El director de Riesgos de Ebury atisba unas sesiones tranquilas para los próximos días ante la ausencia de datos macroeconómicos de relevancia
MADRID. Con el par eurodólar atrapado en un rango estrecho, la actividad en los mercados de divisas la semana pasada se centró lejos de los pares principales. La geopolítica elevó los precios de los productos básicos provocando el alza de las monedas de los países exportadores de dichos productos. En el G10, esto se tradujo en que el dólar australiano, canadiense y neozelandés fueron los ganadores.
Sin embargo, la sorpresa de la semana vino de la mano del peso colombiano, el cual se benefició del alto precio del petróleo impulsado por las tensiones entre Estados Unidos y Rusia, y de la moneda de este último, que cayó casi un 7% por las noticias de sanciones por parte de EE UU más duras de lo esperado.
Esta semana trae algunos datos clave para la libra como las datos de ganancias el martes y la inflación de marzo el miércoles. Debería ser una semana relativamente tranquila en otros lugares por lo que los desarrollos geopolíticos marcarán el mercado.
La caída en la producción industrial de la zona euro durante el mes de mayo presionó al euro modestamente a la baja y supuso la última sorpresa negativa a la economía de la zona euro. Todavía no es el momento de cambiar nuestras previsiones, ya que estas sorpresas se producen tras un período de datos excepcionalmente sólidos. No habrá muchos datos de relevancia esta semana en Europa por lo que el euro debería comportarse en función de lo que ocurra en otros lugares mientras esperamos la reunión de abril del BCE que se celebrará el día 26.
La libra fue la divisa del G10 con mejor comportamiento la semana pasada, impulsada por la continuada disminución de la incertidumbre política en torno al Brexit. La creciente convicción de que el Banco de Inglaterra subirá nuevamente los tipos en mayo también contribuyó al tono positivo. La semana pasada, los informes de inflación y del mercado laboral proporcionaron los últimos datos clave antes de la decisión del MPC. Creemos que se necesitaría una sorpresa negativa realmente impactante para que no se produzca ese aumento de tipos y, en nuestra opinión, la libra debería seguir una tendencia al alza frente al dólar.
Las actas de la reunión de marzo de la Reserva Federal, publicadas la semana pasada, fueron generalmente optimistas. La mayoría de los miembros de la Fed parecen haber mejorado sus expectativas tanto para el mercado laboral de EE UU como para el ritmo de alzas de los tipos de interés. El informe de inflación del mes de marzo mostró que la inflación subyacente se asoma por encima del objetivo de la Reserva Federal del 2% por primera vez desde 2016.
Enrique Díaz-Álvarez es director de Riesgos de Ebury