VALÈNCIA. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, anunciaba este martes en una de sus comparecencias que la administración valenciana contaba con 6.000 test rápidos para detectar el coronavirus. Sin embargo, estas pruebas, que se han convertido en uno de los objetos más preciados por las autonomías en esta crisis sanitaria, de momento no son una realidad en manos de los profesionales de la sanidad valenciana.
Y es que, aunque el presidente de la Generalitat manifestó como un hecho ya consumado la llegada de unas pruebas necesarias para atajar con mayor rapidez el problema, la consellera de Sanidad, Ana Barceló, daba a conocer este miércoles que el envío, que debe de realizarlo el Estado, todavía no está hecho. Es más, ni siquiera se ha definido todavía el número total de pruebas que recibirá la Comunitat Valenciana, algo que debe poner sobre la mesa el Ministerio de Sanidad.
En su comparecencia diaria, Barceló sí reconocía que ya han llegado los primeros test rápidos de detección del Covid-19 a España, aunque "muy poquitos". Una afirmación tras las que urgía al ministro de Sanidad, Salvador Illa, a concretar "cuándo y cuántos" llegarán a la Comunitat Valenciana.
Una información que esperaban tener en la reunión mantenida este mediodía con el ministerio pero en la que, según apuntaban fuentes de Sanidad, no se han definido novedades respecto a la cuestión, por lo que se sigue sin tener la información concreta de cuántas pruebas serán las que finalmente reciba el Gobierno valenciano y cuyo número podría bajar considerablemente respecto a las anunciadas por Puig.
Horas antes de la reunión', la consellera señalaba como "lógico" que se atendieran las necesidades de Madrid, dada la situación que atraviesa esa comunidad, pero urgía al Estado a dar la información para "poder trasladarla a la ciudadanía" y que "estemos todos tranquilos". Al parecer, todavía se están estudiando "los criterios" de reparto.
Estos diagnósticos exprés permiten obtener resultados de forma rápida realizando las pruebas sin bajar del coche en determinados puntos próximos a los hospitales o en sus propios aparcamientos y se prevé que sanitarios y residencias tengan prioridad para estas pruebas. Unas pruebas que serían eficientes para poder descartar a población como contagiada por este virus que ya acumula 143 muerte y 2.616 contagios.
