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crónica

Los 200 testigos de Nóos que darían para un vodevil

22/04/2016 - 

PALMA (EFE). Vendedores de coches y de bolígrafos, interpretes de japonés, una académica sudafricana..., así hasta dos centenares de testigos han pasado ante el tribunal para contar su vínculo con el Instituto Nóos de Iñaki Urdangarin y Diego Torres, por pequeño que fuera, en un desfile que da para un vodevil.

El juicio del caso Nóos ha superado el ecuador de la fase dedicada a las declaraciones de testigos con la comparecencia hoy del que hace 200 de una lista que incluye a unas 380 personas y que el tribunal prevé completar a finales de mayo. En uno de los juicios más mediáticos que se recuerdan, un profesional de un centro de negocios felicitó al tribunal por la calidad de la imagen y el sonido con que se difunde la vista.

La interminable sucesión de videoconferencias desde lugares tan distantes como Mataró, Florencia, Sant Cugat del Vallés, Castellón, Londres, Sevilla, Luxemburgo o Pozuelo de Alarcón, ha tenido incluso momentos cómicos, como cuando le tocaba ser interrogado al testigo número 134, desde los juzgados de Valencia, y en la pantalla apareció otro señor: "- El que tendría que estar sentado ahora para declarar, ¿qué ocurre con él?", preguntó la jueza Samantha Romero. -"No soy de esta causa", respondió el testigo alienígena. - "Pues ya tenemos bastantes, como para añadir...", replicó con media sonrisa la presidenta del tribunal antes de que el hombre saliera del plano.

Ha habido declaraciones de escasos 4 minutos que han servido para recordar que un día vendieron unas carteras a alguien del Instituto Nóos y comparecencias que han durado varios días, como la de Miguel Tejeiro. Atemorizados ante el rigor del tribunal, nadie ha llegado a confesar un delito aunque sí alguna trampa, como un consultor que hizo colaboraciones sueltas para Nóos y admitió que cuando luego buscó trabajo engordó sus responsabilidades porque en el currículum siempre hay que poner "cosas majas".

El trasiego laboral en Nóos ha dejado otras perlas como la empresaria a la que contrataron para hacer una selección de personal y encontrar "a la asistente de la asistente del señor Urdangarin". En mitad de la descripción del frenesí laboral del instituto se coló en pantalla un correo electrónico entre dos empleados que debatían alineaciones de equipos de fútbol.

Ante el desbarajuste, la magistrada Romero pugnó por mantener el orden. Y los modales. Interrumpió un interrogatorio para llamar la atención a un testigo que respondía tuteando a los abogados e instarle a contestar del mismo modo que se dirigían a él: de usted.

El instante más surrealista de los testimonios se vivió en mitad de la declaración de una testigo de Valencia que de pronto se quedó a oscuras. Se dijo que la razón fue que en los Juzgados de Valencia se apaga la luz de forma automática a las 19.00 horas. Alguien abrió una ventana.

El juicio también tuvo su propio episodio de "la parte contratante de la primera parte", como en la mítica "Noche en la Ópera" de los hermanos Marx, durante el diálogo entre la abogada del Estado Dolores Ripoll y un auditor: "-¿Usted conoce al cliente que a usted le contrata y al cliente del cliente sobre el cual tiene que hacer el estudio? -No conozco al cliente del cliente, conozco el territorio en el que mi cliente quiere desarrollar el proyecto. -¿Pero sabe qué cliente del cliente es para conocer sus características? -Teníamos conocimiento claro".

Han abundado los lapsus lingüísticos como cuando una jefa se convirtió en "superiora" o el letrado González Peeters en "señoría" por obra y gracia del jugador de baloncesto José Antonio Montero, a quien el letrado agradeció "el título".

Se han cuestionado gastos pagados con fondos públicos de la Comunitat Valenciana y Baleares para eventos organizados por Nóos que van desde el alquiler de un piano de cola, a la instalación de césped artificial, la contratación de un saxofonista para marcar los tiempos de los ponentes, unas tapas por 2.000 euros o una cena de gala que superó los 15.000.

Entre los centenares de facturas de todo aquel que un día le vendió algo al Instituto Nóos, algún testigo se llevó un susto al ver en la pantalla grande su propia contabilidad: "-¿Que cobramos 40.000 euros? ¿Y eso sale en nuestro libro? -Está en pesetas señor. -Ah, vale, ya decía yo".

La semana que viene habrá una pausa en el juicio, salvo por el jueves, día habilitado por el tribunal que ha citado a cinco testigos, ninguno de ellos de relevancia pública. Luego las sesiones se retomarán el próximo 3 de mayo.

Estaba previsto que las declaraciones de los testigos finalizaran a mediados de mayo pero como mínimo habrá otra sesión de comparecencias el 26 de ese mes para aquellos que no han podido declarar por algún motivo. Aún pueden deparar sorpresas.

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