ALICANTE. Adecuar el sector de la acuicultura y prevenir los escapes por las consecuencias de los fenómenos climáticos adversos, son dos de los principales objetivos del proyecto GLORiA GLORiA (GLObal change Resilience in Aquaculture) liderado por la Universidad de Alicante. Durante más de un año de trabajo, el equipo de investigación ha puesto el foco en detectar escapes en la zona de la Comunitat Valenciana y la Región de Murcia, así como analizar más de 300 ejemplares y seis puertos pesqueros.
Estas dos comunidades suman prácticamente el 60% de la producción de dorada y lubina a nivel nacional y el 90% de la producción de corvina. En este sentido, analizar el estado del sector frente a fuertes tormentas u otros eventos climáticos y generar modelos de predicción y planes de recaptura representa un gran avance, con consecuencias económicas. Solo en 2020, la borrasca Gloria provocó indemnizaciones por parte de los seguros que superaron los 24 millones de euros en las zonas estudiadas.
“Cada vez que se producen escapes se pierde la trazabilidad del pescado y muchos de esos ejemplares acaban en las redes de pescadores y vendidos como pescado salvaje cuando se trata de un producto de la acuicultura”, señala desde el Departamento de Ciencias del Mar y Biología Aplicada de la UA Kilian Toledo, investigador principal de GLORiA. Además de perder el control sobre el producto, estos escapes tienen un impacto económico tanto para las empresas de acuicultura como para los pescadores profesionales. “Cuando se produce un escape hay una fuerte interacción en los precios y la entrada masiva de peces escapados supone una bajada de precios de los productos en la lonja”, añade Toledo.
Desde que se puso en marcha el proyecto GLORiA en diciembre de 2020, con la colaboración de la Fundación Biodiversidad, del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, a través del Programa pleamar cofinanciado por el FEMP (Fondo Europeo Marítimo y de Pesca), el equipo de investigadores de la UA ha analizado el impacto socioeconómico de los eventos de escape y ha trabajado en colaboración con los agentes relacionados con el sector (empresas, administraciones regionales, cofradías de pescadores y otros centros de investigación), para establecer planes de contingencia y medidas para la recaptura de peces con la ayuda de los puertos más cercanos a las instalaciones acuícolas.
Para ello, han mantenido más de una decena reuniones bilaterales y analizado seis puertos pesqueros, más de 300 ejemplares y 57 artes de pesca diferente, de las que siete han sido identificadas como eficaces para la recaptura de peces escapados. Por otro lado, se han detectado múltiples eventos de escape en la Comunitat Valenciana y Región de Murcia a lo largo de una serie temporal de 17 años (2004-2021).
La propuesta de un plan de contingencia es una herramienta adaptativa que establece todos los mecanismos necesarios para generar un plan de recaptura exitoso en caso de un escape masivo. Para cada instalación de acuicultura, los investigadores de la UA proponen realizar un análisis de las condiciones climáticas que provocan escapes masivos de las especies cultivadas. “Esto permite conocer las condiciones locales bajo las cuales se producen escapes, con el fin de preactivar el plan de contingencia. También se propone un análisis de la flota pesquera de los puertos cercanos a la instalación para establecer la capacidad de recaptura en cada caso”, explica Kilian Toledo. El plan de contingencia incluye un modelo de convenio para que las empresas de acuicultura puedan llegar a acuerdos con el sector pesquero profesional, que utilizarán los artes de pesca más adecuados para la recaptura.