VALÈNCIA. Con tan solo 30 años, el artista fallero valenciano David Sánchez Llongo ha logrado en 2023 alzarse con el primer premio de la Sección Especial de las Fallas de Valencia con el monumento plantado para Exposición – Micer Mascó, así como con el de las Hogueras de Alicante con Diputación – Renfe y otros primeros premios en las Fallas de distintas localidades como Cullera o Alzira. El artista nos recibe en su taller para hablar sobre sus impresiones del año que concluye, sus planes de futuro y el funcionamiento de su empresa, además de para reflexionar sobre la situación del gremio y la propia fiesta.
-David, enhorabuena. El 2023, personalmente debe haber sido espectacular, ¿no?
-La verdad es que sí. Ha sido un año repleto de ilusión y de alegría. Primer premio en València, primer premio en Alicante, primer premio en Cullera, primero en Alzira, en Utiel… En un montón de sitios, y la verdad es que todos los clientes están súper contentos, así que esperemos que 2024 sea igual que este año.
-Estamos a pocos meses de Fallas, y nada más entrar al taller le he visto manos a la obra, ¿desde cuándo llevan preparando las fallas para 2024?
-Nosotros somos un taller muy grande, producimos mucho y tenemos muchísima faena porque hacemos una campaña de Fallas muy fuerte y de Hogueras también. Durante todo el año no paramos, tenemos una producción brutal todos los meses. En el Taller de Llongo da igual que vengas en agosto que en diciembre, aquí parece siempre que Fallas sea dentro de quince días, siempre llevamos la misma marcha.
¿Cuántos trabajadores son en el taller?
-Somos un taller muy grande para poder llegar a Fallas y Hogueras. Ahora tenemos una plantilla de unas quince personas que trabajan aquí, y a eso sumamos autónomos y empresas que nos ayudan.
-¿Cada uno tiene una función específica dentro del taller o todos hacen un poco de todo?
-Hay gente que hace un poquito de todo y gente que hace una tarea concreta. Por ejemplo, tengo dos montadores de corcho, cuatro carpinteros, dos pintores, gente de preparación, un equipo de escultores muy bueno… Nos organizamos como si fuésemos departamentos y cada uno se encarga de su sección. En diciembre acabamos la construcción de las fallas y empezamos con la campaña de Hogueras.
-Todo ese proceso entiendo que lo realizan con un montón de materiales, mucha preparación e ideación, ¿cuánto cuesta realmente construir una falla?
-Es un proceso muy largo. La gente se piensa que es una cosa muy sencilla y muy fácil de hacer, pero si conoces desde dentro cómo es el trabajo en un taller de fallas, te das cuenta de que es un proceso muy largo. Desde que el diseñador o el equipo de diseñadores lanza el proyecto que se va a hacer para una falla o para una hoguera hasta que está plantada, pasa por un montón de manos, un montón de cabezas, un montón de ilusión que la gente pone a la hora de trabajar.
-¿En el taller producen otro tipo de productos?
-Este taller abrió en plena pandemia un sector de decoración y tematizaciones. Está mejor pagado y está mejor visto, al no ser un producto efímero que se quema, está mejor valorado. Nosotros hacemos también stands de Navidad, belenes y buzones para las campañas navideñas, carrozas, parques temáticos, etc.
-Hablemos de Exposición. ‘Kromática’ dio muy buen resultado y ya hemos podido conocer el proyecto para 2024, ‘Sensitiva’. ¿Qué espera de esta falla cuando esté plantada?
-‘Sensitiva’ es como la hermana mayor. Viendo lo guay que quedó ‘Kromática’ y el éxito que tuvimos, hemos seguido la misma línea. Llevamos un concepto parecido y esperamos que el resultado sea el mismo, lo vamos a intentar, aunque hay mucha competencia y muy fuerte, pero vamos a hacerlo lo mejor posible.
-¿Cuántos metros tenía ‘Kromática’? ¿Será más grande 'Sensitiva'?
-El año pasado estábamos en 12 metros y medio, y este año estamos en más o menos lo mismo, no nos hemos ido mucho respecto al año pasado, con esa medida conseguimos un primer premio. Además, lo bueno que tenemos en Exposición es el cruce, es muy reducido y nos aprovechamos de eso para intentar que quede lo mejor posible.
-Durante las Fallas pasadas nadie hablaba inicialmente de Exposición, pero poco a poco surgió el boca a boca y ya se vio el resultado. ¿Cómo vivió el día de la lectura de premios?
-Esa era la táctica que nosotros llevábamos desde un primer momento, queríamos pasar un poquito desapercibidos para no entrar con presión y poder disfrutar el trabajo durante todo el año. Trabajamos desde septiembre con la falla, vamos haciendo piezas y las vamos guardando, y llega un momento que no somos conscientes de todo lo que hemos hecho. Cuando lo sacas los primeros días de fallas o ya lo tienes acabado el 15 de marzo te das cuenta del trabajo que había hecho. A la gente le emocionaba y le transmitía bastante.
-Ahora, en términos económicos, ¿cuánto puede costar hacer una falla?
-En mi caso tenemos la suerte de que manejamos uno de los presupuestos más altos en las dos categorías (Especial y 1ªA), no es el más alto en ninguna de las dos, pero estamos ahí peleándolo. Con esos presupuestos tan altos da para tener un equipo de profesionales detrás y una infraestructura muy grande para que los trabajos salgan adelante. Por ejemplo, tenemos un poquito más de presupuesto que el año pasado con la Falla Exposición, ya que quieren volver a conseguir ese primer premio. Y en Maestro Gozalbo tenemos el tercer presupuesto, pero intentaremos competir al máximo y quedar lo mejor posible.
-He escuchado a varios artistas falleros reivindicando que cada vez los materiales están más altos, la mano de obra también… ¿Cree que supone un problema grave para el sector?
-Sí, es un problema que vivimos todos los días. Todo el proceso que conlleva hacer una falla va subiendo todos los días, y los presupuestos no suben tanto como lo que avanza la sociedad y como lo que suben los materiales. Mi táctica es dar la mejor calidad que podemos, pero con unos volúmenes bastante reducidos. No trabajamos con piezas muy grandes para poder seguir dando esa calidad.
-¿Cree que esta cuestión de la subida de precios es un problema para que la gente joven quiera dedicarse a este mundo?
-Yo siempre que he estado trabajando en las Fallas, desde los 16 años, siempre he estado en crisis, con subidas de materiales o mil problemas como la covid-19, pandemia… De todo. Yo nunca he vivido las Fallas en su máximo esplendor, siempre estoy en la época de crisis y pasándolo mal. Es como que ya me he acostumbrado a eso, pienso que eso es lo bueno porque no he vivido lo otro. Y es muy complicado montarte un taller con las cosas como están, pero la gente que tenga ilusión y ganas es empezar y demostrarlo.
-¿Qué espera del futuro, de su futuro?
-Pues ya hemos llegado a lo más alto, la verdad es que nos gustaría seguir manteniéndonos ahí, o por lo menos intentarlo durante unos años. Luego, el futuro yo no lo sé, a lo mejor me dedico a hacer fallas o a otra cosa. Yo disfruto mucho las Fallas, me gusta muchísimo, pero es un trabajo muy sacrificado, de muchísimas horas y que no está remunerado como debería.