Presuntamente tasaron el edificio diez millones de euros por encima de su valor real, lo que supuso que el denunciante tuviera que pagar 15 millones de euros a sus hermanos en compensaciones
VALENCIA. Los peritos que tasaron el edificio de la calle Lauria esquina con Colón, conocido como edificio Apple, se sentarán en el banquillo de los acusados el próximo día 30 de junio. Se les acusa de falso testimonio por haber falseado presuntamente las tasaciones de valoración del edificio. De hecho, realizaron unas tasaciones 10 millones de euros superiores al precio de mercado lo que supuso un desembolso para su dueño de 15 millones en compensaciones.
El denunciante solicita un año y seis meses de cárcel, 15 meses de cuota a 150 euros diarios y once años de inhabilitación, además de una responsabilidad civil directa de dos millones de euros a la aseguradora Asemas y subsidiaria a Arquitasa, mientras que la Fiscalía se pronunciara en sala sobre la petición de penas.
Los diferentes informes y declaraciones de testigos que obran en la causa han servido de base para el procesamiento de los peritos José Morell Navarro y José Ramón Cercos Espejo (Arquitasa), al haber presuntamente falseado las tasaciones encomendadas para favorecer a una de las partes, en perjuicio de los querellantes, y haber incurrido presuntamente en delitos de falso testimonio y prevaricación.
El caso comenzó a raíz de una denuncia interpuesta en 2010 por el que fuera propietario del edificio. La citada denuncia se presentó por presunta estafa en las tasaciones del inmueble, efectuadas por valor de 36.082.225,15 euros y 32.157.584 euros, mientras que éste se vendió a una sociedad por el precio de 18 millones. Esta diferencia en las cifras obligó al dueño a pagar a sus tres hermanos unos 15 millones en materia de compensación.
El tema de las compensaciones venía desde que tras fallecer los padres del ahora denunciante, todos los hermanos –cuatro- comenzaron un procedimiento civil con el objetivo de realizar determinadas compensaciones entre los coherederos. Para ello, era esencial la valoración de los bienes en su día donados.
Así fue como Morell Navarro y Cercós Espejo tasaron el edificio por una cantidad muy superior a la de venta. De hecho, la magistrada instructora, en su auto de apertura de juicio oral explicaba que: la tasación se realizó "a sabiendas de que el valor del mismo difícilmente podría superar los 22 millones de euros". De hecho "fue vendido en 23 millones, cantidad notoriamente inferior a aquélla en la que fue tasado".
Sobre este último punto, los letrados del denunciante explican que “ la primera venta del inmueble se realizó por 18 millones sin rehabilitar a la sociedad que se lo alquila a Apple, y que estos 23 millones a los que se refiere la magistrada son por la segunda venta al fundador de Inditex Amancio Ortega”.
Tras ser presentada la denuncia, la Unidad de Delincuencia Económica y Financiera de la Policía Nacional tomó declaración a varias personas e inspeccionó los discos duros encontrados en el despacho de uno de los peritos, que era agente de la propiedad.
En su declaración, este perito dijo desconocer el contenido de los informes de las demás partes, antes de la celebración de la vista, pero que sin embargo, fruto de la investigación de los discos duros por parte de la UDEF, se comprobó que le fueron remitidos días antes
La UDEF también desvelo tasaciones superiores a las presentadas por el perito judicial que guardada en una carpeta con el título “Secreto”, que nunca presentó porque perjudicaban a los hermanos del querellante.
El procesamiento del Morell y de Cercós responde a que el primero en su condición de perito judicial validó sin más el informe del informe de Arquitasa, emitido a requerimiento de una la parte Ángeles Gonzálbez Alberola.