València también en contra de la ampliación de la Pista de Silla

VALÈNCIA (VP). Tras la polémica por la V-21, que se ha traducido en nada, ahora llega la de la V-31, o también conocida como Pista de Silla. La Junta de Gobierno Local de València aprobó este viernes las alegaciones del Ayuntamiento a la ampliación de la V-31 a tres carriles por considerarla “excesiva” y con una “importante afección” al Parque Natural de L'Albufera. Un proyecto que “entra en contradicción” con el modelo de Movilidad que defiende el equipo de gobierno del consistorio valenciano.

La portavoz de València en Comú, Maria Oliver, fue la encargada de informar de la aprobación del documento de alegaciones que el Gobierno municipal presentará al proyecto del Ministerio de Fomento de ampliación y aumento de capacidad de la V-31, entre la A-7 y la V-30, como vía de entrada a la ciudad por el sur, según informó el consistorio en un comunicado. El Ayuntamiento no quiere pues ampliar la Pista de Silla. Al menos no como se lo ofrece el Gobierno.

Para justificarse la edil hizo referencia a “la importante afección de este proyecto sobre el Parque Natural de L'Albufera, con una ampliación de dos carriles por sentido”. Ha añadido además que este aumento de sección para un mayor volumen de tráfico “entra en contradicción con el modelo de movilidad por el que apuesta el Govern de la Nau” y, asimismo, “está basado en una planificación de 148.000 vehículos diarios cuando en este momento estamos en 115.000”, dijo.

“El impacto que se plantea es muy mejorable”, defendió Oliver, por lo que justificó las alegaciones municipales y pidió que “haya una coordinación con los ayuntamientos afectados antes de tomar cualquier decisión”.

Remodelación de la plaza de Rojas Clemente

En cuanto a actuaciones urbanas, la Junta de Gobierno del consistorio aprobó la remodelación de la plaza de Rojas Clemente, utilizada fundamentalmente en la actualidad como zona de aparcamiento, para convertirla en un espacio de encuentro ciudadano con zona ajardinada y zona de juegos.

La encargada de defender este proyecto, que tendrá como resultado más inmediato una nueva disminución de plazas de aparcamiento de vehículos privados, fue la portavoz socialista, Sandra Gómez, quien situó este proyecto “dentro del urbanismo de proximidad y recuperación del espacio público que está promoviendo el Govern de la Nau”.

El presupuesto para esta obra, que trata de erigir “un punto de encuentro vecinal, social y ciudadano en una gran espacio abierto ahora ocupado coches” es de 330.000 euros, con un plazo de ejecución de cuatro meses. Tras él los vecinos de la zona ya nunca más podrán aparcar en la plaza y desde el Ayuntamiento no se ha planteado alternativas de aparcamiento para los vecinos.