Se trata de activos que buscan atraer inversores, ofreciendo tipos más altos, para financiar proyectos que van desde las energías alternativas hasta los que buscan la eficiencia energética, control de la contaminación, tratamiento de aguas...
VALENCIA. Pasado mañana se celebra en Valencia un más que interesante seminario de economía internacional en la Universidad de Valencia -en colaboración con Climate-KIC y el Instituto de Economía Internacional-, cuyo titular no tiene desperdicio: 'Afrontando el cambio climático desde los mercados financieros'. Entre la larga lista de ponentes figura Guillermo Ramón, uno de los pocos valencianos que tiene una EAFI unipersonal y que cuenta con un amplio bagaje profesional en la 'City' valenciana.
Ramón hablará sobre la composición de una cartera bajo criterios ESG, es decir, los que tienen en cuenta aspectos ambientales, sociales y de buen gobierno corporativo. Para ello ha escogido unos activos de inversión -para grandes inversores... de momento-, que están despertando cada vez más interés como son los llamados 'bonos verdes'.
Básicamente se trata de bonos emitidos por instituciones públicas -en su mayor parte- o privadas, que buscan realizar proyectos verdes y obtener financiación para acometerlos. Iberdrola fue la primera corporación en España en lanzar 'bonos verdes', cuando vendió a mediados de enero del pasado año 600 millones al 1,12% anual. Nueve meses más tarde fue Abengoa la que puso sobre la mesa un 5,5% anual por los 500 millones de este tipo de activos que colocó entre grandes inversores. Fue a partir de ahí cuando los inversores españoles situaron en su radar a estos activos.
Pero nada mejor que hablar con Gregori para conocer mejor qué va a deparar esta interesante jornada y muy especialmente desgranar lo que hay detrás de estos 'green bonds'.
-¿Qué le diría a un pequeño inversor interesado en comprar este tipo de activos pero que no lo tiene claro del todo?
-A un pequeño inversor probablemente ni se lo mencione. En el mercado de bonos sizes matters los nominales son muy elevados, por lo que tendría que invertir entre 50.000 y 100.000 euros en un solo bono y eso atenta contra cualquier diversificación posible. Por tanto a un minorista le recomendaría que entrara en un fondo que replique un índice de este tipo de bonos. Por ejemplo, State Street tiene un fondo UCITS que replica el Barclays Green Fund, o en la parte de Equity con ETFs como iShares S&P Global Clean Energy Index Fund. A los inversores concienciados no hace falta convencerles porque ellos son los que te piden el producto. Si bien en España destaca el caso contrario: no inviertas en esto... más que invertir en valores verdes o que cumplan criterios medioambientales, gobernanza y sociales.
-¿No se trata de 'bonos basura' rebautizados como 'bonos verdes' dado el interés que ofrecen?
-No. Evidentemente no. Lo que pasa es que algunos de sus emisores están pasando por unos momentos delicados como Abengoa. Pero hay que tener en cuenta que los principales emisores son entidades supranacionales como el Banco Mundial, Banco Europeo de Inversiones o agencias alemanas como KFP. Solo el 30% de bonos perteneciente a este índices pertenecen a empresas y ahí podemos tener 'abengoas' pero también podemos tener GDF Suez. Además, la Generalitat Valenciana podría recurrir a ellos -siempre y cuando que salga del actual 'bono basura'- para financiar la línea T2 o el Tram emitiendo estos activos.
-¿Qué interés tiene este tipo de activos en un país donde se han cambiado contínuamente las reglas del juego en el sector de las energías renovables?
-Creo que son dos cosas distintas porque para los bonos no ha cambiado la regulación. Lo que sí cambia es que se hagan menos atractivos algunos proyectos renovables y por extensión se tenga menor interés en financiarlos De todas formas el mercado de ''bonos verdes está imparable porque toca muchos palos: desde los puramente de energías alternativas hasta los basados en proyectos que buscan la eficiencia energética, control de la contaminación, tratamiento de aguas...
-¿Se trata de una moda pasajera o de una inversión con futuro?
-Como asesor tengo que aconsejar al cliente en función de rentabilidad y riesgo. Por muy verde que sea no podemos abstraernos de dicho binomio. Pero si lo cumplen evidentemente que serán inversiones de futuro. Como emisor estos bonos han venido para quedarse pero como inversor va a ser un proceso más lento que dependerá muy mucho de la creación de los vehículos apropiados para que los minoristas inviertan. Por el camino tendremos escándalos como el greenwashing, es decir, revestir de verde aquello que no lo es. Pero quedémonos con el espíritu de estos bonos, realmente valen la pena.
-¿Ha tenido algún impacto el 'dieselgate' de Volkswagen sobre los 'bonos verdes'?
-Francamente no pero no descartamos nada en el futuro.
-¿Realmente las grandes empresas apuestan por los criterios ESG o tal vez sea una etiqueta que les guste llevar colgada?
-Hay de todo pero conviene recordar que en España las cajas de ahorros salían siempre bien paradas en los ratings de gobernanza y no hace falta lo que sucedió con la mayoría de ellas. Pero sí que existen empresas que apuestan por estas siglas, por estos valores. Además, existen estudios en Estados Unidos que ligan un mayor rendimiento empresarial a cumplir dichos criterios.
-¿Estamos preparados en España para potenciar los factores medioambientales, sociales y de gobernanza?
-Pues un poco de todo. Esto empieza desde uno mismo y no hay que empezar la casa por el tejado. No pidamos a los mercados financieros aquellas cosas que no hacemos nosotros. Pero creo que vamos en el buen camino que se está creando consciencia y que poco a poco avanzamos en la buena dirección.
-¿Qué importancia tiene el cambio climático para los mercados financieros?
-De eso precisamente va la jornada del jueves. Para mí es fundamental que existan los mecanismos adecuados para todo sea más transparente y eficiente. Esto va desde la financiación de proyectos verdes, la valoración positiva de empresas con valores verdes, con buenos niveles de gobernanza... También que existan mercados financieros como el CO2 con sus derechos de emisión, etc. Los mercados financieros pueden ayudar aunque parezca que está totalmente desligado
-Finalmente, ¿por qué recomendaría acudir a esta jornada?
-Pues precisamente por eso porque se trata de enlazar dos aspectos de la economía que aparentemente están muy distantes pero no tienen porqué. Se puede colaborar desde un activismo inversor hasta empresas o gobiernos que encuentren financiación para proyectos verdes.