VALÈNCIA. Luces, sombras, lugares emblemáticos y otros que no lo son tanto. Una València que es “de todo menos de postal”, un espacio más intimista y una ciudad lejos de convertirse en un reclamo para los turistas. Esta es la València que se esconde entre las páginas de Un retrato de la ciudad, un fanzine de la editorial valenciana Festiu en colaboración con Flat Magazine en el que buscan celebrar y reivindicar la ciudad a través de los ojos del fotógrafo Eduardo Manzana. Lo hacen entre el diseño editorial, los textos y la edición de Diego Obiol junto a las palabras de Clara Sáez, que cobijan entre las páginas a todos esos transeúntes que no se han parado a ver la ciudad con tanto cariño y dedicación.
Este recorrido visual transcurre a lo largo de unas cuarenta fotos que Manzana dispara en diferentes distritos de la ciudad: desde Ciutat Vella hasta Benimaclet y pasando por el puerto. Entre todos estos lugares logra capturar una València que muestra “su lado luminoso y su parte más oscura”: “Ambas caras forman parte de la misma ciudad. Ver la arquitectura y el urbanismo bajo esa perspectiva es bastante imponente”, apunta el fotógrafo.
El libro arranca con un texto de Clara Sáez en el que, desde una mirada más bien intimista, comprende la València de Manzana desde su imaginación y el recuerdo de lo que ella misma asocia a la ciudad, remontándose a algunos más felices, como los domingos al sol en el parque de Viveros "aprendiendo a montar en bicicleta" y otros más enigmáticos como "la ciudad nocturna": "Desde nuestra postura de peatones vocacionales, lanzamos un retrato de la ciudad. Uno, porque hay tantos retratos como ojos que se fijan", apunta en el texto.
Lo hace para introducir la obra de Manzana, que borra el color de todos los espacios y les da una nueva lectura: “La gracia de las fotografías de Edu es que son muy diferentes entre sí, pero que tienen su sello. Trabajamos con la luz y la oscuridad y vemos su forma tan poética de contar la historia tan originaria de algo como un edificio. Conseguimos enlazar la arquitectura con el arte para enseñarla al mundo”, apunta la creadora, quien comprende este trabajo como una especie de mapa “sentimental de la ciudad” en el que Manzana muestra sus vivencias y sus referencias.
Por su parte, el fotógrafo del proyecto, explica que emplea la cámara para “encuadrar la ciudad” y el blanco y negro para contar su historia de la ciudad de una forma distinta. Una manera innovadora de explicar como son los lugares que le cautivan por un motivo por otro: “Algunos son meros escenarios habituales de cuando se transita por la ciudad y otros están presentes en mi día a día. No me he detenido mucho en el método a la hora de capturarlos, me interesa más la espontaneidad de ver y disparar, algo que importe mucha calle, en todos los sentidos”, señala el fotógrafo.
Esta publicación es, también, un salto al papel en la que desde Festiu y Flat buscan celebrar la labor del fotoperiodista y en la que encapsulan la historia de la ciudad entre páginas por las que se puede pasear. En su texto, Sáez hace una oda a todo lo que nos rodea y a la arquitectura que está a nuestro alrededor y que conforma nuestra ruta mental y sentimental:“Todos tenemos un mapa de la ciudad, aunque no seamos conscientes. Estamos acostumbrados a ver las calles por las que pasamos todos los días sin darle mucha importancia. Con el libro buscamos sacar esta parte de contraste entre dos partes de la misma realidad”. De esta forma, y saltando desde la idea de la València de luz y color, se centran en una realidad más sombría y con una luz diferente que permite vislumbrar también sus sombras: “Mostramos una ciudad que se aleja de la estética hábitat para centrarnos en que también se reconozca en blanco y negro”.
Fotos: EDUARDO MANZANA
Las imágenes, que en su gran mayoría surgen de reportajes realizados para la revista Flat, son algunos encargos que el fotógrafo recibe cuando puede permitirse un mayor tiempo de entrega en comparación con la prensa diaria, algo que le permite pararse a meditar: “Con ellas trabajo de una manera más pausada y reflexiva, este espacio ganado a la lentitud es lo que me permite reparar en lugares y espacios en los que muchas veces ni me fijo”, destaca el fotoperiodista, que lleva ejerciendo más de veinte años.
Con todo esto, Manzana, busca trasladar una visión única al lector, al que invita a recorrer la ciudad de su mano y con una nueva perspectiva: “La ciudad es convivencia y es conflicto, y hay muchas formas de mirarla. Esta, como dice el título de la publicación, es solo una de ellas”. Un paseo por su València “blanquinegra” que se muestra más austera e intimista, si cabe, tras la lente y sobre las páginas.
Foto: EDUARDO MANZANA
