Hoy es 9 de octubre
BRUSELAS. Los corredores de solidaridad abiertos el pasado otoño por la Unión Europea (UE) para la salida del grano de Ucrania sin aranceles ya no son tan solidarios. Cinco países del Este ya han protestado ante la Comisión Europea y anuncian la prohibición de entrada por la competencia desleal que supone para sus productos agrícolas, dada la diferencia de precios. El veto podría ampliarse a otras zonas si Bruselas cede. La producción valenciana podría verse afectada por este “dumping fiscal”, ya que las importaciones con IVA cero desde Ucrania abarcan también huevos, aves, azúcar, manzanas, harina, miel o pasta.
Hay que tener en cuenta que las importaciones a la UE de productos agrícolas y alimentarios aumentaron en 2022 desde Ucrania en un 23 %, en comparación con el mismo período de 2021. La situación de los agricultores de la UE también se han agravado por la inflación de los insumos provocados por la guerra, y las sequías de invierno después del verano caluroso y seco del año pasado. Por ejemplo, las condiciones climáticas afectarán al suministro de ciertos productos agrícolas. La producción de aceite de oliva de la UE en 2022/2023 disminuyó casi un 40 % interanual, lo que llevó a precios más altos. En algunos casos, además de los suministros más bajos, la calidad también podría verse afectada. Este es el caso, por ejemplo, de la cosecha de naranjas.
Precisamente han sido los países más proclives a ayudar a Ucrania con material militar -a excepción de Hungría- los que ahora son reticentes a dejar la frontera libre para el cereal y otros productos agrícolas procedentes de Ucrania. Polonia, Hungría y Eslovaquia ya han anunciado la prohibición de entrada de las mercancías agrícolas. Mientras que Bulgaria y Rumanía se suman en la protesta remitida por carta a la presidenta de la Comisión, Úrsula von Der Leyen.
Esta decisión afectaría al compromiso entre Polonia y Ucrania sobre el tránsito de cereales a través de Polonia hacia los puertos del Mar Báltico, en lo que se ha llamado corredores de solidaridad o “solidarity lanes”. Esta medida fue aprobada el otoño pasado para dar salida al grano de Ucrania que no podía exportarse a través de sus puertos minados por Rusia en el Mar Negro.
Los cinco del Este reclaman medidas de apoyo para paliar los “efectos negativos” del aumento de las importaciones de productos agrícolas ucranios en sus mercados o que se restablezcan los aranceles. La exención del IVA fue acordada a finales de abril del año pasado para ayudar al gobierno de Kiev.
A través de estos corredores solidarios han circulado las importaciones de cereales, huevos, aves, azúcar, manzanas, harina, miel o pasta exentas de aranceles. A primeros de abril, la Comisión Europea activó el fondo de reserva de crisis por valor de 56 millones de euros para los agricultores polacos, búlgaros y rumanos. Pero estos países reclaman que la ayuda no es suficiente, ya que en febrero se aprobó la extensión de la exención hasta junio de 2024.
En su momento, Karl Croonenborghs, Jefe Adjunto de la Unidad de Asuntos Jurídicos de Tributación Directa en TAXUD, dijo que estaban “particularmente orgullosos del hecho de que las autoridades fiscales de 27 Estados miembros apoyen por primera vez un esfuerzo conjunto y coordinado de aplicación de impuestos en las circunstancias difíciles causadas por la guerra”.
A ello contribuyó también el trabajo de la DG MOVE con las “Solidarity Lanes”, para garantizar el comercio fluido y seguro de mercancías entre Ucrania y los Estados miembros de la UE, y facilitar los envíos de ayuda humanitaria a Ucrania. A través de estos corredores solidarios se han exportado más de 15 millones de toneladas de productos agrícolas ucranianos a los países más necesitados. Pero también se han quedado en territorio europeo provocando la caída de precios en los países limítrofes.
“Los corredores de solidaridad aseguraron que el comercio con Ucrania, incluidos los alimentos y otros productos críticos, como los bienes humanitarios, continuara fluyendo a través de la frontera en circunstancias muy difíciles”, dijo María Isabel García Catalan, Jefa Adjunta de la Unidad de Coordinación Internacional de TAXUD. Además, proporcionaron apoyo y orientación regulares a las autoridades aduaneras, incluso visitando los Estados miembros que limitan con Rusia o Ucrania.
“Hemos estado ayudando a los Estados miembros fronterizos, como Polonia, Rumania, Eslovaquia y Hungría, así como a Ucrania y Moldavia, a mejorar los controles fronterizos y la infraestructura y a ayudarles a prepararse para el programa del Mecanismo de Conectar Europa”, dijo García Catalan. Un pequeño equipo visitó los puntos de cruce fronterizos entre Ucrania, Rumania y Moldavia, para comprobar cómo podrían facilitar mejor el tráfico y el tránsito de granos.
En el lado humanitario, la DG TAXUD trabajó rápidamente para conceder una desgravación del IVA y los derechos de aduana a las mercancías que los Estados miembros importaban para ayudar a los ucranianos. También se iniciaron discusiones entre los Estados miembros para evitar la doble imposición de los refugiados ucranianos y comenzó una reflexión sobre otras medidas fiscales y aduaneras que podrían ayudar a facilitar la integración de los productos ucranianos en el mercado de la UE.
La guerra también aceleró el trabajo de preadhesión con Ucrania en el área de aduanas. Esto incluyó la finalización de textos legales, como el en el que Ucrania se compromete a hacerse cargo del Código Aduanero de la Unión, el marco jurídico de la UE para todas las normas y procedimientos aduaneros en el territorio aduanero de la UE. Los resultados se lograron rápidamente. Ucrania tiene más del 80% del Código Aduanero de la Unión transpuesto a su legislación. Se planea que las partes restantes se finalicen con la adopción del nuevo Código Aduanero de Ucrania, cuando la situación de guerra lo permita.
Además, la UE ha abierto los programas de Aduanas y Fiscalización a Ucrania, lo que significa que Ucrania podrá participar en las actividades de ambos programas con los Estados miembros de la UE y otros países. También se apoyó la adhesión de Ucrania al Convenio de Tránsito Común (CTC) y su uso del Nuevo Sistema de Tránsito Informatizado (NCTS) a partir de octubre de 2022. Esto permite a Ucrania utilizar el Sistema de Tránsito de la Unión como cualquier Estado miembro de la UE, mientras que el CTC facilita el comercio y acelera el cruce fronterizo de mercancías.
Toda esta solidaridad se ha acabado, por parte de los Estados fronterizos con Ucrania. La Comisión Europea propuso suspender durante un año los derechos de importación sobre todas las exportaciones ucranianas a la UE y ahora cinco de estos países anuncian el cierre de fronteras. La propuesta, que fue un gesto sin precedentes de apoyo a un país en guerra, también preveía la suspensión durante un año de todas las medidas “antidumping” y de salvaguardia de la UE en vigor sobre las exportaciones de acero ucranianas.
Esta medida de gran alcance estaba concebida para ayudar a impulsar las exportaciones de Ucrania a la UE. Y contribuía a aliviar la difícil situación de los productores y exportadores ucranianos ante la invasión militar rusa. No obstante, el ejecutivo en Bruselas no contaba con los efectos perversos que provocaba en sus propios ciudadanos el impulso de la economía ucraniana que ello suponía.
Valdis Dombrovskis, vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea y comisario de Comercio, declaró que la UE “nunca antes había adoptado tales medidas de liberalización del comercio, que no tienen precedentes en su magnitud: conceder a Ucrania un arancel cero y un acceso sin contingentes al mercado de la UE”. Estas medidas, que ayudarán directamente a los productores y exportadores ucranianos, han sido perjudiciales en extremos para los agricultores polacos o rumanos, con grandes extensiones agrícolas.
Hay que tener en cuenta, además, que la Comisión comenzó a liberalizar de forma inmediata las condiciones para los conductores de camiones ucranianos que transportaban mercancías entre Ucrania y la UE, así como a facilitar el tránsito y el uso de la infraestructura de la UE para canalizar las exportaciones ucranianas hacia terceros países.