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queda año y medio de trabajo

Las toallitas le han costado al Ayuntamiento de València tres millones de euros y sigue subiendo

27/12/2018 - 

VALÈNCIA. Ha habido que redoblar maquinaria. Ha habido que redoblar los trabajos y aún sigue. Las toallitas higiénicas se han convertido en un dolor de cabeza para el Ayuntamiento de València, constante e inmisericorde. Hasta tal punto que el consistorio ha decidido invertir parte de su presupuesto en una campaña de concienciación pública: El WC no és una paperera.

El concejal del Ciclo Integral del Agua, Vicent Sarrià, eligió este jueves la plaza de Rojas Clemente para presentar esta iniciativa. El escenario no era inocente. Es una de las grandes renovaciones del Govern de la Nau, un “ejemplo”, dijo el regidor, de la política de recuperación de espacios públicos del nuevo ayuntamiento.

Desde ese espacio recuperado para la ciudadanía, el concejal encabezó la representación institucional de una campaña dirigida a concienciar sobre la necesidad de no arrojar al inodoro toallitas higiénicas y otros objetos de difícil dispersión que provocan atascos. Unos atascos que están esquilmando las arcas públicas ya que su subsanación ha costado al Ayuntamiento tres millones de euros.

Una cantidad que se ha tenido que desembolsar para poder sacar en un año más de 4.000 toneladas de desperdicios de las tuberías, y muy especialmente del Colector Norte. “Estamos ante un problema casi de emergencia”, aseguró Sarrià, según recoge un comunicado remitido por el Ayuntamiento de València.

Las toallitas no son el único problema

Un problema que es común a muchas ciudades y que se asocia a la implantación de nuevos productos higiénicos. Porque no son solo las toallitas higiénicas sino también  los bastones, esos que la UE piensa prohibir en 2021, y otros objetos que se arrojan al váter de manera inconsciente, como por ejemplo el hilo dental que forma auténticas telarañas donde se queda atrapada la inmundicia.

La campaña quiere hacerse desde la  proximidad, en lugares como parques o centros educativos, dirigida a la gente, al ciudadano de a pie, que es a quien se quiere concienciar. Entre otros motivos porque se trata de un problema que en València es especialmente grave ya que, al ser “una ciudad muy plana”, la evacuación de aguas residuales funciona por impulsión, por estaciones intermedias de bombeo que van empujando las aguas residuales en dirección a la depuradora de Pinedo a través del Colector Norte.

Ese emboce en el colector Norte, “que todavía no está resuelto del todo”, advirtió el concejal, ya  ha generado un perjuicio económico. Para hacerse una idea de ello basta con comparar los tres millones de euros gastados en el desatasque de colectores con, por ejemplo, los 1,66 millones de euros que hay reservados para becas de comedor.

Un emboce de un kilómetro de largo

En el caso concreto del Colector Norte, según explica el Ayuntamiento de València, el emboce ha sido de más de un kilómetro de longitud en lo que es el principal colector de recogida de aguas residuales hacia la estación depuradora de Pinedo, con unas consecuencias “dramáticas”, según Sarrià, para el funcionamiento del saneamiento en la ciudad. De hecho, dicen desde el consistorio, los trabajos de limpieza y reparación en el citado colector son continuos y seguramente queda trabajo para un año y medio más, tiempo que se dedicará a completar la limpieza del colector y la realización de las obras complementarias que eviten que en el futuro se sigan produciendo todos estos atascos.

Al margen de la concienciación ciudadana, Sarrià insistió en que en paralelo a campañas como la hoy presentada, en el Ayuntamiento se adoptó “hace tiempo” el acuerdo de instar a que desde el ámbito estatal, y por vía legislativa, se regule la fabricación y las normas de información que rodean a este tipo  de productos. Porque, insistió, no son sólo las toallitas. Por todo ello reivindicó la necesidad de que “desaparezcan  del mercado aquellas toallitas que tengan fibras plásticas”.

Conscientes de que el problema de las toallitas ha llegado para quedarse, desde el equipo de la Concejalía de Desarrollo Urbano están convencidos de que campañas como la presentada esta mañana del jueves en Rojas Clemente no serán precisamente esporádicas, sino que tendrán que ser permanentes hasta que la ciudadanía, como ocurrió en el caso de las compresas y otro tipo de productos higiénicos, asuma la necesidad de no arrojarlas al váter. Think Global, Act Local, el espíritu de Patrick Geddes sigue latiendo.

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