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Audi SQ7 y SQ8 con motor V8 TFSI: prestaciones de nivel superior

26/10/2020 - 

VALÈNCIA. Audi pone a la venta en España los SQ7 y SQ8 con el nuevo motor TFSI, como respuesta a la tendencia de ofrecer versiones de gasolina en el segmento de los SUV de altas prestaciones. Los nuevos modelos S cuentan de serie con un chasis que equipa numerosos componentes de alta tecnología y ofrecen nuevas funciones de conectividad y sistemas de asistencia. Se lanzarán a los mercados europeos a partir de otoño de 2020.

Con una potencia de 373 kW (507 CV) y un par máximo de 770 Nm que se mantiene constante entre 2.000 y 4.000 rpm, el 4.0 TFSI de gasolina propulsa a los Audi SQ7 y SQ8 de forma extremadamente dinámica. Para acelerar de 0 a 100 km/h apenas necesitan 4,1 segundos, mientras que pasan de 80 a 120 km/h en tan solo 3,8 segundos. La velocidad máxima está limitada electrónicamente en ambos modelos a 250 km/h. En función del equipamiento seleccionado, el SQ7 TFSI consume entre 11,9 y 12,5 litros de combustible cada 100 km, lo que equivale a unas emisiones de CO2 de 270–285 g/km. El SQ8 TFSI homologa consumos de 12,6 a 12,8 l/100 km, con unas emisiones de CO2 de 286–291 g/km.

El V8 4.0 TFSI biturbo, con una cilindrada de 3.996 cm3, es un propulsor de alta tecnología. El bloque, fabricado en aluminio, cuenta con camisas de los cilindros cubiertas con una capa especial de acero aplicada mediante inyección por plasma que reduce la fricción y, por lo tanto, el consumo de combustible, mejorando también la resistencia al desgaste. Cuando se conduce de forma moderada, el sistema de desconexión de cilindros Audi cylinder on demand (COD) desactiva de forma temporal cuatro de los ocho cilindros, desconectando la inyección y el encendido y manteniendo cerradas las válvulas de escape; una tecnología más de eficiencia que contribuye a reducir el consumo de combustible.

Cuando el conductor demanda el máximo rendimiento del 4.0 TFSI es necesario asegurar el correcto llenado de los cilindros. Para ello, los árboles de levas de admisión y de escape pueden ajustarse en un ángulo del cigüeñal de 50 grados, dependiendo de las condiciones de funcionamiento. Este preciso control del solapamiento de la apertura de las válvulas garantiza el intercambio de gases y el rápido llenado de la cámara de combustión.

Los dos turbocompresores twin-scroll de doble entrada, uno para cada bancada de cilindros, que alcanzan una presión relativa de hasta 1,5 bar, también optimizan el intercambio en el flujo de gases, que virtualmente no presenta pérdidas. El resultado es una poderosa entrega de potencia y una respuesta instantánea. Las culatas están diseñadas con la admisión en la parte exterior y el escape en la interior de la V a 90 grados que forman los cilindros, donde se alojan los turbocompresores y sus correspondientes intercoolers. Esta disposición permite unos cortos recorridos de los gases y el control de las turbinas con unas mínimas pérdidas de flujo.

La secuencia de encendido 1-3-7-2-6-5-4-8 otorga al 4.0 TFSI un sonido deportivo y rotundo. Unas mariposas situadas en cada una de las salidas del sistema de escape modulan su intensidad en función de la carga y del régimen de giro del motor. Los soportes activos mitigan la transmisión de vibraciones a la carrocería. Sus actuadores electromagnéticos funcionan como unos altavoces: mediante sus membranas, generan unas oscilaciones con una onda 180 grados en contrafase con las vibraciones producidas por el propulsor durante su funcionamiento, eliminándolas casi por completo.

La potencia del 4.0 TFSI se transmite a la carretera a través de un rápido cambio triptronic de ocho velocidades y de la tracción integral permanente quattro. Un embrague de acoplamiento en la transmisión automática permite el modo de marcha por inercia cuando el conductor levanta el pie del acelerador. En condiciones normales, el diferencial central mecánico distribuye el par en una relación de 40:60 entre los ejes delantero y trasero, respectivamente. Si disminuye la adherencia en uno de los ejes, reparte la mayoría del par al que presenta mayor agarre, con una proporción de hasta el 70% al eje delantero y del 80% en el caso del eje trasero.

Con el paquete de suspensión advanced opcional se incluye el diferencial deportivo. En curvas tomadas a alta velocidad, este sistema reparte el par entre las dos ruedas del eje trasero a través de dos embragues multidisco, de forma que la mayor parte del par se transfiere a la rueda exterior a la curva, que es la que presenta más agarre. Este reparto vectorial del par mejora la estabilidad y la agilidad: al girar o al acelerar, los SUV deportivos literalmente se pegan al asfalto y el sobreviraje se minimiza en gran medida.

Los Audi SQ7 TFSI y SQ8 TFSI equipan de serie dos sistemas de alta tecnología para el chasis: el tren de rodaje con la suspensión adaptativa sport con control de amortiguación y la dirección a las cuatro ruedas. La suspensión adaptativa sport permite modificar la altura de la carrocería en hasta 90 milímetros. La dirección a las cuatro ruedas cuenta con dos elementos. Por un lado, el sistema de dirección para el eje delantero, con una desmultiplicación de 13,3:1, mejora de forma considerable la agilidad y la maniobrabilidad. En el eje trasero, la dirección permite que las ruedas giren hasta 5 grados en dirección contraria a las delanteras cuando se circula a baja velocidad, lo que reduce el diámetro de giro, beneficiando las maniobras. A velocidades superiores a los 60 km/h, las ruedas traseras giran ligeramente en la misma dirección que las delanteras, mejorando así la estabilidad, especialmente durante los cambios rápidos de dirección.


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