Leyes con obsolescencia programada

Algunas leyes están diseñadas con obsolescencia programada. Y otras, que deberían ser leyes de consenso, que no concordia, se manipulan y se enredan teniendo muy poca altura de miras y mucho de prepotencia.

La función legislativa del Estado o de las administraciones autonómicas es de las más desconocidas para el ciudadano y ciudadana de a pie, los de fuera de la burbuja mediático-política, pero es el marco sobre el que nos desenvolvemos como colectivo y sobre el que nos relacionamos como personas.

No me refiero ahora mismo a ninguna ley en concreto pero sí escribo a propósito de la de "concordia" que me ha traído a la mente cómo los gobiernos han sido incapaces de tramitar con agilidad leyes esenciales desde mi punto de vista, como La Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia que entró en vigor hace ahora tres años pero que se llevaba solicitando desde hacía décadas, varias y que, incluso una vez aprobada fue recurrida al Tribunal Constitucional por Vox, aunque afortunadamente desestimada. Me recordaba a cuando se aprobó la Ley del Divorcio, ¡madre mía, hace cuatro días! O la del Aborto y que aquellos involucionistas pensaban que habría miles de solicitudes de eutanasia, de abortos y de divorcios.

Efecto llamada decían. Qué ridículo es intentar frenar por ley lo que de facto sucede o pensar que porque se regule por ley va a querer morir o abortar quien no quiere. Tan ridículo como pensar que se puede forzar la concordia por ley en vez de fomentarla dando ejemplo.

Las elecciones vascas han desempolvado a ETA y sus víctimas, en el panorama político, porque en la vida real las víctimas siempre están. En las próximas semanas volverá a los escaparates de los medios y a las declaraciones políticas el "conflicto catalán". Tenemos también elecciones catalanas. ¿No les sorprende que saquen de nuevo del cajón estos asuntos cuando están de campaña y en acabar vuelva todo a dormir el sueño de los justos?

A veces me he encontrado a algún político que intenta hacer política pero a poco que avance en esa carrera casi diría yo profesional, acaba entrando a trapo en los ciclos electorales y en los "argumentarios" que tocan. Las estrategias, los intereses personales y partidistas y la pelota creciendo cuesta abajo que te lleva por delante y que solo consiguen crear desafección.

Pero esto también interesa. Por eso cuando la ciudadanía consigue terminar el farragoso y difícil proceso que les permite presentar una iniciativa legislativa popular, el poder legislativo dice ¿qué? ¿Y esto ahora? Las últimas que han conseguido llegar son dos, la regulación de medio millón de personas extranjeras en España en el Congreso, aprobada a regañadientes por algunos y con la oposición de Vox, y en el parlamento Catalán la Iniciativa Legislativa Popular para la independencia de Cataluña, ésta bloqueada inmediatamente por que trata sobre cuestiones fundamentales del Estado y no es ese el camino, ha dicho el Tribunal Constitucional.

Me gusta la política y mucho, quien me conoce lo sabe pero a poco que salgo un rato del mundillo, como esta semana que estoy en otras cosas, observo como cada vez más, la vida real va por un lado y matrix está en otro. El problema es que la gente del mundo real necesita que se solucionen sus problemas y el adormecimiento que provocan estos intereses partidistas no es nada bueno para todos.

Me alegra, afortunadamente, conocer proyectos, personas y profesionales que a pesar de ver esto igual que yo, no caen en el desánimo e intentan poner su granito de arena. Esta semana he estado con Jovesólides en uno de sus proyectos que lleva a los institutos herramientas para ayudar a los adolescentes a detectar y desactivar las Fakenews. Antes de conocerlos pensaba que era misión imposible pero tras ver el resultado creo que hay partido.