VALÈNCIA. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, se ha convertido por derecho propio en uno de los principales referentes del socialismo en España después de Pedro Sánchez. Las razones son claras: para empezar, el dirigente valenciano está al frente de la autonomía de mayor población que dominan los del puño y la rosa. Además, el jefe del Consell se ha caracterizado desde que llegara al poder en 2015 por participar activamente en los debates nacionales.
Así, fue uno de los responsables autonómicos que mostró más interés por tender puentes con Catalunya en los años de mayor eclosión independentista. De la misma manera, ha sido uno de los presidentes que más empeño ha mostrado -aunque con éxito cuestionable- en introducir la reforma del sistema de financiación en la agenda nacional. Puig también fue uno de los principales apoyos en las medidas que adoptó el Gobierno de España durante la pandemia, incluso atreviéndose a críticas públicas por esta cuestión o por otras como el 'dumping' fiscal con la popular Isabel Díaz Ayuso, que ha sabido rivalizar públicamente con el propio Sánchez.
En los últimos meses, el presidente valenciano también 'colocó' otro debate en la esfera nacional, como fue la descentralización de la instituciones, que finalmente ha comenzado a producirse con órganos de nueva creación como la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial, la Agencia Espacial Española o la Agencia Estatal de Salud Pública.
Por si fuera poco, el jefe del Consell se lanzó semanas atrás anunciando una rebaja fiscal que tropezó con el propio Gobierno de Sánchez -que, no obstante, se sumó días después- pero también entre discrepancias con algunos de sus homólogos autonómicos y compañeros de partido.
La existencia de cierto rencor hacia el líder de los socialistas valencianos parece mantenerse entre algunos barones del PSOE. Prueba de ello son las manifestaciones de este viernes del presidente de Aragón, Javier Lambán, quien, preguntado por posibles medidas de fiscalidad mencionó a Puig para subrayar, en referencia a su iniciativa: "Parece que no tiene mayoría en el Parlamento para sacar adelante sus medidas". Un recado que sorprendió en el Palau de la Generalitat, donde se da por seguro que hay acuerdo en el Botànic y que se atribuyó a cierto resquemor por parte del presidente aragonés por la iniciativa de Puig.
En este sentido, cabe recordar que en su día, el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, también mostró distancia con el anuncio fiscal de Puig. "Espero con una sonrisa a las comunidades autónomas que bajen impuestos cuando pidan más fondos en el nuevo modelo de financiación", dijo entonces en referencia a la propuesta del presidente valenciano.
A esto hay que unir que las relaciones entre Puig y el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, también han sido en cierta medida tirantes a lo largo de estos años. Días atrás, este último criticó en una entrevista a El Mundo la estrategia de Sánchez con sus alianzas para gobernar, mientras que Puig le reclamó "coherencia" respecto a lo acordado en el anterior Consejo Político Federal del PSOE sobre esta cuestión.