MURCIA. Como "vecinos", "amigos" y hasta "hermanos", Fernando López Miras y Carlos Mazón unieron sus fuerzas en Murcia para reivindicar un pacto nacional del agua que "destierre la lucha política interesada" y acabe con los enfrentamientos entre territorios. Ambos mandatarios estamparon su firma en un manifiesto en pos de una política hídrica de Estado y conmemoraron el Día Mundial del Agua (que se celebra este viernes, 21 de marzo) con la celebración de la primera cumbre institucional entre los máximos representantes de la Región de Murcia y la Comunitat Valenciana.
El Patio del Palacio de San Esteban, sede del Gobierno murciano, albergó el encuentro con la presencia de más de un centenar de autoridades, entre miembros de los Ejecutivos autonómicos -no faltaron las dos consejeras de Agua de Murcia y Valencia-, diputados y senadores, además de un nutrido abanico de representantes de la sociedad civil, entre empresarios, organizaciones empresariales y camerales, regantes, sindicatos y colegios profesionales, entre otros colectivos. Antes de empezar el acto, la catedrática de Edafología María José Martínez tomó la palabra para reivindicar el agua como "bien común".
López Miras, que ejercía de anfitrión, no ocultó su satisfacción por acoger a Mazón, a quien en varias ocasiones llamó "vecino y amigo". Era la primera vez que lo recibía en calidad de "honorable president" -así se refirió-, después de que en la pasada legislatura mantuvieran varias reuniones institucionales, cuando Mazón era el presidente de la Diputación de Alicante. "Nos une un afecto de hermanos", enfatizó el lorquino. También les vincula una causa común desde hace años entre ambas comunidades: "El agua preocupa a todo el planeta. Y si hay un lugar en el que sabemos un poco más de agua... ese es el Levante", esgrimió al tiempo que sacó pecho de que la Región "aprovecha hasta la última gota". "Nadie puede darnos lecciones a Murcia ni a Valencia sobre lo determinante que es el agua para la vida", apostillaba el alicantino.
De hecho, antes de la cita en la capital del Segura, los dos dirigentes se adentraron "en las arterias" del Trasvase Tajo-Segura en una visita a Alhama de Murcia. El Acueducto fue uno de los temas presentes, máxime con dos comunidades inmersas en sendos recursos ante el Supremo por la planificación hidrológica acordada para la cuenca del Segura, que prevé un recorte en los envíos de agua procedentes del Tajo. Como diría Mazón, el Trasvase "es la arteria que riega España". Y como incidiría Miras, "es irrenunciable". Pero no sólo ello: "Reivindicamos todos los trasvases, no sólo este, sino también el medio centenar que hay en España", añadía mientras denunciaba que el Ejecutivo central "está esquilmando el trasvase cada vez más".
Mazón subrayó que "por fin" caminan "juntas" dos "tierras hermanadas" con "estrategias comunes e intereses compartidos" para pensar "en España, no sólo el Levante", y "con altura de miras". Hubo además mensajes políticos. El jefe del Consell expresó su "decepción" tras las reuniones con la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, quien se comprometió y "aceptó" el diálogo para "trabajar con expertos" entre territorios. "Pero eso me temo que no va a suceder. Aun así, no me resistiré", aseveró, convencido de que tienen de su lado "los argumentos para no bajar la guardia" ante "los palos en la rueda". "Defenderé siempre una política hídrica de estado", remarcó.
Los dos barones autonómicos suscribieron un manifiesto que pide un pacto "que no va contra nadie" sino a favor de todos y que aboga por "la sostenibilidad, la igualdad y la justicia", en palabras de Mazón. "El agua es un derecho de todos y garantizarla es una obligación de las administraciones", apuntó Miras, quien lamentó que "durante demasiados años se hicieron concesiones a quien sólo quieren fracturar España". El murciano se acordó de quienes "derogaron" el Plan Hidrológico de 2001 -suprimido en 2005 tras el cambio de inquilino en Moncloa- y mencionó a los "enemigos de España", los "separatistas", que a su juicio "generan dudas". Pero el mandatario quiso enviar el mensaje de "no caer en la trampa de la confrontación", avisó de que el acuerdo debe ser impulsado por el Gobierno central, "pero también puede ser posible sin él" y exhortó a sellar un pacto nacional que demuestre que "frente al separatismo existen millones de españoles hartos de enfrentamientos capaces de alcanzar acuerdos". Al menos, Murcia y Valencia sí lo están.