VALENCIA (EP). El exadministrador del Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) durante los períodos 1989-2000 y 2014-2015, Joan Antoni Llinares, ha afirmado este lunes que la exdirectora del museo, Consuelo Císcar, "hacía lo que hacía ante todo el mundo, con luz y taquígrafos" por lo que ha considerado que nadie debería "sorprenderse por los resultados de la auditoría" --presentada por la Intervención de la Generalitat en junio de 2015, que detectó diferencias de hasta un 1.500 por cien entre el precio que el museo pagó por alguna obra y su valor de mercado--.
Así lo ha explicado el también Secretario General de la Reial Societat Econòmica d'Amics del País de València (RSEAPV) a Europa Press antes de la conferencia 'Transparència contra corrupció. L'Oficina de Transparència i Bones Pràctiques de l'Ajuntament de Barcelona', que ha ofrecido este lunes por la tarde en el Conservatorio Profesional de Música de Valencia.
Para Llinares, las actuaciones de Císcar al frente de la institución tuvieron "escasas respuestas de resistencia" porque "no se le auditaba". Esto se debe, según ha explicado, a que en España existe una "politización de los sistemas de fiscalización". "Cuando yo era administrador del IVAM se hacían dos auditorías muy rigurosas al año, ¿Por qué a la señora Císcar no se le auditaba?", ha afirmado.
En este sentido, el exadministrador del IVAM ha señalado que cuando volvió a la institución, --en octubre de 2014, tras el cese de Císcar en abril del mismo año-- "la herencia de Císcar continuaba flotando". Preguntado por el poder de Císcar en la institución, Llinares ha afirmado que "no sabe" cuál era la potencia de la exdirectora ni "si se le tenía miedo".
"Los diez años de Císcar son difíciles de desvanecer de la atmósfera del IVAM", ha manifestado Llinares, quien ha remarcardo que cuando volvio al IVAM en 2014 su labor en la institución fue "dejar las cuentas claras" y "separar el museo de la etapa anterior".
Llinares, que actualmente es gerente de la Gerencia de Recursos del Ayuntamiento de Barcelona --que ha puesto en marcha la Oficina de Transparencia y Buenas Prácticas del consistorio de Ada Colau--, también ha señalado que la situación de la transparencia en España "es muy atrasada" comparada con el resto de Europa.
Para el experto, sin embargo, "la transparencia no impedirá la corrupción", pero sí ha considerado que "hay una relación directa" entre la mayor transparencia y los niveles de corrupción. No obstante, ha explicado que la "moral pública" del país influye. "Puede ser que la opacidad sea crónica en España", ha lamentado.
Sobre la Oficina de Transparencia y Buenas Prácticas que ha puesto en marcha en el consistorio barcelonés, Llinares ha afirmado que este organismo se ha creado con "la convicción" de que "si la transparencia hubiera comenzado mucho antes", habría sido "más difícil" que ocurrieran casos el que refleja el documental 'Ciutat Morta' --un supuesto caso de torturas de cuerpos policiales a detenidos después del desalojo de una casa 'okupa' el 4 de febrero de 2006, en el que un agente de la Guardia Urbana quedó herido muy grave--.
Llinares ha explicado que esta oficina se estructura en torno a tres unidades --transparencia, control de gestión y dirección de análisis-- y que cuenta con 70 técnicos que realizan auditorías, estudian las denuncias y responde a las peticiones de los ciudadanos.
Preguntado por la actitud de los partidos del consistorio respecto de esta oficina, ha explicado que la transparencia "es una demanda colectiva que difícilmente los partidos, incluso los menos transparentes, puedan negarse". "Se está comprendiendo la importancia de que los ciudadanos tengan información, la transparencia ha venido para quedarse", ha señalado.