VALÈNCIA. Cinco palabras. Parece que sirven de mucho, aunque sobre el papel, en sí mismas, no hacen nada. Una promesa hacia el futuro: Todo va a estar bien, y un mantra que la artista plástica e historietista Paola Andrea Gaviria, conocida como Powerpaola, repite en su último lanzamiento junto a Apa Apa Cómics. En esta novela gráfica, Powerpaola reflexiona sobre el amor en todas las formas y celebra “la fragilidad como potencia” mientras narra sus recuerdos con pasión y libertad desde el presente más romántico y nostálgico.

Entre tintas moradas y triejas imposibles, la autora viaja al pasado para contar sus viajes de adolescencia entre los que se cuelan fantasmas, posibles amantes y otros curiosos personajes que hacen de su vida una aventura más divertida. Con un formato que coquetea con la playlist emocional y con el diario personal, la autora logra perseguirse a sí misma entre las páginas moradas de esta novela para “ir persiguiendo a un personaje por el que le deja sorprender”.

Aunque retrata su propia vida, Powerpaola consigue descubrir en Todo va a estar bien a una adolescente que se pierde entre los cuadros y las canciones mientras rebusca por sus recuerdos: “Me centro en mi pasado y en cosas que ahora releo desde un punto más romántico. Hago un viaje introspectivo para ver quién he sido a lo largo del tiempo ".Y en este viaje se encuentra a ella misma años atrás, desenfadada, a veces enamorada y otras enfadada con el mundo, pero siempre ella.

“Me sorprendo a mí misma, con mis amigos que fueron también mis amores y con las conversaciones que parece que pasas de largo, pero que al final te cambian la vida. Consigo darle un nuevo foco a mis recuerdos y comprender las cosas de la vida que de normal pasan desapercibidas”. Y desde el presente reflexiona, con curiosidad, sobre el título que parece demasiado manido “y hasta controversial” tras desastres como la pandemia de COVID-19, un “todo va a estar bien” que parece que tiene otro sentido desde hace unos años y que ahora escribe junto a la editorial Apa Apa con la idea de invocarlo porque parece que los títulos le persiguen.

Cuenta Powerpaola que cuando publicó Virus tropical se vio sumida en una terrible enfermedad, un virus que le dejó durante siete meses con la mitad de la cara paralizada. Asustada y confiando en “los poderes de los títulos” se decidió por Todo va a estar bien porque “las palabras tienen muchos poderes y los dibujos también”. Teniendo el título, la forma y los recuerdos a los que evocaba Powerpaola se decide en este trabajo a compartir su vida y sus entrañas entre viñetas que buscan comprender el amor mientras se acercan y alejan de este constantemente.

Para ambientar esta aventura de su “yo” adolescente introduce en Todo va a estar bien algunas canciones que sirven como playlist de su pasado. Ayudan al lector a comprender qué canciones se adecuan a cada momento y cómo bailan los personajes al son de una melodía entre viñetas tintadas de morado.

Jugando con las palabras y con el amor, se sirve de la autoficción para construir un manual de supervivencia sobre la vida, como los que ella consume en su día a día: “Recurro a los libros autobiográficos y de autoficción para aprender cómo sobrevive la gente a las cosas. La literatura puede ayudar a cualquier persona a ver una situación desde cualquier otro lugar y da herramientas para hacerlo. El dibujo nos habla y nos muestra traumas e historias que están en la mente de las personas y las autoras, y ayuda a entender muchas cosas”, explica la autora.