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CRÓNICAS POR LOS OTROS / OPINIÓN

Los pelirrojos no existen

El problema global de esta sociedad, que se manifiesta en cualquier tipo de fobia (homofobia, islamofobia, racismo, xenofobia…), podría ser la “necesidad” de clasificar a las personas por grupos. Sea el grupo que sea. Es la necesidad de clasificar para organizar, entender y controlar. Al menos intentarlo. De ahí ese empeño en dividir el mundo real  entre hombres y mujeres, o entre pelos rubios y morenos... ¡Un mundo donde los pelos rojos no existen!

18/06/2016 - 

Y una de estas clasificaciones de las que hablo es por el órgano sexual de cada uno. Patricia Pardo y la compañía de teatro que lleva su mismo nombre son referentes del teatro y de la dramaturgia valenciana, nacional e internacional. Ella es brutal. Ella es rompedora. Ella es provocadora. Y toda su obra , todo lo que trabaja da mucho que hablar. Hace unas semanas , sin ir más lejos, trajo al MICALET su obra Cul Kombat o Culo de Combate. Una obra que precisamente saca a la luz el tema del que me gustaría reflexionar. 

En esta obra, que sigue girando y que es altamente recomendable para todos , pero especialmente, para mentes cerradas y obtusas, se aborda el hecho que tu órgano sexual lo único que determina es la la forma en que un individuo contribuye al proceso reproductivo, que puede ser aportando óvulos o aportando espermatozoides. Todas las demás asociaciones que se hacen a este hecho son meramente culturales. Tu órgano sexual solo dice eso de ti. Poco más. Por muy machotes y señoritas  que se sientan algunos y algunas.  Luego puede haber tantas variantes a todos los demás aspectos como personas hay o haya habido en el mundo.

Por supuesto, la influencia de cientos o miles de años de distribución de la humanidad por sexos ha traído unas consecuencias devastadoras que a mucha gente le hace pensar en la actualidad que efectivamente somos los hombres y mujeres seres diferentes por nuestro sexo. Y quizá somos diferentes por algo más que el sexo que tenemos o quizá no seamos tan diferentes como pensamos. 

Por este motivo tu órgano sexual no debería definir la sexualidad que debes tener, ni los gusto, ni las aficiones, ni la forma que tienes de moverte, ni tu manera de hablar… todas estas diferencias que existen entre todas las personas del mundo debería ser simplemente eso, diferencias entre personas, pero no diferencias ente un colectivo llamado HOMBRES y un colectivo llamado MUJERES. Esta diferenciación de la sociedad en dos sexos se llama sexismo y es lo que provoca tantas lacras de nuestra sociedad como la violencia de género, el machismo, la estructuración de la gran parte de la sociedad en un modelo patriarcal y heterosexual, etcétera.

Por un mundo libre de fobias 

Vamos a hacer un esfuerzo con nuestra imaginación. Y vamos a ridiculizar con mucho respeto este universo en el que nos dedicamos a clasificar todo. Un ejemplo muy sencillo para que uno pueda imaginarse lo absurdo de todo esto es imaginar el origen, el principio de la humanidad, aquel momento remoto cuando alguien decide dividir a los seres humanos en dos grupos de otro tipo: RUBIOS y MORENOS. Y vamos a imaginar que con esta división se fijaran normas como las que hay establecidas hoy en día para HOMBRES y MUJERES, por ejemplo, que los rubios se deben sentir atraídos sexualmente por los morenos, y viceversa, pero nunca rubios con rubios o morenos con morenos. Y por supuesto (en relación al tema trans o a otros tipos de género), los pelirrojos no existirían. 

"¡Hay muy pocos grupos entre los que elegir para la cantidad de millones de personas y opciones que somos en el mundo!"

Los pelirrojos tendrían que decir si son morenos o rubios, pero pelirrojo no es una opción. Y luego se establecería como norma que los rubios llevarían normalmente pelo largo y tendrían una forma de moverse más delicada que los morenos (quienes además tendrían el pelo corto). Los morenos tendrían que ser cautelosos con su forma de mover las manos al hablar o su forma de caminar, para que nadie pudiera pensar que son rubios, o que no son morenos del todo, porque eso traería consecuencias devastadoras para la vida en esa sociedad imaginaria. Se establecería además que, ya que los de pelo negro suelen tener un pelo más rugoso y áspero, ellos deberían ser el grupo dominante de esta sociedad, deberían ser ellos los que tomaran decisiones importantes y los que llevaran las riendas del conjunto de la humanidad; los de cabellos claros, al ser ese cabello más sedoso, deberían guardar reposo y esperar instrucciones, porque a la vista estaría que necesitarían más cuidado y protección por parte de los de cabellos ásperos (los morenos).

Y así podemos dejar volar la imaginación e imaginar cualquier diferencia que existe en la actualidad entre sexos, y ridiculizarla y a la vez reír un poco. Imagina que los lavabos estuvieran divididos entre rubios y morenos. Imagina también que lleváramos al aire nuestros órganos sexuales, pero que en cambio siempre cubriéramos nuestro pelo por pudor. El resto de personas no sabrían el color de pelo porque lo llevaría siempre tapado (igual que ahora llevamos tapadas nuestras partes más íntimas ). Y la gente podría imaginar el grupo al que pertenecemos por otras pistas como la forma de hablar, de movernos, la ropa que llevamos puesta, si nos dejamos crecer barba o si llevamos el cuerpo depilado…

Con todo, la conclusión es que deberíamos huir de las clasificaciones. Deberíamos poder evitar la necesidad de tener que definir tu sexualidad, la gente con la que decides tener sexo; y mucho menos hacerlo en base a nuestro órgano reproductor. Deberíamos poder hablar de nuestras experiencias sexuales sin necesidad de tener que clasificarnos como personas en un grupo o en otro. Porque además, puestos a tener que clasificarnos, ¡hay muy pocos grupos entre los que elegir para la cantidad de millones de personas y opciones que somos!

Si lo pensamos  todo así da mucha risa. Y a veces es mejor reír que llorar. Sobre todo cuando vivimos capítulos aterradores como el de Orlando la semana pasada o esos micro asesinatos diarios por el sexo y la condición sexual de cada uno.  Por todos ellos hoy saldremos a la calle. A apoyar la manifestación del orgullo LGTB que un año más se organiza en Valencia y que reivindica, al fin y al cabo, la libertad. 

Porque desde la  semana pasada se me ha ido la pereza de la que hablaba de un plumazo. La semana pasada volví a sacar mis pinturas de guerra. La semana pasada la realidad me dio de nuevo una lección. La semana pasada la tragedia de Orlando me demostró que hay que seguir luchando desde la paz  y con mucho amor pero hay que seguir. Un trabajo que tenemos que continuar para erradicar las fobias.

A veces imagino una conversación entre amigos, cuando en unos años, echen la vista atrás y comenten con cierto asombro aquellos años en que la homosexualidad era un delito. Se tirarán las manos a la cabeza y no lo podrán creer. Algo parecido a cuando hoy día hablamos de la exclavitud de los negros y de las negras hace años. No tiene nada que ver pero son ejemplos claros de la bestialidad y brutalidad en la que puede caer el ser humano cuando piensa que es capaz de moldear  la sociedad y el mundo que le rodea a su antojo. Cuando se cree poderoso y capaz de clasificar a las personas y ejecutar acciones al respecto. 

"Me gusta imaginar cómo será un mundo sin racismo, machismo, homofobia... Un mundo libre de fobias"

Son claros ejemplos de los que me avergüenzo claramente, sin más. Y que espero con ansia ese día en que todas estas fobias desaparezcan o estén en peligro de extinción. Me gusta imaginar cómo será un mundo sin racismo, machismo, homofobia... Un mundo libre de fobias. Un mundo que no sueño sola. Un mundo que sueño junto a una de las personas más importantes de mi vida quien me acerca esta reflexión del mundo dividido entre rubios, morenos y pelirrojos que "no existen". 

 Una persona genial, brillante, sensible, fuerte, con mucha personalidad. No imagino mi vida sin esa persona  especial y luchadora . No imagino mi vida sin que esta persona pueda sentirse libre a la hora de expresar sus sentimientos y de elegir la vida que quiere por su condición sexual. No imagino a esta persona hace años en un sistema que le impusiera un tipo de vida determinado y muero de pena solo de  imaginarla actualmente viviendo en un país donde la homosexualidad sigue siendo  delito. Afortunadamente vive en un entorno y rodeada de personas que no prestamos atención a esos detalles sin importancia

Como siempre he dicho mi vida es rica por la cantidad de personas diferentes que me rodean y con las que vivo y convivo. Tengo la suerte de tener personas de todo tipo que hacen que mi vida tenga color, brille y no sea una vida gris, rodeada de gente igual, con la misma manera de pensarme hacer, actuar y de vivir. Me moriría de pena. En la diversidad está la riqueza. ¡Y yo quiero una vida rica! 

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