EL MURO / OPINIÓN

Los cuadros de la "vice"

Nuestra “vice” nos ha alertado de la vulnerabilidad de las obras de arte que cuelgan en despachos oficiales. ¿Alguien sabe realmente dónde están y en qué despachos cuelgan? ¿Y, cuántas hay repartidas?

13/10/2019 - 

"Si esta noche entran en el palacio de la Vicepresidencia a robar y se llevan un cuadro que vale medio millón de euros, supongo que no me harán dimitir a mí, ¿no?", contestaba la “vice”, Mónica Oltra, a mi querido colega Alex Serrano, en su defensa del concejal del bus, la bicicleta y el patinete, Giuseppe Grezzi, tras el robo de cuatro millones a la EMT. ¡Menuda defensa y comparación! Hasta me asusté. Porque si entran en la Vicepresidencia y roban un cuadro de medio millón de euros, a alguien habrá que pedir responsabilidades o ¿ella tampoco las pediría y nosotros nos quedaríamos sin un cuadro de medio kilo propiedad de nuestro patrimonio? 

El asunto que al principio me interesaba no iba en realidad por ahí, porque como ya dije la pasada semana, esto del desfalco en la EMT me parece una gran tomadura de pelo; un asunto nada claro al que hay que llegar los antes posible hasta el fondo, cueste lo que cueste y caiga el que caiga, como si se derrumba toda la corporación municipal. Alguien tendrá que dar la cara y justificar la estafa millonaria. ¿O es que debemos dejar correr el asunto para no molestar a la pandilla mientras se incrementan los sueldos? 

El asunto que realmente me preocupó fue imaginar, o creer, que nuestra “vice” -la otra está de profundos ejercicios espirituales- venía a sugerir que en el palacio en el que ella maquiavela podría haber una obra de arte de 500.000 euros al que un ladrón podría acceder, y que esa obra está sólo para disfrute del personal que por allí deambula. Además, daba pistas imprudentes. Así es ella. Pero más allá de esta apreciación, mi pregunta sería conocer si realmente existe esa obra de arte de tanto valor y, en el caso de que existiera, de dónde ha salido y por qué está allí y no protegida dentro de un museo o rodeada de extrema vigilancia. Digo yo, que esa supuesta obra de arte no será patrimonio de nuestra “vice” sino que, deduzco, lo será de todos los valencianos y por consiguiente de algún museo o colección habrá salido. Y que con ese precio o valor de mercado de la “vice tasadora” gozará de una protección. Y también dispondrá de un buen seguro. Pagado por nosotros, por supuesto.

En lugar de arreglar el asunto, nuestra “vice” lo ha empeorado aún más. Lo sencillo que hubiera sido mantener silencio. Pero cuando se trata de tapar vergüenzas y negligencias esta clase política es capaz de todo, hasta de liarla un poco más para proteger a culpables por mera cuestión de afinidad política. 

Pero me ha dado pie la “vice” para que formule una serie de reflexiones al respecto y nuestra oposición y socios, tan perdidos o metidos en mirarse el ombligo, cumplan con su labor. Porque, parece ser que a nuestras señorías, en el fondo, lo que les va gustando cada día más es simplemente el lujo y el glamour, las cosas buenas, por muy austeros y consecuentes con sus principios existenciales que se declaren. 

Ojo, ya sé que todo esto no es nuevo. Que nuestra exalcaldesa Rita Barberá tenía en su despacho Mi Familia de Sorolla y hasta un Joan de Joanes -había que dar imagen, justificaba su entorno-, cambiados por Ribó por algo más “modernete”, según su apreciación. Como lo es también que los despachos de nuestros concejales, conselleres, secretarios autonómicos, diputados y altos cargos están repletos de buenas obras de arte cedidas por nuestros museos, e incluso que hay otros, caso del concejal Galiana, que no tenía suficiente y decidió que le pintaran su despacho con un mural de uno de esos artistas urbanos que tanto protege ahora nuestra teórica modernidad municipal del grafiti. 

Por ello también se diseño un despachito de aúpa nuestra ex consellera Lola Johnson y se hizo traer obras del IVAM, por poner sólo algunos ejemplos. No quiero imaginar lo que tendrá en su despacho el President Ximo Puig que, siendo el que más manda....

Pero ya puestos, mi pregunta o interés estaría en saber cuántos cuadros de nuestros museos están repartidos por despachos e instituciones, quién los ha pedido, si el lugar donde están colgados goza de todas las medidas de conservación y seguridad necesarias y, sobre todo, su estado actual es el óptimo. Porque, supongo que existirá un buen registro y habrá correos y conservadores que realizarán atentas y periódicas visitas al respecto.

Yo empezaría preguntando por ahí. O exigiendo más bien esa relación de piezas repartidas por despachos y comprobando si continúan. Una vez lo efectuó el Museo del Prado y descubrió que en cualquier espacio repartido por nuestra geografía había obras de tanto valor que bien ocuparían espacio digno en cualquier buen museo del mundo. Estaban hasta en escaleras secundarias. Fue de escándalo.

Y sí, si alguien entrase a la Vicepresidencia, que dice ella, y robase un cuadro de medio millón yo pediría responsabilidades por imprudencia y hasta por irresponsabilidad política. Pero aquí, la dimisión y la asunción de responsabilidades nunca ha sido deporte autóctono. Así nos va. Y es que el poder desboca.