VALÈNCIA. Con 169 startups tecnológicas invertidas en 43 países, el fondo noruego Katapult es uno de los referentes mundiales en inversión con impacto. Poner el dinero en soluciones que contribuyan a mejorar el futuro del planeta puede resultar una opción muy interesante a largo plazo, si se piensa en el efecto sustitución de determinadas tecnologías que se va a producir los próximos años. A Katapult le atrae especialmente el sector de la alimentación y la digitalización del océano, pero España y la Comunitat Valenciana deben aprender aún a situarse en el radar de este tipo de actores. Linn-Cecilie Linnemann es la CEO de Katapult Group.
-Hace un año, hablábamos de este 2023 como de un ejercicio complicado para el capital riesgo. ¿Cómo describiría lo que está sucediendo en el sector?
- El mercado de capitales ha cambiado drásticamente, yo diría que en los últimos 12 meses. Pero también es cierto que hace dos años la financiación de las startups estaba tal vez en su pico más alto. Todo va de ciclos, ¿verdad? Lo hemos visto antes. Pero es muy difícil cronometrar los ciclos y saber cuándo se va a iniciar el siguiente. Muchos inversores de riesgo como nosotros pensamos en décadas y nuestra apuesta es que dentro de 10 años la situación será mejor. Así que puedes verlo de dos maneras: una es que, en realidad, se pueden hacer mejores inversiones en estos momentos porque el mercado es diferente, aunque la financiación sea más difícil para las startups y también para los propios fondos.
La segunda forma de verlo es que ahora que los mercados de capitales están a la baja, muchos de los fondos no devuelven el capital tan rápido a sus inversores, ya sean fondos de pensiones, fondos estatales o inversores privados, y cuando lo hacen muchos de ellos reciclan el capital, es decir, lo recuperan y lo ponen de vuelta en el próximo fondo. Eso también crea un hueco en el mercado debido a que no hay dinero nuevo. En cualquier caso, todavía hay capital para los casos buenos.
-Una de las consecuencias ha sido una dinámica de concentración del capital riesgo.
- A nivel de sectores concretos es indudable. Creo que fueron varios centenares los fondos climáticos iniciados el año pasado en la UE. Eso nos dice algo acerca de que hay un impulso en el ámbito de los fondos climático. Hay una gran cantidad de nuevo capital de riesgo, hay muchos fondos nuevos, mucho dinero fluyendo y tal vez también muchas startups. A veces también es saludable que se haga una pausa, que se rompa el ciclo.
-¿Cuándo cambiará el ciclo: el próximo año, en 2025?
- Realmente no quiero predecir eso, pero creo que va a cambiar muy pronto. Será más una nueva normalidad, tal vez por un tiempo. Cualquier cosa puede pasar. Las consecuencias de la covid han sido totalmente inesperadas, todo cambió de la noche al día. Para algunas industrias, la digitalización fue una exigencia terrible. Y por el lado humano, por supuesto. Nos ha enseñado que es muy difícil en este mercado predecir cualquier cosa. Como humanos somos malos en prepararnos para lo que no ha sucedido antes. Así que ahora tenemos muchos mecanismos para sortear la crisis si surge otra pandemia como la covid, pero si sucede algo completamente diferente, todavía no estamos preparados.
-Miro el portfolio de inversiones de Katapult y sólo aparece una en España. ¿Por qué?
- Lo sé. Por eso estamos aquí. He mantenido grandes reuniones aquí.
-Quizás es un problema de España.
- No es un problema de España, seguro. Prefiero pensar que están sucediendo muchas cosas emocionantes y, claro, nuestros fondos son muy globales, no nos fijamos en un mercado en particular, buscamos más sectores. Por ejemplo, la empresa en la que hemos invertido en España, Solatom, consigue producir temperaturas extremadamente altas de una manera nueva con paneles solares normales y se utiliza para la producción de alimentos y grandes fábricas. Es una industria muy impulsada por el hardware, por los ingenieros, pero también, por supuesto, con componentes de software.
-En España hay innovadores geniales, pero es posible que no seamos buenos para hacernos visibles ante el mercado.
- Para Katapult, ha dependido más del hecho de que invertimos globalmente, buscamos en muchos mercados diferentes. Ponemos el foco una región para ver lo que viene y luego comenzamos a construir una red que se abre. En València, algo está comenzando a suceder, será la Capital Verde europea el próximo año, ese es un impulso que hay que aprovechar al máximo para atraer a actores como nosotros y a otros también. Se trata de construir el ecosistema, porque es muy difícil para una startup prosperar o hacer despegar la industria si no tiene a todos los actores del ecosistema. Necesita gente que invierta en ellos, inversores ángeles, capital internacional, y también grandes aceleradoras, programas para escalar. En este mercado global y con estos grandes desafíos por delante es aún más importante pensar fuera de tu propio país o de tus propios mercados.
-Entre los sectores preferidos por Katapult para invertir, destaca la búsqueda de oportunidades en el ámbito de la alimentación. La CEO de Techstars, Maëlle Gavet, también lo mencionaba como uno de los sectores clave de su expansión.
- Sí, tenemos muchas inversiones en alimentación porque entramos en una etapa bastante temprana, como capital semilla, entre 150.000 y 500.000 euros. Sabemos que las empresas que invierten en estas startups cambiarán, o que muchas de ellas lo harán. Están probando algo y si no funciona lo cambiarán, o la tecnología, o su pensamiento. Pivotar no es malo. La alimentación es parte de nuestro mandato climático. Hacemos mucha producción de algas marinas, cuyas áreas de aplicación son bastante amplias en este momento, se pueden usar como alimentos, como fuente de 20 proteínas, pero también como materiales alternativos. Estamos viendo el comienzo de muchos de esos sectores en estos momentos, sin olvidar que la producción de alimentos debe ser más sostenible para el planeta. Así que hay un enorme potencial.
-Hábleme de tres sectores en los que no quiere perderse nada de lo que pueda suceder e innovarse durante los próximos años.
- Yo diría que el océano con seguridad. La revista Time lo puso en la portada este año, es el lugar más importante del planeta, estamos rodeados de océanos. Una gran área de desarrollo será la digitalización del océano, la recopilación de datos para entenderlo mucho mejor. También su posibilidad de proporcionar todas estas proteínas alternativas, con nuevos métodos de producción. Y la electrificación tanto del océano como de la tierra, muy relacionada con la energía renovable en alta mar y en tierra. Así que hay muchos vínculos y todos ellos también necesitan soluciones de software para las áreas de aplicación.
-Es como si hubiéramos descubierto la luna, el océano es todavía un territorio por explorar.
- Sí, pero hemos estado firmando la Carta contra la minería submarina. Estamos muy en contra de eso y de la crueldad animal. Estamos más interesados en la recopilación de datos. ¿Cómo podemos usar esta información? ¿Cómo podemos hacer una nueva herramienta? ¿Cómo se pueden producir algas marinas que sean buenas para diferentes alternativas a las proteínas? Insisto, alimentos y producción de materiales.
-Para alguien que gestiona un fondo con sensibilidad, la necesidad de escoger entre los criterios financieros y los sociales debe de convertirse en ocasiones en un complicado dilema.
- El clima es un paraguas para todo lo que hacemos. Tenemos un fondo específico para los océanos, pero no lo vemos como una contradicción, porque están relacionados con la salud del planeta. De hecho, creemos que será rentable debido a esto. Este tipo de industrias son capaces de atraer tanto a las personas más inteligentes como al capital a largo plazo. Siempre habrá capital para ese tipo de proyectos que realmente están cambiando las reglas del juego dentro de sus industrias. Así que no lo veo como un dilema entre ganancia o impacto, lo veo como ganancia por el impacto.
-Este es un discurso que cala muy bien en el norte de Europa, pero en el sur de Europa convencer a un inversor de que la inversión con impacto le puede resultar interesante es más complicado.
Si nos fijamos en los mercados de energía renovable, por ejemplo, tendremos que hacer la transición a las nuevas redes. Todas estas soluciones necesitarán una gran cantidad de capital, un gran cambio en la infraestructura y también muchas soluciones de software. Por supuesto que tiene sentido invertir en eso porque en el futuro esas industrias serán más grandes que el petróleo y el gas. Si piensas de ese modo, el dilema desaparece.