VALÈNCIA. La edificación ocasiona el 30,1% del consumo de energía final y el 25,1% de las emisiones de dióxido de carbono. De ahí que el sector se encuentre en un momento de búsqueda de soluciones innovadoras y disruptivas, capaces de transformar el sector a partir de tecnología avanzada o con la propuesta una utilización más eficiente de los recursos.
Para ello, en el Construction Tech Startup Forum de Reubuild, la cumbre tecnológica para los profesionales del sector de la edificación que se celebró el pasado mes de marzo en Ifema Madrid, se reconocieron los mejores emprendedores y startups que están impactando en áreas como la arquitectura avanzada, diseño de espacios, construcción 4.0, nuevos materiales, rehabilitación, reforma y mejora de edificios y viviendas. Uno de las iniciativas premiadas, entre las más de 130 presentadas, fue la startup valenciana Enerlind, que ha desarrollado unas persianas solares dotadas de domótica para su gestión (EnergyBlinds), que permiten a los ciudadanos beneficiarse de la energía solar de forma integrada en sus apartamentos, ahorrando en su factura y contribuyendo a un futuro mejor. “Que entre las 3 ganadoras esté una empresa valenciana es un buen síntoma del estado ecosistema startup de valencia”, comenta Guillermo López, CEO de Enerlind.
Precisamente esta iniciativa ya fue premiada en la última edición de los VLC Startups Awards, galardones impulsados por el Ayuntamiento de València, a través de València Activa, como Mejor Startup Cleantech / Energy / Sustainability / Impact. “Ha supuesto un empujón al proyecto, siempre es motivador recibir un premio, especialmente de forma tan temprana y ayuda a visibilizar la empresa como un proyecto fuerte”.
Además su presencia en Cevisama (participaron en Área Startup, un nuevo espacio de innovación impulsado por Feria Valencia con la colaboración de la Asociación Valenciana de Startups -Startup Valencia y expusieron su producto dentro del programa de ponencias de Cevisama Build) atrajo el interés de muchos distribuidores internacionales. Y su participación en el programa europeo Climate-Kic, con 24 empresas de innovación ecológica también supuso un impulso al proyecto. “El programa terminó, concluimos 8 empresas en las que el Climate KIC realizó una inversión. Supone una ayuda a nivel de financiación ya que tenemos contacto directo con ellos y nos guían en el aspecto de financiación. Somos un proyecto que pretende contribuir a resolver problemas alineados con las prioridades europeas, como son el cambio climático, problema energético y hacerlo de una forma sostenible y bella. Por ello tratamos de apoyarnos de los mecanismos que la Unión Europea ofrece a proyectos de este tipo”.
En la actualidad Enerlind está empezando con las instalaciones del producto y en paralelo trabajan para ofrecer más funcionalidades. Además, han presentado un proyecto a Europa de cerca de 5 millones de euros, “para desarrollar y localizar tecnología que repercutiría directamente en Valencia”.
¿Qué ventajas aportan estas persianas? El CEO de Enerlind explica que “pasamos la mayoría del tiempo fuera de casa en las horas de luz y, de una forma automatizada, este producto permite producir energía en ese momento. También tenemos las proyectables, que permiten un ángulo óptimo y el paso de luz y aire en la vivienda mientras producimos energía. Todo ello gracias a la domótica que incorpora, que permite que se pueda hacer de forma programada y automática, además de visualizar la producción de esta”.
La idea de estas persianas surgió en 2020, durante la reforma de la casa de Guillermo López: “buscando cómo lograr la mayor certificación y viendo que en las más altas, los costes se disparan, y pensé en poner paneles, pero claro, en un piso no se puede… Entonces pensé en…. ¿y si las persianas tuvieran paneles? Investigué, pero no encontré nada y ahí se quedó la idea porque justo entonces estaba haciendo un cambio laboral. En 2022 el precio de la energía estaba subiendo y de repente salta la guerra de Ucrania. Estaba de baja paternal y la rabia de ver cómo la gente puede marcar para mal el futuro del mundo me hizo pensar en arriesgarme”.
¿Ha valido la pena tomar esa decisión? “El balance es positivo, nos han dado un par de premios y hemos podido participar en eventos de gran interés. Es un camino de gran aprendizaje y difícil, pero con una gran recompensa de satisfacción, sobre todo cuando nuestra propuesta pretende aportar un granito para resolver el problema energético”.