0,1,2,3, pollito inglés.

Lo que esconde la numeración de los huevos. ¿Cuál es el más sostenible?

¿Qué serán esos numeritos rojos que lleva impresos el huevo? Seguro que más de uno los ha mirado como el que abre un libro en hebreo, no entiende ni papa, encoge los hombros y sigue a lo suyo.

| 14/05/2021 | 7 min, 9 seg

El tema es que esos números nos cuentan mucho más de lo que muchos podemos llegar a intuir. Concretamente el primer número de la serie, el día en que lo descubrí fue clave para que mis compras se convirtiesen en algo más conscientes de lo que eran hasta ese momento.

Cada uno de los números de la serie que lleva impreso cada huevo, generalmente en rojo, nos indica el origen y la forma de cría de los mismos. Los 3 últimos dígitos van directos a la granja concreta en que se han criado, los 3 anteriores son el código del municipio, los dos anteriores el código de la provincia, las letras (en nuestro caso ES) nos indican el Estado en que se han criado y el primero, el número clave, la forma de cría.

Ese primer número es muy importante, el más importante, es el que te chivará en qué condiciones ha vivido la gallina que lo ha puesto. Es el que te dirá hasta qué punto de bienestar o maltrato ha sido sometida para lograrlo y ahí es donde tú decides a quién dar tu voto. Porque con cada compra emitimos un voto (pero eso ya lo sabes), el del tipo de alimentos que queremos y cuáles rechazamos. No vamos a entrar en si comer huevos está bien o está mal, vamos al menos a elegirlos bien. Veamos, huevo por huevo.

Huevos del número 0

El cero nos indica que han sido criadas en la mayor libertad posible y con piensos totalmente orgánicos y ecológicos.

Qué huevos. Digo porque estos son tu mejor compra, si empiezan por cero ya te puedes ir tan feliz como Heidi a casa que has elegido bien. Dentro del mundo del huevo no hay nada mejor que aquellos que empiezan con un cero delante de la numeración. ¿Por qué? Porque estos pertenecen a gallinas que teóricamente han tenido una mejor vida. Gallinas no hacinadas entre las 4 paredes de una jaula minúscula y que sí han podido gozar de ver la luz del sol y de respetar sus ciclos naturales de reproducción. El cero nos indica que han sido criadas en la mayor libertad posible y con piensos totalmente orgánicos y ecológicos. Es decir, ese vecino del pueblo que tiene unas gallinas correteando por su amplio campo, felices, tranquilas y que comen casi mejor que tú, podrían ser a las que nos referimos. Para poder pertenecer a este grupo, cada gallina debe disponer mínimo de 4 metros cuadrados al aire libre. Tampoco es que me parezca un espacio enorme si nos ceñimos a los mínimos, por eso lo mejor siempre es comprar en nuestro sitio de confianza y estar bien informados.

Huevos del número 1

Estos son de los más comunes, o los que más fácilmente encontraremos. Los del cero se hacen un poco de rogar, en cambio los del uno podemos verlos en muchos supermercados a parte de en cualquier mercado. Las gallinas que ponen estos huevos viven en gallineros pero con un par de horitas de paseo por el exterior. Un poco como los que pasamos 8 horas delante de un ordenador y salimos a darnos una vueltecita por el parque. Son los conocidos huevos procedentes de gallinas camperas. En este caso su alimentación no es ecológica, es convencional, es decir, con piensos enriquecidos. Estas, al igual que las anteriores, deben tener al menos 4 metros cuadrados por gallina.

Si no encuentras los del cero, estos son tu mejor opción.

Los del 1 y del 0 suelen ser menos económicos que los otros dos, pero realmente, no creo que estos sean caros, creo que los otros son baratos (con lo que conlleva ser barato).

Huevos del número 2

No hay huevos. Quiero decir que por más que me fijo y reviso cada vez que he comprado una caja, solo ha sido una vez la que he encontrado huevos que tuvieran el número 2 delante. Y no está mal porque tampoco es que sean lo mejorcito del corral.

Estas son un poco como una cárcel tailandesa. Raisa por favor, no seas exagerada. No exagero, no veo la diferencia. 4 paredes, cientos de gallinas apretadas las unas contra las otras y si tienen suerte les entra algo de luz por las ventanas. Así toda la vida, poniendo huevos. No suena muy amable la verdad pero es que es la cruda realidad.

Total, que los huevos que empiezan con un dos son los que pertenecen a gallinas que han sido criadas dentro de una nave y sin posibilidad de salir al exterior, nunca. En este caso la legislación europea indica que por cada metro cuadrado han de haber 9 gallinas. Lo escribo y mientras cuento baldosas en casa, no me caben.

Estas gallinas, aparte de no tener prácticamente luz, comen piensos enriquecidos y con colorantes añadidos en muchas ocasiones para que así la yema salga amarillita, además de los antibióticos que les tienen que dar para poder sobrevivir a las enfermedades que sufren por sus condiciones de vida tan magníficas.

Huevos del número 3

No me toques los huevos, los del 3, digo. Estos son los que abundan, los que están en cualquier supermercado y que cuidado, porque nos los cuelan como huevos camperos escribiendo en la caja que son gallinas de granja o frases de este tipo y nos creemos que estamos haciendo una buena compra, y no. ¿Y cómo hago entonces? Pues como yo. Abres la caja, sí, en el súper, y compruebas bien el número. No te fíes de los dibujitos tan simpáticos de gallinas al sol.

Por lo dicho habréis deducido que aquellos huevos en los que la numeración empieza con un 3 son los menos respetuosos con el bienestar del animal. Si ya parecía que los del dos no eran la panacea, estos se llevan el premio al anti bienestar.  

Aquí cada ave goza de 750 maravillosos cm cuadrados para vivir esplendorosamente su larga (o acortada) vida. Lo habitual son unas 14 gallinas por metro cuadrado. Que me expliquen la magia que hacen para ensanchar el espacio que yo también quiero hacerlo en casa.

Estas gallinas no tienen luz natural y se les encienden luces artificiales para provocar la puesta de los huevos

En este caso no es en el suelo, sino que es en jaulas. 6 paredes de malla rodean la vida de la gallina. Es curioso que por normativa se haya tenido que prohibir que se corte el pico a las gallinas. Es curioso porque, ¿por qué narices habría que hacerlo? pues porque cuando vives con tus compañeras de piso todas tan juntitas, sin luz, sin ducha y tanto tiempo se te puede ir un poco la olla y empezar a picotear a la demás. Claro, eso perjudicaría al ganado así que durante muchos años se ha optado por cortar el pico para que no suceda.

Tampoco olvidemos que estas gallinas no tienen luz natural y que se les encienden luces artificiales para provocar la puesta de los huevos, así pueden producir más rápido que si fuese de manera natural. Encender la luz sería el equivalente a darle al botón de encender de una máquina. Básicamente, una fábrica.

Fuera la ironía, todos comemos de todo a menudo. Yo misma cuando he comido tortilla de patatas en un bar y no voy a preguntar al camarero de dónde vienen los huevos. Lo que sí podemos hacer es mirar bien el número de los huevos cuando los compremos, preguntar a la hora de comprar y cuando comamos fuera atender a los valores del restaurante.

Además, que es que cae por su propio peso, los que están más bueno siempre serán los de las más felices (hay gente que sabe diferenciarlos solo por el color de la yema). Así que aunque solo sea por eso quizá merece la pena introducir un pequeño cambio, ¿no?


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