Hoy es 4 de octubre
VALÈNCIA (VP). Abante ha lanzado Abante Quant Value Small Caps, un fondo de inversión de bolsa global gestionado por el astrofísico Narciso Benítez, que mediante el uso de un algoritmo propio combina la selección de acciones value con momentum.
La estrategia del fondo se basa en la selección de valores pequeños mediante un algoritmo que mide treinta parámetros, para detectar dos de las principales anomalías del mercado (value y momentum), dando prioridad a la robustez de los resultados con un sistema original que ha desarrollado y probado por el astrofísico en los últimos cinco años.
Santiago Satrústegui, presidente de Abante, destaca que “ser gestor en España es muy complicado y desde Abante queremos ayudar a los que son buenos a desarrollar su propio proyecto. Esta es, precisamente la idea con la que nació en su momento Smart-ISH, una incubadora de gestores españoles con talento y en cuyo universo hay ahora 127 proyectos de gestión”. Satrústegui añade: “Creemos que Txitxo Benítez es un gestor que tiene muchísima proyección y que necesita un periodo de incubación para que pueda replicar a mayor escala lo que ha hecho hasta ahora”.
Por su parte, Benítez explica que la idea detrás del sistema es “utilizar la sofisticación matemática justa” y le sirve para “analizar 45 indicadores de 12.000 compañías en los principales mercados mundiales -excepto China-, de las que solo el 1% se consideran oportunidades de compra”. El fondo tendrá en cartera, de media, unas 50 compañías y, por definición, “se va a separar del índice de referencia (MSCI World Total)”.
Benitez comenzó a invertir en 2006 y tras seis años, desarrolló su sistema cuantitativo de inversión. Desde enero de 2013 hasta hoy ha conseguido batir ampliamente al índice -logrando una rentabilidad anualizada en euros del 34,6%-, con un nivel de volatilidad inferior un 10,12% medida en euros frente al 12,90% del índice).
Narciso Benítez, científico titular del Instituto de Astrofísica de Andalucía (CSIC), estudió Ciencias Físico-matemáticas en la Universidad de Moscú, se doctoró en Ciencias Físicas en la Universidad de Cantabria y ha participado en proyectos de astrofísica en la Universidad de Berkeley (California, EE UU) y la Johns Hopkins (Maryland, EEUU).
Benítez decidió hace doce años empezar a aplicar su experiencia como astrofísico para empezar invertir. Ya había participado en un proyecto para la puesta en marcha de un algoritmo para medir la distancia entre galaxias y su trabajo le ha proporcionado una experiencia valiosa y única en la gestión de grandes bases de datos, análisis de datos y responsabilidad por el riesgo, entre otras cuestiones.
En sus propias palabras: “Cuando trabajas en misiones espaciales, que implican un enorme desembolso económico y, además, pones en riesgo la vida de personas extraordinarias, el grado de responsabilidad y de presión es enorme. Y esa es una lección que no se olvida”.
Del espacio, dice, ha aprendido algunas lecciones valiosas, entre las que destaca: primero, nunca dar nada por sentado. Segundo, es más importante que el sistema sea robusto que optimizado al máximo. Tercero: redundancia, redundancia, redundancia. Y, en cuarto lugar, la ley de Murphy es la cuarta ley de la termodinámica.