Christopher Moulds se estrena con la Orquesta de la Comunitat Valenciana, a la que le ha querido acostumbrar a un repertorio más clásico
VALÈNCIA. "Mozart es necesario, ojalá podamos programar todas las temporadas algo de él", ha lanzado Jesús Iglesias Noriega, director de Les Arts. "Acostumbro a tocar mucho los libretos, pero esta obra es teatralmente perfecta. No le sobra una sola línea", añadía minutos después después el director de escena Emilio Sagi. De esta manera arranca la temporada Les Arts. La encargada será Le nozze di figaro, una ópera buffa en cuatro actos con música de Wolfgang Amadeus Mozart y libreto de Lorenzo da Ponte. Están programadas cinco actuaciones desde el 27 de septiembre hasta el 6 de octubre en la Sala Principal, y constará de un espectáculo de tres horas y media con pausa.
Entrando al contenido, la rueda de prensa de presentación del espectáculo ha servido, sobre todo, para que el maestro Sagi despliegue las claves de esta obra que es la segunda parte de la trilogía de Fígaro, el personaje que une esta historia con otras dos novelas de Pierre-Augustin de Beaumarchais, El barbero de Sevilla y La madre culpable. En realidad, la obra original de De Beaumarchais se publicó con no poca polémica en Francia, en 1784. La historia del escritor francés intentaba ser una comedia ácida sobre los abusos de la aristocracia, reflejados en un lío de amores entre un conde, un sirviente y su amada. El autor llegó a estar encarcelado y su obra censurada.
La manera de recuperarla fue dulcificarla en lo ideológico y, de paso, impulsaron la sensualidad que contenía la historia. Escenas de camas y guerra de sexos, seducciones nada fructíferas y alegría de lujurias.
Emilio Sagi firma desde 2009 la puesta en escena de esta versión de Le nozze di Figaro, que es una coproducción del Teatro Real de Madrid con la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera (ABAO) y el Teatro Nacional de Ópera y Ballet de Lituania, con escenografía de Daniel Bianco, vestuario de Renata Schussheim, iluminación de Eduardo Bravo y coreografía de Nuria Castejón.
Sagi es un viejo conocido en la historia de Les Arts, donde ha presentado producciones como La bruja, El rey que rabió, El dúo de La Africana, Katiuska, Luisa Fernanda, Lucrezia Borgia, Tancredi, Il mondo della luna o Rigoletto, Sagi reproduce con fidelidad la sensualidad de la ciudad de Sevilla a mediados del siglo XVIII.
El director ovetense -comparte varias coincidencias profesionales y origen con Iglesias Noriega- se ha vuelto a rendir ante el libreto de Le nozze di Figaro al que le tiene tanto respeto que lo considera como una pieza "teatralmente perfecta". Lejos de cualquier aspecto medieval, el montaje que se podrá ver en la Sala Principal plantea a Fígaro hiperrealista y exagera, a través de un vestuario "goyesco", el tarannà español: "en aquella época en Viena debían pensar poco más que España era Tanzania", ha esgrimido Sagi.
De paso, el director de escena ha comentado que no ha querido hacer antipáticos a los personajes y que, a la hora de hacer el montaje, le gusta dejar margen al elenco para que pongan algo de cada uno de ellos: "cada función es una creación", ha señalado. "Si las dictaduras son malas en los político, imagínate sobre un escenario", ha añadido. "Las órdenes a gritos se olvidan fácilmente, asumir desde un debate no. Me gusta mucho más trabajar en armonía que no en tragedia", ha finalizado su retahíla de lecciones magistrales y lúcidas.
Por su parte, el director musical Christopher Moulds, debuta con la Orquesta de la Comunitat Valenciana y también con el montaje de Emilio Sagi. Sobre ella, ha destacado que es una formación de "costumbres románticas", y por eso él ha querido trabajar de una manera diametralmente diferente, desde la perspectiva de la música de cámara con tal de "sacar el lado más clásico" de la orquesta. Ha aprovechado su corta intervención para poner en valor tanto al elenco experimentado como a los más noveles.
Tras las preguntas de rigor sobre La nozze di Figaro, la prensa también ha preguntado sobre la posición del coliseo sobre la fuerte vinculación que mantiene el cantante y director de orquesta. Algunos teatros de ópera estadounidenses cancelaron las actuaciones previstas del tenor a raíz de la investigación periodística que le vincula a más de una decena de supuestos casos de acoso sexual. Otros, como el Teatro Real, han defendido su figura y no modificarán su programación.
Iglesias Noriega ha respondido que la posición de Les Arts tiene dos lecturas: la primera, que el centro "cuenta con un protocolo para que todos los trabajadores y trabajadoras que puedan sentir algún caso de acoso o discriminación -no solo sexual-, lo puedan denunciar y se actúe en consecuencia"; la segunda, que "actualmente sobre ninguna persona relacionada con Les Arts cae ninguna denuncia penal". Sin embargo, esto sigue significando que el Patronato sigue sin posicionarse ante este conflicto, porque ciñéndose a lo dicho por el director artístico, hasta que las investigaciones no acaben en una imputación, o hasta que una trabajadora no denuncie públicamente a Plácido Domingo, no habrá ningún tipo de declaración, ni a favor ni en contra: "no puedo hablar de futuribles", ha considerado Iglesias Noriega.
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