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VALÈNCIA. Tras adelantos como No Sé Muy Bien —el single con el que estrenaban su nueva etapa—, Canción de Entretiempo, Últimamente, Cuchillos o Mochi las valencianas presentan su primer álbum: Un Año de Cambios. Un chute de "insolencia juvenil" que llega para romper en el panorama punk-rock y riot grrrl de España, con temas que hablan de despecho, crushes instantáneos y decepciones incurables.
El álbum les hace reflexionar sobre lo rápido que van las cosas para el grupo, tanto a nivel personal como profesional: singles, EPs, giras, colaboraciones, proyectos paralelos, cambios de formación… Así ha ido girando el mundo de Míriam y Paula hasta llegar a este álbum, un debut que ya destila madurez. Y que cuenta con un gran trabajo a nivel de sonido e inteligencia compositiva. Y que a nivel de energía, sobra decirlo, desborda electricidad juvenil incontrolable.
Bedroom pop, distorsión, punk macarra e sarcástico, con letras que tratan temas costumbristas que van desde la amistad hasta el desamor, y su tan ya característico toque reivindicativo. Un álbum que retrata a toda una generación, mucho más maduro y voraz, que llega como un repertorio de hits indomables que permanecerán con nosotros durante mucho tiempo.
Un Año De Cambios es un álbum producido y masterizado por Carlos Hernández —quien ha trabajado con Carolina Durante, Axolotes Mexicanos, Aiko El Grupo o Triángulo de Amor Bizarro— que le ha dado ese empujón de contundencia a nivel de sonido, pero que a la vez ha permitido realzar todos los matices de un disco que trasciende el punk-pop de ascensión riot grrrl. Porque aquí hablan las canciones. Redondas, inmensas. Doce himnos, sin altibajos. Hechos desde la honestidad y la asertividad más directa. Como los grandes discos de debut. Esos que sobreviven a los años.