VALÈNCIA. La creación de una comisión política dentro del Consell para debatir las líneas maestras de los próximos presupuestos de la Generalitat fue una reivindicación de Compromís respaldada por la tercera pata del Pacte del Botànic, Unides Podem. La coalición valencianista, encabezada por la vicepresidenta primera del Ejecutivo, Mónica Oltra, llevaba años quejándose de la manera de diseñar las cuentas, dado que la Conselleria de Hacienda, en manos del PSPV, tenía demasiado margen para hacer y deshacer mientras que el resto de departamentos, especialmente los controlados por distinto signo político, tenían un conocimiento estanco de los presupuestos y disfrutaban de poco margen de maniobra para opinar del marco general de las cuentas.
Tras varias ediciones con disputas internas épicas, el PSPV que lidera Ximo Puig, decidió atender la petición de sus socios y acceder a la comisión política. Un órgano compuesto por dos miembros de cada partido (por cierto, los seis elegidos fueron hombres) y coordinado por la directora general de Presupuestos, Eva Martínez (PSPV) que mantuvo su primera reunión el pasado lunes.
La propuesta de Compromís y Unides Podem de trasladar la negociación de las líneas maestras de las cuentas a una comisión podría antojarse más razonable que la de trasladar estas conversaciones a la comisión de seguimiento del Botànic, dado que los miembros de esa mesa de negociación política no se encuentran dentro del Consell y disponen de conocimientos menos profundos de la gestión y las cuentas. Además, esta nueva fórmula resulta algo más equitativa para las dos fuerzas solicitantes -más aún ahora que Unides Podem sí está dentro del Consell- que suman en total 25 diputados en Les Corts por los 27 que logró el PSPV en 2019.
Ahora bien, apenas han pasado unos pocos días desde que se autorizara esta nueva fórmula de negociación y se celebrara la primera reunión para que algunos de los temores que manifestaban algunos dirigentes socialistas respecto a este cambio de parámetro se hayan cumplido. Así, fuentes del PSPV ya cuando se accedió a esta comisión política manifestaron internamente el peligro de que el debate sobre las distintas discrepancias presupuestaria salpicaran al propio Consell y regaran la actualidad diaria.
Algo que también ocurría en el pasado pero que, tal y como se encaraba la negociación y estando esta dominada por Hacienda, se circunscribían a conflictos de última hora -casi siempre con consellerias de Compromís- y posteriormente al debate de enmiendas de Les Corts, donde Podem -que entonces no estaba en el Consell- también trataba de imponer algunas de sus propuestas planteadas en el seno del Pacte del Botànic.
Sin embargo, en apenas tres días ya se han producido algunos incendios sobre cuestiones relacionadas con los presupuestos, empezando por las duras declaraciones de Oltra dirigidas al conseller de Hacienda, Vicent Soler, el pasado lunes. Además, la intención anticipada de Compromís y Podem de cuestionar las ayudas 'a dedo' que emanan desde Presidencia de la Generalitat o la manera de repartir la publicidad institucional, han contribuido a poner el foco mediático en asuntos que, probablemente, se pondrán sobre la mesa en la comisión de negociación en los próximos días.
La gota que para algunos dirigentes socialistas colmó el vaso -aunque se antoja que aún es demasiado pronto para estar lleno- fue la reunión conjunta este martes entre Oltra y el vicepresidente segundo y representante de Podem, Héctor Illueca, para defender públicamente la implantación en 2022 de una tasa turística. Un asunto por el que siempre ha abogado la formación morada y que ahora parece central para la líder de Compromís: otro asunto espinoso anticipado para la negociación presupuestaria con el que el PSPV discrepa y que, además, fue hecho público al mismo tiempo que Puig se encontraba en Sevilla apuntalando su alianza por la reforma del sistema de financiación con el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla.