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Las empresas ante del reto de la descarbonización

29/11/2023 - 

VALÈNCIA. Uno de los grandes retos de las empresas en aras de frenar el cambio climático es la descarbonización de sus procesos; es decir, reducir los gases de efecto invernadero y trazar un plan para tener una compañía neutra en huella de carbono. Un camino largo, especialmente en sectores como la logística, y en el que la tecnología juega un papel esencial para alcanzar este reto por el cual las empresas buscan fuentes de energía renovables, equipos optimizados con una contaminación menor y pequeñas acciones que les ayuden a reducir su huella de carbono. Todo ello en un marco legislativo cada vez más estricto para alcanzar la neutralidad climática en Europa de aquí a 2050. 

Un horizonte verde al que ValenciaPort también mira, impulsando acciones que hagan del puerto de Valencia un recinto neutro en emisiones. Un objetivo claro en el que, a veces, la tecnología va más rápida que la normativa, problema que puso sobre la mesa Raúl Cascajo, jefe de Políticas Ambientales de Valenciaport, en la apertura del desayuno Camino hacia la Sostenibilidad: Eficiencia y Descarbonización en el Mundo Empresarial organizado por Valencia Plaza en colaboración con Valenciaport. Un desayuno en el que participaron también Sabrina Femenia, directora general de Ética Sostenibilidad; Lorena García, directora general CERS/CV; Laura Martín, responsable de la línea sostenibilidad del Instituto Tecnológico de la Energía ITE; Guillermo Berlanga, director de I+D+i de Grupo Gimeno; Francisco Ripoll, Project Manager Engineer de Grupo Alonso; José Javier Celdrán Gimeno, director de Desarrollo Levante en Veolia y Claudia Ferre, técnica I+D+i Energía en Las Naves. 

Una jornada que comenzó poniendo sobre la mesa la importancia de conocer la empresa y su viabilidad para acometer la transición ecológica. Así lo comentó José Javier Celdrán, director de Desarrollo Levante en Veolia: “Es fundamental concretar las medidas, bajarlas al terreno y ver su viabilidad, pero también analizar la cuenta de resultados porque muchas de las empresas con las que trabajamos pueden tener proyectos viables a nivel tecnológico pero económicamente son difíciles de ejecutar”. Así, tras ese análisis para José Javier Celdrán es fundamental “reducir la manera de consumir y luego medir para poder optimizar y llegar a ese objetivo de la descarbonización”. 

También lo destacó Laura Martín, responsable de la línea sostenibilidad del Instituto Tecnológico de la Energía ITE: “las estrategias se deben adaptar a las necesidades y características concretas de las empresas por lo que un diagnóstico es fundamental para saber el punto de partida y a partir de ahí trabajar". Asimismo, destacó que es vital “saber el ciclo de vida de la compañía para acometer medidas globales que reduzcan la huella de carbono”. Y, al igual que Celdrán, destacó la importancia de “reducir haciendo uso de la tecnología que más se adapte a las necesidades de la empresa”.


Un punto compartido por Guillermo Berlanga, director de I+D+i de Grupo Gimeno, quien aseguró que “hay que ser conscientes de la realidad y hacer viable ese proyecto y la inversión que conlleva porque muchas veces se nos olvida”. Y es que, como bien apuntó, en la actualidad se habla de biogás, hidrógeno verde,… pero su rentabilidad es mínima por la inversión que supone, de ahí que criticara que “no haya incentivos ni un marco claro para incentivar la descarbonización”.

Un análisis de la situación que llevó a Grupo Alonso a medir las emisiones de dióxido de carbono y ver su procedencia, lo que llevó a determinar que el 98% de las emisiones procedía del transporte. Con este dato la empresa “comenzó un proceso de sustitución del transporte del mercancías por carretera (largas distancias) por transporte ferroviario, lo que llevó a cambiar las terminales y ver las alternativas en la última milla y así reducir las emisiones”.

Lorena García, directora general CERS/CV, apuntó que en ese proceso de descarbonización además de medir o aterrizar las ideas a la empresa, es fundamental “calcular la huella de carbono dentro de la cadena de la empresa para lo que es fundamental la complicidad con los grupos de interés, aspecto que puede ser más complicado para las empresas por la falta de recursos”. 

Retos tecnológicos y económicos a los que Claudia Ferre, técnica I+D+i Energía en Las Naves, suma los personales: “las personas deben cambiar las conductas porque pequeñas acciones que se adopten también ayudan en ese proceso de descarbonización”. Asimismo, destacó que desde las Naves: “queremos que la descarbonizacion llegue a todo el mundo, que València sea una ciudad pionera”.

Por su parte, Sabrina Femenia, directora general de Ética Sostenibilidad, puso sobre la mesa la importancia de comunicar las acciones que se están realizando cuando se han hecho cosas porque sino “podemos destrozar la reputación y volver a recuperarla es muy difícil”. Además, comentó que hasta ahora “contaminar ha sido muy barato y aun hoy sale a cuenta, pero las empresas deben abrazar el cambio por convicción, por ese compromiso porque económicamente sigue siendo barato, hasta que llegue la ley del Clima”.  

Opiniones que Raúl Cascajo, jefe de Políticas Ambientales de Valenciaport, aglutinó para enfatizar que “la emergencia climática nos la tenemos que creer, hay que poner todos los recursos (regulatorios, financiación…) sobre la mesa para resolverla climática y tengo la sensación de que no lo estamos haciendo, partiendo desde los órganos regulatorios y pasando por las empresas, que no lo ven como prioritario a nivel de costes, por tanto hay que poner encima de la mesa las acciones que hay que comprometer y los costes asociados”. Un break even que Sabrina explicó que “habrá que romperlo por convicción para poder llegar a los objetivos de 2030”. 

De hecho, Raúl Cascajo especificó que desde ValenciaPort están tomando distintas medidas para lograr esa descarbonización, como la electrificación de los muelles sin un marco regulatorio claro y sin que, por el momento, exista una demanda clara por parte de los buques. “Estamos electrificando muelles sin saber si se van a conectar los barcos, sin saber cómo se opera eso o cuánto se va a pagar hasta 2030, cuando ya será obligatorio”. 

Otro de los puntos clave fue el avance de la tecnología, que, aunque es incipiente sus costes son muy elevados y, por tanto, su viabilidad aún está lejana, tanto por la parte económica como por la voluntad de la administración y de las empresas. Es el caso del biogás o el biometano, nuevos gases renovables que no se están sacando provecho, como apuntó José Javier Celdrán: “estamos desaprovechando las materias primas para generar biomasa, que puede ser aprovechada desde nuestras casas o empresas, pero la falta de liderazgo hace que no tengamos esos recursos”. Asimismo, comentó que "Hay que gestionar la biomasa como toca para evitar incendios y usarlo en los procesos productivos de las empresas”. Un dato que Sabrina Femenia recogió para comentar que “no hay conocimiento de esa realidad y las diferencias iniciativas que se realizan en otros países” 

Como contrapunto, Laura Martín sostuvo que “hay una hoja de ruta en la Comunitat Valenciana para aprovechar nuestros residuos y facilitar esa producción y utilización después” y Guillermo Berlanga puso la realidad sobre la mesa: “el boom del biogás se produce porque es un negocio rentable” por lo que “la realidad es que las empresas toman acciones por convicción, más allá de hojas de ruta”. 

Un futuro del que es necesario el apoyo de la Administración, como indicó José Javier: “la Administración debe ser un tractor para impulsar medidas”. Palabras apoyadas por Lorena García, quien subrayó que “el problema es que no se mira a largo plazo y es la administración la que debe hacer de tractor y catalizador; debe liderar ese proceso de transformación”. Un camino que como apuntó Claudia Ferre “será más largo si la Administración no empuja”. 

Acciones para la descarbonización 

Una convicción por la sostenibilidad de las empresas que también se materializa en acciones, como se pudo ver en el desayuno. Así, el grupo empresarial multisectorial Grupo Alonso ha aumentado el protagonismo del ferrocarril como sistema de transporte intermodal de referencia para todo tipo de mercancías, aunque con principal hincapié en los trayectos largos, que actualmente son realizados por camiones propulsados por combustible de gasoleo, con el reto de reducir las emisiones en la última milla: “Donde no llega el ferrocarril, que es en la última milla, debemos tener un vehículo que sea sostenible, y aquí no se va a imponer una sola tecnología porque tenemos vehículos que solo usen biogas, otros que sean eléctricos…”. Sin embargo, el alto coste del biogás hace que las empresas no quieran ese servicio por el alto coste, al igual que la opción de un camión eléctrico. Una opción que se encuentra con otro problema: “la potencia disponible de la red en la actualidad”.  Por otro lado, comentó que la tecnología es esencial para la gestión eficiente del transporte y evitar que “haya camiones o contenedores vacíos”. 

En el terreno del transporte también trabaja Grupo Gimeno, que está mejorando su flota —de más de 800 vehículos— para reducir la huella de carbono, así como cambios de hábitos que ayuden, aunque también la fotovoltaica está siendo fundamental en su hoja de ruta, especialmente en hoteles, edificios, unidad logística portuaria… “hay un plan ambicioso que terminamos en 2024”. Además, Grupo Gimeno que tiene el control de Portsur Castellón, la concesionaria de la terminal de graneles de la Dársena Sur del Puerto de Castellón, está desarrollando un plan de electrificación y tiene un piloto de renovables. Acciones que hace la empresa por “convicción” y criticó que “no hay cultura medioambiental y dependemos mucho de las pautas de la Administración”. 

La digitalización es la herramienta para Veolia para la transición. Así lo explicó José Javier, que la GreenPath es la ruta de descarbonización de la empresa, con más de cien medidas que aplican en distintos ámbitos y “básicamente nos apoyamos en digitalizar los procesos y aplicar en cada caso qué tecnología usamos”. Además, apunta la importancia de la “reutilización de residuos para generar biogás, la recuperación de calor en las empresas o la mutualización de servios; que es compartir recursos con otras empresas”. 

Por su parte, ValenciaPort no solo tiene la convicción de que se puede reducir la huella de carbono sino del papel como tractor para el resto de las empresas. Así lo explicó Raúl Cascajo, jefe de Políticas Ambientales de Valenciaport: “La participación de la Autoridad Portuaria en la huella de carbono del puerto de Valencia es menos del 2%, aun así estamos realizando acciones como la electrificación de muelles — en la actualidad se está licitando la instalación de 10 megavatios y en breve se licitará otro muelle, que conjuntamente sumarán 26 —, la generación de energía renovable o el uso de combustibles alternativos a los fósiles que ya son una realidad en ValenciaPort”. Además, comentó que Gandia “es el primer puerto europeo autosuficiente energéticamente y, en paralelo, estamos ahora estamos construyendo una planta fotovoltaica en València y otra que está en marcha”.  Sin olvidar el uso de combustibles como el Gas Natural Licuado, que ya es empleado por algunas navieras que vienen a Valencia y Sagunto. 

En cuanto a la digitalización, explicó que con el Instituto Tecnológico de la Energía ITE están trabajando una herramienta global que permita “gestionar todos los elementos energéticos, no solo saber qué consume y cuánto consume cada maquinaria, buque o terminal, sino que con la herramienta se puedan simular escenarios de producción y consumo de manera que poniendo como premisa la eficiencia energética se pueda saber cómo actuar en cada momento”. Además, la entidad portuaria participa como tractor en varios proyectos de innovación en los que acompañamos a la comunidad portuaria en proyectos que ellos no harían de una manera individual”. Es el caso del hidrogeno verde o de electrificación. 

Una descarbonización que se encuentra con una problemática: no hay una regulación propia. Así lo expuso Guillermo, que comentó que “no hay una normativa clara hacia la garantía de origen —la trazabilidad de ese gas que se produce—; es decir, algo que sería fundamental”. Un punto que compartió José Javier, que comentó que “es difícil marcar la etiqueta que indica que es huella de carbono cero” y destacó que “el problema es transmitir esas buenas prácticas al consumidor”. 

Un plan de movilidad sostenible viable

El transporte es uno de los sectores que más contamina, de ahí que descarbonizar el sector del transporte es fundamental para alcanzar los objetivos climáticos de la Unión Europea, que ha marcado una serie de objetivos dentro del Pacto Verde Europeo. Entre las diferentes medidas que contempla el nuevo Proyecto de Ley desataca la obligación de las empresas de más de 500 personas empleadas —250 si van a turnos— a establecer planes de movilidad sostenible, que deben incluir mediadas para que las personas trabajadoras acudan a sus puestos de trabajo en medios de transporte menos contaminantes. 

Una normativa a la que no todas las empresas están preparadas, como apuntó Sabrina: “según un estudio del CERS no todas las empresas están preparadas para ese plan de movilidad sostenible, que abarca distintas iniciativas”. Un plan que debe estar adaptado a la realidad de la empresa, como flexibilidad de horario, car sharing,…

Una adaptación a la realidad de la empresa apoyada también por Guillermo Berlinga, quien destacó que “hay que entender las casuísticas, como los vehículos que tenemos, la posibilidad de car sharing entre empresas del mismo grupo… ir aclarando esas variables que nos permitan realizar las inversiones que necesitan es muy importante”. Un plan de movilidad sostenible que pasa por la concienciación, como apuntó Lorena: “Hay que sensibilizar a la persona de la necesidad de reducir el uso del vehículo, flexibilizar los horarios, fomentar medidas para que las empresas se ayuden y compartan el transporte público o poner puntos de recarga”. 

En este sentido, Raúl Cascajo, jefe de Políticas Ambientales de Valenciaport, comentó que la autoridad portuaria tiene desde hace una década un plan de movilidad sostenible para los empleados del puerto de Valencia, del que “hemos ido, como siempre, de la mano del clúster del puerto de Valencia, y ese plan de movilidad tiene unas líneas estratégicas que se van desarrollando según nuestras capacidades”. Son acciones concretas como, por ejemplo, se habló con EMT para aumentar las frecuencias de los autobuses o la inclusión de más paradas en el entorno del puerto”. 

En cuanto al almacenamiento de energía, Laura Martín señaló que “hay un abanico muy amplio dependiendo de su aplicación final” y destacó que debido al uso de las baterías de litio el almacenamiento electroquímico es el más importante. En este sentido, explicó que en el ITE hay un laboratorio que “abarca toda la cadena de valor de las baterías, trabajando desde la concepción de nuevos materiales para mejorar la seguridad, sostenibilidad y la eficiencia energética pero también se están mejorando los procesos para que sean mas eficiencias y llegando al final de vida de las baterías, con proyectos para el aprovechamiento de las baterías o dar una segunda vida”. 

El reto de medir la huella de carbono 

Bien es cierto que las empresas deben fijarse unos objetivos de descarbonización a medio plazo e ir adaptando los objetivos, pero la dificultad reside en concretar esa medición y en compararla. Y más teniendo en cuenta que a partir de 2025 las empresas deben marcar su huella de carbono por lo que "será blanco sobre negro”, como expresó Lorena García. 

Ante esa necesidad de calcular la huella de carbono, Raúl Cascajo expresó que “es complicado” porque cada empresa es diferente y cada una utiliza una unidad para medir la huella de carbono en función de su tipo de actividad. De hecho, comentó que ValenciaPort lleva calculando la huella de carbono desde el año 2008 y que comenzó para conocer donde se producían las emisiones en el puerto para poder realizar acciones de reducción de estas y conocer el desempeño del puerto en materia de emisiones. Un punto compartido por Sabrina Femenia, quien destacó que “los baremos están hechos desde la Universidad y a espaldas de las empresas por lo que algunos parámetros no sirven por su realidad”. 

Un plan de sostenibilidad que nace desde la propia empresa, de ahí que también sea fundamental la Responsabilidad Social Corporativa, que para Sabrina Femenia “debe educar y concienciar con los grupos de interés internos como externos”. Un ejemplo es el de Grupo Gimeno, que realiza visitas guiadas a Facsa para concienciar sobre la gestión del agua. Por su parte, José Javier expresó que “los directivos deben impulsar la sostenibilidad y hacerlo desde distintas maneras” y puso de ejemplo el centro dinapsis, “un centro que tiene una parte operativa pero también alianzas para generar debate, alianzas que nos permitan avanzar”. 

Alianzas que también van hacia la Administración para poder adoptar medidas que ayuden a la descarbonización. “Hay que escuchar más lo que se hace y estar abierto a nuevas ideas”, destacó José Javier. Aspecto por el cual Claudia animó a unirse a la misión climática porque “es importante y en esas vías de fomentar la colaboración publico-privada”. 

Las empresas como tractor del cambio 

La Comunitat Valenciana tiene un gran número de empresas pequeñas que todavía no han iniciado la transición energética pero que en breve deberán hacerlo. Concretamente en 2025 estarán obligadas a realizar un reporting sobre sostenibilidad, lo que hará que “las empresas grandes obliguen a las pequeñas a abrazar la transición porque se verán obligadas a optar por proveedores que sí cumplan con los criterios”. Palabras que pronunció Lorena expresando que “las empresas que se pongan las pilas ahora sobrevivirán en un futuro". 

Un motor de tracción por parte de las empresas que también destacó Guillermo, que comentó que “va a ser un efecto cascada y vamos a ver qué proveedores son más sostenibles”. De ahí que Laura ponga sobre la mesa la economía circular: “Hay muchos ejemplos que las empresas pequeñas se pueden ayudar y que no lo saben; fomentar esos mecanismos de proximidad es también muy importante”. 

A modo de conclusión, Raúl Cascajo comentó que todas las empresas están por la labor de abrazar la sostenibilidad y la descarbonización y subrayó que la parte económica se va a valorar mucho: “En la sostenibilidad se va a mirar bastante el dinero por lo que las inversiones deben ser viables, aunque nosotros estamos haciendo inversiones que hoy pueden ser no viables pero tenemos una responsabilidad de servicio público en el cual debemos de cumplir con una serie de inversiones y creemos firmemente que estas inversiones tendrán su retorno a largo plazo”. Asimismo, recordó que “la colaboración es esencial para llevar proyectos de descarbonización pero también la gestión inteligente de recursos y la concienciación para lanzar el resto de las políticas o actividades que se realicen”

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