Foto: KIKE TABERNERVALÈNCIA. Los Ayuntamientos de la provincia de Valencia están satisfechos con la gestión que la Diputació de València ha ejercido a lo largo de los últimos años. Así se desprende de la encuesta que puso en marcha el ente provincial a finales de 2021, con el objetivo de conocer el grado de aceptación que tienen sus políticas y métodos entre los consistorios a los que presta servicio.
Con todo, el documento refleja la buena consideración que tienen los alcaldes y alcaldesas de la provincia con respecto a la Diputació de València: el 97,6% calificaron como importante el papel que juega la institución en sus políticas del día a día, poniendo así en valor tanto los fondos que transfiere a los municipios como los métodos a través de los cuales realiza sus servicios específicos. Y, de estos, el 72,1% llegó a considerar la existencia del ente como "muy importante".
Se pone de este modo fin a la época oscura de las diputaciones, tal y como señalaba durante la presentación de los resultados el presidente Toni Gaspar. En este sentido, el también alcalde de Faura se mostraba orgulloso por los cambios que a lo largo de los últimos años ha atravesado el ente provincial, adaptándose a las nuevas necesidades y sobre todo atendiendo a los municipios de manera "más justa" y "ágil". Quedan a su juicio relegadas en el pasado las anteriores etapas salpicadas por la corrupción o, en general, por los métodos ineficientes y opacos de adjudicación de fondos.
"La Diputació ya no es un besamanos. Los alcaldes ya no tienen que venir a pedir al presidente más dinero para sus municipios. Ahora el reparto es justo atendiendo a las necesidades de cada uno de ellos", aseveraba. Y precisamente en este punto la Diputació también aprueba con nota, al menos a ojos de los primeros ediles: el 30,9% calificaron con un 10 la ética de la financiación local que se ha articulado desde la institución, siendo la nota media general de un 8,05.
Pero no solo la cantidad percibida por cada municipio fue valorada durante la encuesta, sino también la agilidad y rapidez con la que se reciben estos fondos. También en este apartado se palpa una mejoría: la nota media de los Ayuntamientos en cuanto a la presteza con la que recibieron el dinero es de un notable, 7,34, admitiendo la mayoría de ellos que este año habían recibido antes las transferencias.
Aun así, y como nota ligeramente más agria, apuntaron que todavía queda un camino por recorrer en cuanto a la reducción de burocracia, que en muchas ocasiones pone palos en la rueda a la hora de recibir los fondos con la agilidad que es requerida. Es este el apartado en el que la Diputació recibe su nota más baja, con un 6,09. Así, muchos de los alcaldes admiten que ha habido una mejora sustancial a lo largo de los últimos años, pero al mismo tiempo entienden que todavía hay un amplio margen para la mejora en cuanto a la reducción de plazos y trámites.
Recoge el guante Gaspar, quien se marca la reducción de la burocracia como una de sus "principales obsesiones". La otra es el fomento de la autonomía local, tarea en la que el presidente admite que la Diputació de València se ha volcado en los últimos tiempos. Y pone como ejemplo principal el Plan de Inversiones bianual, a través del cual el ente provincial transfiere dinero a los Ayuntamientos para que sean ellos mismos quienes presenten los proyectos a los que quieren dedicarlo.
Un proyecto que traslada toda la confianza a las administraciones locales para invertir el dinero en lo que verdaderamente hace falta, pero que al mismo tiempo permite fiscalizar la correcta gestión de los fondos. "Poner en marcha planes generales ha demostrado ser poco útil porque cada municipio tiene sus propios problemas e intereses", aludía el presidente al respecto. Así, con todo, los alcaldes y alcaldesas también tienen en buena consideración el respeto a su autonomía local: la nota media es de 8,8, habiéndola calificado el 53,4% de ellos con un 10.
"Además, el dinero de las inversiones se da por adelantado para agilizar los trámites. Eso era algo que chocó mucho al principio, especialmente a los técnicos. Veníamos de una institución muy estigmatizada, y se daba por sentado que la corrupción o la mala gestión era la norma. Pero nosotros creemos que debemos confiar en los Ayuntamientos, y si luego no ejecutan las inversiones ya se les reclamará el dinero", remarcaba en este sentido.
Así, con todo, el grado de satisfacción general con la Diputació de València ha recibido una nota media de 7,83. Un hecho por el que Toni Gaspar se ha felicitado: "Esta encuesta se ha extendido a alcaldes y Ayuntamientos de todos los colores políticos, lo que quiere decir que no es una cuestión partidista, sino que en general la institución vuelve a gozar de una buena reputación", consideraba. Y precisamente, en cuanto a su persona, el clima también es favorable: los municipios han valorado con un 7,61 la labor del presidente, un 27,5% de los encuestados con un 10.
Finalmente, los consistorios de la provincia de Valencia también fueron preguntados por el papel que jugó la Diputació durante la pandemia, bloque en el que goza de especial éxito: un 32,8% valoró con un 10 el apoyo que recibió por parte de la institución en los primero y más duros momentos de la crisis, lo que implica que los Ayuntamientos se sintieron arropados por el ente. Aquí, la nota media roza el 8.
En este sentido, Gaspar reconoció que la Diputació de València pudo actuar rápido y empezar a prestar fondos y servicios de emergencia gracias a la propia naturaleza de la institución: al no tener competencias sobre Sanidad ni otras materias sensibles, fue capaz de movilizarse rápidamente para cubrir otras necesidades también derivadas de la pandemia.
