VALENCIA. (EUROPA PRESS). La Asociación de Empresarios de Selección y Reciclaje de Residuos de la Construcción y de la Industria (ARCI) ha alertado de la existencia de más de 25 vertederos "ilegales e incontrolados" con 5.000 toneladas de residuos de construcción y demolición en los accesos del AVE y del Euromed por lo que pide que se regulen y promuevan el uso de la legislación vigente, para poner coto, mediante inspecciones y multas ejemplificadoras, a quienes realizan una gestión irregular.
Por este motivo, la asociación ha desarrollado un “Vertedero Virtual”, una innovadora plataforma onlinepara dimensionar el alcance de los vertederos ilegales e incontrolados existentes en la provincia de Valencia y canalizar las denuncias de la sociedad. Esta herramienta, alojada en la web de la asociación arcivalencia.com, permite a los ciudadanos enviar fotos y la ubicación de zonas de acumulación de escombros que consideren irregulares en sus áreas de proximidad.
Como punto de partida, el Vertedero Virtual ya recoge la existencia de más de 40 puntos calientes en la provincia. Entre ellos, las cerca de 5.000 toneladas de escombros ubicadas en los accesos del AVE y Euromed en las zonas de Malilla, la Creu Coberta, la Fonteta de Sant Lluis y La Punta. Otros vertederos ilegales, visibles desde Google Earth, están localizados en Torrent y en una parcela de Picassent, de 10.000 metros cuadrados clasificada como suelo urbano, en la que los escombros ocupan más del 50% de su superficie. También se muestran áreas en Quart de Poblet con materiales de peligrosidad alta como la uralita. En total, según un comunicado de la asociación, hay cerca de 5.000 toneladas de escombros diseminados en un radio de acción de 5 kilómetros dentro de la ciudad de Valencia.
ARCI, que integra al 100% de las empresas legalmente establecidas para tratar y valorizar residuos de construcción e industriales de la provincia de Valencia, estima que con los materiales acumulados en estas escombreras incontroladas podría rellenarse un campo de fútbol con un metro de altura y ofrecen una imagen paisajística deplorable a los visitantes que llegan en tren a la ciudad.
La proliferación de estos vertederos que "eluden la legalidad es consecuencia de la mala praxis e intrusismo en el sector", según la asociación que ha apuntado que el mayor porcentaje de los residuos los generan las pequeñas empresas de reformas, cuya actividad se incrementa en los meses de verano. Pero sobre todo deriva de la falta de aplicación y control del RD 105/2008, una normativa que regula la producción y gestión de los residuos de construcción y demolición (RCD), ha indicado.
El portavoz de ARCI, Vicente Ferrer, ha indicado que "las plantas legalizadas de valorización y reciclaje de los RCD en la provincia de Valencia que conforman su asociación sólo alcanzan a gestionar unas 215.000 toneladas.
"Esto supone un 20 por ciento de la producción que genera el sector, lo que denota que existe una sobresaliente y clandestina eliminación de residuos procedentes tanto de edificaciones de nueva planta como de la demolición de inmuebles antiguos, y los derivados de pequeñas obras de reforma. Pero, sobre todo, evidencia la falta de interés de la Administración por cumplir con su obligación de regular esta situación que genera una competencia desleal y perjudica al medio ambiente", según las mismas fuentes.
ARCI reclama a las corporaciones locales que regulen y promuevan el uso de la legislación vigente, y que pongan coto, mediante inspecciones y multas ejemplificadoras, a quienes realizan una gestión irregular.
Estas actuaciones contribuirían además a mantener los términos municipales limpios, lo que redundaría en una mejora de la salubridad y bienestar para los ciudadanos, y en un considerable ahorro local en gastos de limpieza minorando esta importante partida presupuestaria municipal.
Asimismo, posibilitaría la reducción, reutilización, reciclado y otras formas de valorización de los residuos lo que permite transformar cerca del 90% de los residuos en áridos reciclados para su uso, entre otros, en el acondicionamiento de caminos, relleno de caminos rurales, construcción de aceras, parques públicos o carril bici.
En lugar de valorizarlos, se están usando áridos naturales cuyo coste es un 30% superior y erosionan el medioambiente, destacan desde ARCI.