depósitos que tienen las cajas rurales (12.900 millones).
Por otro lado, el informe anual del brazo ejecutor de la política financiera de la Generalitat Valenciana (IVF) recoge que el desapalancamiento bancario continúo durante el pasado año. Así, a 31 de diciembre de 2015 habían 3.111 oficinas bancarias repartidas en algún punto de Alicante, Castellón y Valencia, un 2,02% menos (64 en términos absolutos) que el mismo día de 2014. Un porcentaje inferior al del conjunto nacional (-2,82%), que asistió al cierre de 896 sucursales para reducir el número hasta las 30.921. En ambos casos se trata de las cifras más bajas de toda la serie histórica del Instituto Valenciano de Finanzas.
En términos porcentuales Alicante fue la provincia más afectada de la Comunitat (-2,36%), al pasar de las 1.143 a las 1.118 oficinas; seguida de Castellón (-2,24%), de las 401 a las 392, y Valencia (-1,72%), de las 1.631 a las 1.603. Tampoco nunca se habían visto menos oficinas aunque la amenaza latente de las fintech deja la puerta abierta a nuevos cierres y los conseguidos despidos en el sector bancario. Pese a que todavía quedan valientes como Caixa Popular, que ayer anunció la apertura de otra nueva sucursal en Sagunto.