CASTELLÓ. La Asociación Nacional de Fabricantes de Fritas, Esmaltes y Colores Cerámicos (Anffecc) se muestra "preocupada" por el conflicto bélico precipitado en el este de Europa, ya que les afecta "de forma directa". En un comunicado, el sector recuerda que a finales de febrero ya alertó de la caída de la rentabilidad debido a los continuos incrementos de costes que viene asumiendo desde hace más de un año, tanto de la energía como de las materias primas. "A esta situación se suma el estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania y la inestabilidad política y económica que este conlleva", indica su secretario general, Manuel Breva.
El dirigente esmaltero apunta que el sector vive el conflicto "con mucha incertidumbre y tristeza, en primer lugar desde el punto de vista humano, por todo lo que una guerra conlleva. En segundo lugar, por el incremento de los costes energéticos, pues el precio del gas ha subido de nuevo desde el estallido del conflicto y esto arrastra también otros costes como el de la electricidad, combustible, etc.".
Desde Anffecc ya habían alertado de que el constante incremento de los costes energéticos en el último año "está siendo alarmante, batiendo récords de precios de forma incontrolada e imprevisible". Así, para la industria de fritas y esmaltes, "este incesante incremento de la factura energética resulta inasumible, y no nos queda más remedio que repercutirlo en nuestros precios en la medida en la que se vayan produciendo estos incrementos, para no ver mermada nuestra rentabilidad y poder seguir invirtiendo en I+D+i e internacionalización, que son nuestras señas de identidad".
En este momento, señalan desde la patronal esmaltera, el conflicto de Ucrania no solo afecta en cuanto a incrementos de costes, sino también repercute directamente en la balanza comercial. "Rusia es un destino importante y la guerra nos afecta directamente, no solo por los envíos a este país, sino por la tensión política y económica que genera en el ámbito internacional, a todos los niveles", señala Breva.
Así, según datos del Icex, Rusia es el séptimo país de destino de las fritas, esmaltes y colores cerámicos españoles, con una facturación de 37 millones de euros en 2021. Si a ello unimos la facturación a Ucrania, el total supone 44 millones de euros facturados por la industria de esmaltes española a los países en conflicto el año pasado.
En este momento la incertidumbre es grande en varios sentidos. Por un lado, "la situación limita el envío de producto, pues no hay garantías en cuanto al transporte, el paso por aduanas o la recepción del material", indica el secretario general de Anffecc.
Por otro lado, "en cuanto a los pedidos servidos pero aún no cobrados, no se sabe cuándo ni como podrá hacerse efectivo el cobro ante la caída del rublo, el bloqueo bancario y las sanciones internacionales". Todo ello "unido a las dificultades para realizar labores comerciales, pues la invasión armada paraliza el desplazamiento de técnicos comerciales a estos países", remarca Breva.
Además, "el impacto no es solo para nosotros, sino que repercute directamente en nuestros clientes azulejeros, pues la mayoría de fabricantes de gres porcelánico en España utilizan arcillas ucranianas en su composición, y la situación actual dificulta doblemente la importación de las mismas", señala.
En cualquier caso, desde Anffecc instan a "buscar soluciones a nivel internacional para frenar esta invasión armada que resulta inconcebible en la Europa del siglo XXI, tanto por la pérdida de vidas humanas como por el conflicto internacional que genera, volviendo a las guerras de bloques del siglo XX que creíamos ya superadas".