VALÈNCIA. Verdi apuntó en Otello lo que finalizaría con Falstaff, su última ópera: "hay compositores que tienen la capacidad de convertirse en el mismo personaje sin acabar siendo una caricatura", así lo resumía el maestro James Gaffigan en la rueda de prensa de presentación de la nueva ópera de Les Arts, Falstaff, que se podrá ver del 21 al 31 de enero.
Esta será la primera vez que se represente este libreto de Verdi en Les Arts, la pieza que faltaba del repertorio de "un pilar del lírico que ha de estar en las programaciones de todos los centros musicales", una manera de "seguir apostando por hacer nuevas propuestas", en palabras del director artístico Jesús Iglesias Noriega.
Y lo hace por la puerta grande, siendo esta cita una de las más esperadas de toda la temporada. La alineación así lo demuestra: James Gaffigan será el director musical, uno de los nombres intachables de la lírica a nivel internacional que no pudo actuar con la Orquesta de la Generalitat Valenciana en Sagunt a Escena este verano y que pisa Les Arts por segunda vez tras Un réquiem alemán; en escena, se podrá ver el montaje de Mario Martone, el director italiano, que traslada la trama a los 70, con chupas de cuero, drogas y patillas (para la reposición, está encargado de la dirección de escena Raffaele Di Florio). En el elenco destacan un Ambrogio Maestri que lo capitanea con el aval de ser uno de los Mr. Falstaff más brillante de los últimos años, y una Ainhoa Arteta -en el papel de Alice Ford- que se dejará ver en Les Arts más alla de sus recitales interpretando "el mejor Falstaff que he hecho hasta ahora".
Además, el director ha destacado el "excepcional" reparto, que también incluye a Mattia Olivieri, alumno del centro de perfeccionamiento del Palau de Les Arts, que será Ford; Sara Blanch como Nannetta o Violeta Urmana, mezzosoprano cuyo personaje será Meg.
Y, por supuesto, la Orquesta de la Generalitat y el Cor de la Generalitat, que Gaffigan ha destacado como "unas formaciones que mantienen un altísimo nivel y siempre quieren hacerlo mejor".
Finalmente, la iluminación será dirigida por Pasquale Mari, mientras que la coreografía ha sido compuesta por Raffaella Giordiano y Anna Redi, y el vestuario correrá a cargo de Ursula Patzak.
Falstaff es una ópera coral (aunque por las medidas de coronavirus, han tenido que adelgazar la sección de coro y figurantes) repartida en tres actos. Una comedia lírica basada en una obra de William Shakespeare que Verdi traslada al mismo siglo XIX a través de un libreto que combina la tragedia y lo bufo en una frontera que cambia con el contexto: "no es un comedia al uso, porque si bien hay momentos de divertimento, son hechos puntuales y reflejan en realidad una manera diferente de los personajes a la hora de encajar las cosas", comentó en la rueda de prensa Rafaele Di Florio.
Le ópera conducirá al espectador, a través del baritono italiano Ambrogio Maestri, a contemplar un protagonista que rozará la tragicomedia, pero ante todo, la dirección ha creado un Falstaff contrarrevolucionario y decadente que lucha contra la burguesía del momento. Vive en un centro social, es una persona claramente marginal y tiene una visión muy crítica del mundo que le rodea.
De esta manera, y ciertamente actualizada a los 70, Falstaff añade un fuerte componente de clase, que se refuerza con una propuesta estética y que se entrecruza con la propia biografía del propio Verdi. En palabras del director musical de la obra: "Verdi consigue reirse de todo aquello que él mismo ha representado hasta el final de su carrera".
Gaffigan también la ha definido como "obra maestra" debido a su riqueza interpretativa, en la que se tratan diferentes problemas a lo largo de los actos: la vida, la muerte y la soledad serán temas predominantes en los que el protagonista se enfrentará a desengaños amorosos, mentiras y vicios.
Sin embargo, lo más destacable de la puesta en escena para Di Florio es la forma de vestir de Falstaff, con un vestuario y peluquería setenteras, además de los signos de su forma de vida inadaptada, que ofrecen y comparten una visión crítica de la realidad en una escenografía planteada por Margherita Palli.
Los personajes calificados de "burgueses" como son Ford y Alice muestran un estilo de vida acomodado, pero conforme avanzan los actos, acaban frecuentando lugares que no serían visitados por ellos en un principio, como "un local donde se practica sexo extremo", según el director de escena.