Los legados de Frida Kahlo y Marie Curie desembarcan en Sala Russafa

VALÈNCIA. Cada una revolucionó su campo: Frida Khalo el arte y Marie Curie la ciencia. Pero ambas compartían una determinación que las llevó a sobresalir, marcando su época y pasando a la historia. Esta semana, ambas se encuentran en la programación de Sala Russafa, con dos propuestas para públicos distintos.

En la oferta escénica para jóvenes y adultos, del 1 al 4 de diciembre, la formación MaQuinant Teatre presenta Cartes a Curie. El espectáculo trata de acercar la figura de esta química, científica y matemática, la única persona que ha recibido dos veces el Premio Nobel. A través de la correspondencia con familiares y amigos en diferentes fases de su vida, este espectáculo intimista descubre la faceta más humana del mito, sus contradicciones, sus deseos y valores, su inquietud por descubrir cuál podía ser su aportación al mundo y la voluntad clara de no renunciar a aquello que le apasionaba, a pesar de las dificultades. Isabel Martí firma la dramaturgia y dirige esta obra en la que el público descubre a María Salomea Sklodowska, el nombre real de Marie Curie. Desde su Polonia natal, viajó a Francia como una migrante sin recursos, dejando atrás sus orígenes para poder dedicarse a la física y química. Las actrices Aina Gimeno y Ana Ulloa interpretan este texto que cuenta con las voces en off de la propia directora como Marie Curie, Fran de la Torre, Rebeca Artal-Dato, Sonia Sahuquillo y Anaïs Duperrein.

Descubridora del radio y polonio, pionera en el estudio de la radioactividad, a pesar de los reconocimientos tuvo que ingeniárselas para financiar sus investigaciones. Se involucró como voluntaria en la I Guerra Mundial, interviniendo en hospitales de contienda para salvar a multitud de soldados heridos y poniendo de relieve el papel que las mujeres jugaron en un conflicto donde su valentía no estuvo reconocida. En definitiva, desarrolló una brillante carrera en un entorno hostil para la mujer, guiada siempre por la determinación de su vocación investigadora y con la aspiración de que el suyo no fuera el único nombre de mujer que la gente recordara de la historia de la ciencia. Un deseo quizás, todavía hoy día, no haya alcanzado.    

Frida, la xiqueta que volia pintar

En otras latitudes, lejos de Europa, se desarrolló la carrera y la vida de otra mujer extraordinaria. La mejicana Frida Kahlo fue una mujer de fuerte presencia y carácter, libre en su mente, en su arte y en su corazón. Pero estaba atrapada en un cuerpo que sufrió mucho la enfermedad y tuvo que pasar varios periodos en cama, donde desarrolló su pasión por la pintura.

Artífice de una poderosa iconografía, su mundo personal y creativo se trasladan a los más pequeños a través de Frida, la xiqueta que volia pintar, un espectáculo de la formación valenciana Teatre de La Caixeta que Sala Russafa acoge en su programación familiar el 3 y 4 de diciembre.

Su protagonista es Magdalena, una niña afectada por la polio que ha de permanecer haciendo reposo y sueña con ser doctora para curar a otros niños como ella. A fin de sentirse menos sola, inventa a una amiga imaginaria que desea ser pintora. A partir de entonces, la pequeña Frida se convierte en su compañera y le enseña a amar el arte.

José Blasco Lobo es el autor y director de la pieza, mientras que Charo Gil-Mascarell es la responsable de las coreografías. El elenco está formado por Víctor Fajardo, Arantzazu Pastor y Sandra Calatayud, responsables de dar vida a los múltiples personajes que pasan por la habitación y la mente de estas dos amigas en una puesta en escena que mezcla teatro y danza, apoyándose también en títeres, proyecciones audiovisuales y ambientación sonora. El resultado es una fascinante propuesta que anima a los espectadores a partir de 4 años a no ponerse límites, a soñar y a perseguir sus sueños.