VALÈNCIA. La preocupación por la escasez de los recursos naturales, la contaminación y la necesidad de un plan alternativo de consumo que garantice el porvenir del planeta, han hecho que se desarrollen nuevas formas de producción que incluyen el aprovechamiento de recursos, considerados tradicionalmente como desechos. Reutilizar residuos como base para desarrollar nuevas materias primas es necesario para conseguir una industria más sostenible.
En este sentido, la economía circular es uno de los campos de trabajo con mayor potencial de desarrollo para los centros que conforman la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunitat Valenciana (Redit), con el objetivo de ayudar a las empresas a optimizar los procesos industriales, haciéndolos más sostenibles y autosuficientes. Una economía circular, además, ligada al concepto de simbiosis industrial, que promueve, entre industrias del mismo sector o de diferentes sectores, el establecimiento de sinergias que pueden abarcar desde el uso de un residuo de una industria como materia prima de otra, hasta la utilización o implantación conjunta de un recurso, servicio o infraestructura. Por ejemplo, restos de madera en las industrias de creación de mobiliario para generar biomasa en forma de pellets o briquetas o los residuos de la industria de la alimentación para generar piensos para animales.
Así, los institutos tecnológicos de Redit, con la financiación del Instituto Valenciano de la Competitividad (Ivace) y fondos Feder, están desarrollando diversos proyectos que ponen al alcance de pequeñas y medianas empresas innovaciones tecnológicas sostenibles y asesoramiento, consiguiendo así generar una mayor competitividad en el mercado y avanzar en sostenibilidad.
Como el proyecto EcoMARSI, coordinado por AIJU y en el que también han participado AIDIMME (Instituto Tecnológico Metal-mecánico) y de ITC (Instituto de Tecnología Cerámica), que aprovecha la simbiosis industrial entre los sectores de tratamiento superficial de metales, juguete y ocio infantil, cerámico, pintura y barniz, y metalmecánico para desarrollar diferentes productos de consumo sostenibles aplicando los conceptos de economía circular y simbiosis industrial.
Mediante tecnologías innovadoras se han obtenido diferentes materias primas secundarias, óxidos y metales de Zn y Cu procedentes de residuos y de aguas residuales de los sectores de producto infantil y ocio (juguete) y metalmecánico de la Comunitat Valenciana. Estas materias primas secundarias han sido validadas a través de su utilización en diversos productos de consumo como juguetes, baldosas y pinturas para piezas metálicas evaluándose su viabilidad. Asimismo, se han definido los requisitos para una autodeclaración ambiental (ecoetiqueta) aplicable a los productos de consumo desarrollados.
Con esta recuperación de materias se quiere conseguir aprovechar el uso de diferentes tecnologías como la filtración con membranas cerámicas, la precipitación o electrodeposición para obtener el zinc o el cobre, crear las membranas para reducir el coste asociado al tratamiento de filtración, y conseguir óxidos de los dos metales ya mencionados que se puedan usar como fundentes o pigmentos, y también zinc o cobres metálicos que se puedan fundir para producir lingotes que usar en el juguete, la cerámica o el sector metalmecánico. A lo largo del desarrollo del proyecto, estas materias primas secundarias van a ser validadas en su utilización en diversos productos de consumo de los diferentes sectores participantes, como demostradores, para así poder evaluar su viabilidad.
Otro ejemplo de economía circular y simbiosis industrial se da en el sector del calzado, donde, en los últimos años, productos como la cáscara de cereales, resto de poda o la molienda de plástico recuperado se están incorporando en nuevas formulaciones de materiales para calzado, dando lugar a componentes innovadores que poseen un menor impacto medioambiental. Los consumidores reclaman estos productos más respetuosos con los recursos del planeta, por lo que es necesario conocer y garantizar el contenido de materia reciclada que contienen sus artículos.
Un proceso para el que muchas empresas requieren de análisis químicos que lo certifiquen y que, actualmente, se vuelve más complejo dada la amplia diversidad de productos reciclados combinados con materiales poliméricos, que afloran en el mercado. Además, la implementación de estos productos en la industria obliga a facilitar una adecuada comunicación y transparencia entre todos los miembros de la cadena de valor de un producto sostenible.
En este sentido Inescop investiga con Promatshoe II, donde participan las empresas Inyectados Mega, Analco, Rustí Natural Cork, Zahonero, Salpax y Rhenoflex, nuevas formulaciones poliméricas que sean sostenibles así como el desarrollo de un protocolo de análisis para la identificación y cuantificación del contenido de producto reciclado en los componentes o materiales que configuran el calzado final. “Estos nuevos materiales sostenibles son generalmente elaborados a partir de residuos propios, o de otras industrias, con lo que se fomenta el concepto de economía circular, aportando soluciones en la industria del calzado que mejoran su eficiencia y protegen al medioambiente”, afirman desde Inescop.
Precisamente este centro tecnológico, junto con Aitex y AIJU, ha desarrollado el primer Demostrador de Industria Circular de Europa, una planta piloto innovadora para la recuperación de residuos y su transformación en materias primas que sirvan para la fabricar productos con bajo impacto ambiental. El Demostrador de Industria Circular es capaz de reciclar los productos multicomposición (aquellos que emplean, de media, unos 40 materiales diferentes) que terminan en vertederos o incinerados.
De hecho, se estima que, al año, en la Comunitat Valenciana, solo el 5 % de los residuos de calzado, textil y juguete, son reciclados. A nivel nacional, la estimación es que, alrededor de 3 millones de toneladas de residuos de calzado, textil y juguete, acaban en vertederos. Estos residuos proceden, en su mayoría, de excedentes de fabricación y posconsumo, una vez que han llegado al fin de su vida útil. A estos datos habría que añadir que las tendencias auguran que el consumo de calzado, textil y juguete se multiplicará para el año 2050, necesitando la capacidad de tres planetas Tierra para poder servir a nuestras necesidades.
En la actualidad, la valorización y el reciclado del calzado, textil y juguete son extremadamente complejos por ser productos multicomposición. Aunque la industria ha realizado grandes desarrollos en el reaprovechamiento de materiales monocomposición, era necesario dar solución a los residuos multicomposición, sobre todo en las fases de separación y clasificación. Gracias al Demostrador de Industria Circular, ahora es posible separar y clasificar los residuos del calzado, textil y juguete, de forma que puedan ser transformados en materias primas de bajo impacto ambiental, creando así un modelo de negocio de economía circular con aplicaciones diversas intra e intersectorialmente.
Con el uso de esta tecnología, las empresas conseguirán reducir sus residuos, reutilizar sus excedentes, tanto para su propia fabricación, como para convertirlos en materias primas que puedan emplearse en otros sectores como el del mueble o automoción y, mejorar su huella de carbono, convirtiéndose así en una empresa circular.
Por su parte, Aitex está trabajando también en el proyecto Agroloop, en colaboración con las empresas Ecogestiona y Blueplasma Power, dirigido a buscar soluciones para el reciclaje de materiales empleados en el sector agrícola cuando termina su vida útil. Estos productos, conocidos como geo o agrotextiles, se presentan en formatos muy variados, que pueden ir desde rafias a no tejidos, estos materiales pueden estar contaminados de tierra y restos orgánicos y degradados por la acción del sol. El objetivo del proyecto Agroloop es aplicar el know-how de Aitex en materia de reciclaje mecánico textil a un sector que en la actualidad produce grandes cantidades de residuo homogéneo que hasta la fecha no está siendo revalorizado en su totalidad.
Durante el desarrollo de Agroloop se va a trabajar en los siguientes objetivos: identificación de los residuos textiles generados por la industria agrícola; caracterización de los residuos obtenidos, para evaluar posibles procesos de descontaminación; realización de pruebas de reciclaje a escala semi-industrial; estudio y caracterización de los productos obtenidos tras el proceso de reciclaje; introducción de los materiales reciclados en procesos adecuados a sus características; prototipado de pruebas de concepto a partir de los materiales obtenidos; análisis de viabilidad técnica y económica de las posibles aplicaciones desarrolladas, e identificación de stakeholders como clústers, asociaciones y empresas relativas a los textiles agrícolas, con el objetivo de establecer un modelo de economía circular en la industria.
En los próximos años, se va a pasar a nivel mundial de una economía lineal basada en “usar y tirar”, a una circular, mucho más acorde con nuestra realidad de recursos limitados. Por ello, el foco de las administraciones públicas está puesto en este cambio y las empresas tendrán que reinventarse y aprender a producir y a fabricar de otra manera. En este contexto, los centros de Redit están trabajando en distintas soluciones para ayudar a esa transformación de las empresas de la Comunitat Valenciana. Un ejemplo de ello son los más de 2.500 proyectos de I+D que los distintos institutos tecnológicos de Redit han puesto en marcha a lo largo del 2023 con empresas, con el objetivo de transformar el modelo productivo, consolidar el crecimiento empresarial sostenible y, en definitiva, mejorar el bienestar de los ciudadanos.