VALÈNCIA. Laura Palau está apurando sus últimas semanas en la residencia artística de GloguaAir, en Berlín. Allí ultima su último proyecto, Las bañistas, en el que intenta documentar qué ocurre en los vestuarios femeninos de las piscinas cubiertas. "El vestuario es un espacio singular y neutro, dónde se genera un ambiente tranquilo y de confianza que surge de compartirlo con personas del mismo sexo, uno de los pocos espacios que todavía se segrega por género. La finalidad del proyecto es observar y documentar lo que sucede allí con ánimo de mostrar y preservar uno de los pocos espacios únicamente pertenecientes a la mujer que quedan en la sociedad actual", explica ella misma.
La documentación se lleva a cabo a través de unas pequeñas cámaras estenopeicas y mini-cámaras de vídeo que se mimetizan en objetos propios de la natación, de esta manera la intención es documentar de la forma más natural estas situaciones. Este trabajo lo está realizando en las piscinas públicas de Berlín, que son edificios con algunas de las arquitecturas más singulares de la ciudad. El proyecto nació, en realidad, en València desde la propia afición de Laura Palau a ir a natación. "Incluso en las piscinas y en nuestras actitudes en ella, cada país es diferente", comenta. El proyecto se, seleccionado en la prestigiosa residencia de GloguaAir, se podrá ver en Berlín, y viajará también a la Comunitat.
Pero que este trabajo sirva como ejemplo de un camino que ya lleva años empezado, el del arte desde la propia experiencia de la creadora. Es el caso de Edits, un proyecto para el espai d'art contemporani de El Corte Inglés en el que Palau compró camisetas en Mango con mensajes vacíos (sobre el amor platónico, el feminismo, o el cáncer) y las intervino ironizando sobre estas mismas. Las modificaba utilizando vinilo, hilo, pintura o lentejuelas para cambiar su significado y posteriormente devolverlo a la tienda utilizando su ticket de devolución. De esta manera en las tiendas se vendían las mismas camisetas con distinto mensaje, muchas veces antagónico al original. Más tarde, recolocó las camisetas para que se vendieran como una más.
Esta intervención se completaba con otro proyecto que ya llevó a cabo anteriormente. Con la transformación parcial de los cánones de belleza habituales en la publicidad de moda, la artista copió la foto publicitaria con personas que eran cercanas a ella en vez de modelos profesionales. Después suplantó en los mupis las campañas originales por las suyas. Una reivindicación por el protagonismo y la democratización de la publicidad y la imagen. Otra vez, la experiencia de la propia creadora, sirve como materia prima del proyecto.
Laura Palau ya dio un paso en este sentido en 2017, cuando para la XX Muestra de Arte Público Universitat de València, desarrolló un proyecto que, no solo no escondía el aparato, sino que este mismo era la obra. "El objetivo principal de este proyecto fue posibilitar una cámara oscura bajo el propósito de crear encuadres alternativos al foco de la cámara. Desde el interior del visor reencuadré las vistas señalando físicamente el detalle a fotografíar. Las siguientes imágenes corresponden a 1/50 parte de la proyección total. Las imágenes resultantes quedan sujetas al tiempo presente, sucediéndose continuamente sobre una pantalla suspendida en el centro del espacio. Únicamente por medio de la proyección se posibilita la introducción de un espacio dentro de otro, una acción que nos remite a una necesidad fotográfica de capturar, encerrar o fijar una circunstancia o lugar sobre un objeto que lo determine", explica ella misma.
También utilizó una cámara oscura en Observatorio, su obra para PAM!PAM! 2018, que llegó a ser expuesta también en PhotoEspaña. En ella, Laura Palau construyó un pequeño cuarto hecho con retales de metal de casas de abejas. Dentro cabía la posibilidad de fotografía el entorno, pero también simplemente observar desde un espacio privilegiado, tanto por la pausa como por el espacio al que se es invitado. A este pequeño cuarto le acompañaban fotografías a gran formato de lo que se pudo capturar desde este mismo espacio, otra vez acotadas para no responder a una concreción que desdibuje la experiencia.
Aunque muchas veces la fotografía es el formato que más explota, en realidad no considera que esté ligada a un único formato, sino que es una herramienta más para activar las experiencias que acompañan el discurso que teje en sus diferentes proyectos.