LA VOZ DEL CONSUMIDOR / OPINIÓN

La vuelta al cole: una cuesta demasiado empinada

27/08/2024 - 

El regreso a las aulas en la Comunitat Valenciana se perfila este año como el más costoso de los últimos, una situación que pone de manifiesto las contradicciones y carencias del sistema actual de ayudas educativas. La inflación galopante ha disparado los precios de muchos productos y servicios, dejando a muchas familias en una situación comprometida.

Aunque no se pueda discutir algunos de los logros conseguidos en los últimos años como, por ejemplo, la creación de los bancos de libros, que han aliviado parte de la carga económica, otras necesidades cruciales para la educación moderna han quedado desatendidas. Es paradójico que, en una era dominada por la tecnología, no existan ayudas significativas para la adquisición de hardware o software educativo. Esta carencia no solo afecta al bolsillo de las familias, sino que también puede ampliar la brecha digital entre los estudiantes.

El coste del material escolar es otro aspecto que merece especial atención. Mientras en la Comunitat Valenciana las familias se ven obligadas a desembolsar cantidades relevantes en lápices, cuadernos, mochilas y otros útiles básicos, varios países europeos han implementado sistemas más generosos. Por ejemplo, en Finlandia, conocida por su excelencia educativa, el material escolar es completamente gratuito para todos los estudiantes hasta el final de la educación secundaria. En Francia, el Gobierno ofrece una asignación anual específica para todos aquellos gastos derivados de la vuelta al colegio, la allocation de rentrée scolaire, que varía según la edad del estudiante y los ingresos familiares.

Las actividades extraescolares, especialmente aquellas enfocadas en la enseñanza de idiomas, representan otro punto ciego en el sistema de ayudas. En un mundo globalizado, el dominio de lenguas extranjeras es cada vez más crucial para el futuro laboral de nuestros jóvenes. Sin embargo, para que esas actividades tengan un impacto efectivo en los alumnos será necesario desembolsar un gasto considerable que muchas familias no pueden permitirse, creando así una desigualdad de oportunidades desde edades tempranas.

La incoherencia del sistema actual se hace evidente cuando se fomenta la gratuidad de los libros de texto, pero se ignoran otras necesidades educativas igualmente importantes. Esta visión miope de la educación no solo perjudica a las familias económicamente, sino que también limita el potencial de aprendizaje y desarrollo de los estudiantes.

Es hora de que la Conselleria de Educación revise sus prioridades. Un sistema de apoyo verdaderamente eficaz debe ser integral, abordando no solo los gastos tradicionales, sino también las necesidades educativas del siglo XXI. Esto incluye el soporte para la adquisición de tecnología, subvenciones para actividades extraescolares clave como los idiomas, así como ayudas para la adquisición de material escolar, especialmente para aquellas familias con menos recursos.

La educación es la base del progreso social y económico. Si queremos construir una sociedad más justa y preparada para los desafíos del futuro, debemos asegurarnos de que todos los estudiantes tengan acceso a una educación completa y de calidad, independientemente de la situación económica de sus familias. La vuelta al cole no debería ser una fuente de estrés financiero, sino una oportunidad para seguir mejorando nuestra sociedad.