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ANÁLISIS

Los fantasmas en la negociación de València: la batalla por la culpa y la sucesión de Ribó

23/06/2019 - 

VALÈNCIA. "Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes". Es una cita atribuida a una obra de los años 80 escrita por la estadounidense Rita Mae Brown y que encaja sin problemas en las negociaciones que estos días protagonizan Compromís y PSPV. Este viernes se reunieron otra vez sin mover un ápice sus posiciones confrontadas. Conclusión: el aire en el teatro Rialto, donde se están desarrollando las conversaciones, huele a estanco.

Ninguno ha concretado fecha para la próxima reunión, pero tampoco ninguno se ha atrevido a abandonar la mesa. La voluntad de sentarse una y otra vez, aun llegando a los encuentros sin contrapropuestas ni alternativas que engrasen la maquinaria negociadora, esconde el temor de proyectar más allá de las paredes lo que se pudiera interpretar como una traición al proyecto de un gobierno en coalición.

En medio de la discusión sobre si la socialista Sandra Gómez debería ostentar la vicealcaldía, o sobre si el proyecto de ejecutivo planteado por los de Joan Ribó es aceptable, se libra también la batalla por la culpa ante el público: de quién es la responsabilidad si no se consuma el pacto de gobierno. Y ninguna parte quiere cargar con la pesada losa. El reflejo es que, mientras el discurso oficial de ambas fuerzas es el de trabajar por la coalición, la idea de un gobierno de Compromís en solitario se utiliza en privado como órdago, especialmente por la formación del alcalde.

Foto: ESTRELLA JOVER

Los socialistas descargan en Ribó la tarea de conseguir conformar el ejecutivo, dado que la coalición valencianista es la fuerza más votada. Sin embargo, creen que esta sopesa seriamente la posibilidad de gobernar en solitario. Bajo este prisma, aunque aún queda tiempo para maniobrar -se habla de un mes tras la investidura de Ribó para celebrar el pleno de organización-, el nulo avance en las conversaciones jugaría a favor del PSPV, que podría achacar a Compromís la falta de voluntad por no ceder a modificar su idea de gobierno.

En Compromís señalan a la líder socialista Sandra Gómez porque encuentran en su estrategia una búsqueda exagerada de visibilidad y un proyecto personalista al exigir la vicealcaldía, y ponen el acento en que Ribó ha obtenido tres regidores más, por lo que no acaban de convenir en este trato de igual a igual. Deshacerse de la culpa pasaría por señalar la obstinación de los socialistas en la vicealcaldía como condición sine qua non.

Vicealcaldía y gerentes

La coalición valencianista propone un modelo de ejecutivo municipal que no gusta nada a los socialistas que, además, exigen el cargo de vicealcaldesa para su portavoz, Sandra Gómez. La idea de Compromís pasa por que varios gerentes funcionarios se sitúen por encima de los concejales, coordinando la acción de diferentes delegaciones organizadas en siete áreas. Una suerte de "gobierno paralelo de no electos designados y coordinados por el alcalde", consideran los socialistas, que manifiestan su absoluto rechazo a entrar en un ejecutivo "subyugados" y "subordinados". "No es asumible", se mantenían rotundos este viernes.

En este sentido, la vicealcaldía para Gómez no es más que la concreción de lo que buscan los socialistas: un modelo de gobierno "de igual a igual", de "coliderazgo" y "codecisión" que de ninguna de las maneras se reflejaría en un organigrama sin este cargo y con los coordinadores anteriormente mencionados. El equipo negociador de Ribó no está dispuesto a ceder en este punto, al menos hasta el momento. El alcalde manifestó este viernes su voluntad de buscar una solución al conflicto de la vicealcaldía, pero un día antes le había negado el cargo a la portavoz del PSPV. A la postre, nada nuevo sobre la mesa.

Joan Ribó. Foto: ESTRELLA JOVER

Las posturas parecen irreconciliables. Tres reuniones y un encuentro informal entre Ribó y Gómez esta semana han servido entre poco y nada para desembozar la vía del gobierno conjunto y se empieza vislumbrar el planteamiento, ya verbalizado por el propio alcalde, de un ejecutivo monocolor de Compromís. Nadie dice querer llegar a ese extremo, pero a ello es a lo que parece conducir el enconamiento de ambos.

La sucesión de Ribó

Más allá de todo esto, se está jugando otra partida: cuál es el escenario que Joan Ribó deja a su sucesor al frente de Compromís per València. El alcalde siempre ha asegurado que su liderazgo era de ocho años, de dos mandatos. Será en 2023 cuando le tenga que relevar alguien, y en los próximos años se empezará a labrar el terreno para el nuevo líder o nueva lideresa.

Aspectos internos de la coalición a parte, la visibilidad que pudieran tener los socialistas en el nuevo ejecutivo podría afectar a la construcción del liderazgo del nuevo alcaldable de Compromís para dentro de cuatro años. Este proceso podría empezar a fraguarse no más allá de la mitad del mandato para consumarse antes de los próximos comicios.

Asimismo, la última campaña electoral todavía reside latente en el recuerdo y las desconfianzas surgidas en las filas de Compromís a raíz de lo que consideran actitudes desleales protagonizadas por Sandra Gómez cobran fuerza ahora más que nunca. Por ello, algunos arguyen que otorgarle esta exposición podría resultar contraproducente, en especial en la segunda mitad del mandato.

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