VALÈNCIA. Parecía algo poco probable -o quizás impensable- pero los investigadores temen volver a perder ayudas de infraestructuras y equipamiento de I+D+i de la Conselleria de Educación por segundo año consecutivo. La lentitud en la resolución del equipo de Vicent Marzà hizo que en 2017 los investigadores no pudieran ejecutar 6,3 millones de ayudas de los 7,4 presupuestados.
El motivo de la poca ejecución en 2017 fue la imposibilidad de los equipos investigadores de justificar la ejecución de los proyectos en 2017 por los plazos límites provocados por la dirección general de Universidades, dirigida por Josefina Bueno, y este año temen que ocurra lo mismo. "Ya tienen precedentes", lamentan estas fuentes.
El problema es que todas las peticiones concedidas para equipamiento con un valor superior a los 209.000 euros deben salir a concurso público pero la resolución definitiva de las ayudas el pasado año se publicó el 22 de diciembre a pesar de que la convocatoria salió en marzo, ocho meses antes. Sin embargo, el concurso para estos importes conllevan un proceso de unos tres meses.
En 2018 la convocatoria salió en marzo y, de momento, tampoco se ha realizado la resolución. Necesitarían que no se retrasara más allá de octubre para poder ponerse en marcha. De hecho, a pesar que desde Educación aseguraron que la última convocatoria se había realizado para 2018-2020 para evitar este problema, las bases señalan que la actividad debe iniciar su ejecución en 2018. El importe de ayudas a repartir es de 8,5 millones.
Estas ayudas, enmarcadas en el Programa Operativo Feder 2014-2020, tienen una asignación para infraestructuras y equipamientos de investigación por importe de 42,3 millones de euros, cantidad que se financia al 50% entre la Generalitat y la Unión Europea.
Desde la conselleria aseguran que la gran novedad de la resolución es que la evaluación de los proyectos la hace la Agencia Estatal de Investigación y "esto es algo que saben todas las universidades". La previsión es que todas estas evaluaciones lleguen en el mes de septiembre -a pesar de que la convocatoria salió en marzo- para que la dirección general de Universidades pueda realizar una resolución provisional para que puedan planificarse los investigadores mejor el trabajo.
También insisten en que están en continua comunicación con la dirección general de Universidades. "Están siendo muy proactivas y, desde hace meses, tenemos constancia de que algunas de ellas están avanzando proyectos que saben que son muy competitivos de excelencia para ir avanzando en algunas licitaciones", señalan.
Sin embargo, algunos investigadores aseguran que han sido ellos mismos quienes han tenido que adelantar el dinero con fondos propios al no acometer esta acción las universidades. La Universitat de València incluso interpuso un recurso contencioso administrativo contra la resolución tardía de la Conselleria de Educación en 2017 que provocó la pérdida de estas ayudas.